3 abr 2020

Una caja para recordar

25 de Marzo de 2007 Domingo

Me he demorado cerca de dos horas en volver a guardar las fotos en las que estoy con Jina. Francamente, pensé que me iba demorar menos... Si me leo a mí mismo, parece como si hubiera buscado las fotos con ganas de recordar o algo similar. En realidad es todo lo opuesto, dado que el día de ayer tuve un trabajo en grupo con algunos amigos y compañeros de mi aula. Lo que ocurrió es que cuando traté de mover algunas mochilas viejas que dejé en la parte alta del clóset de mis papás, una caja de cartón se movió bruscamente con las mochilas. Mientras se caía al suelo, muchas fotos volaron por los aires. Por un momento me molesté, puesto que supuse que mis papás habían dejado sus cosas encima de las mías. Sin embargo, cuando me agaché para recoger las fotos, me congelé unos segundos con latidos muy fuertes, muy similares a estar emocionado. La razón fue que vi una foto en el parque. En esa foto abrazaba a Jina por la espalda mientras reíamos, pues la estaba persiguiendo después de quitarme mi celular. Rápidamente recordé que ese día estuvimos con Mike y Teresa y la habían tomado en broma para decir que la estaba acosando, pero les salió mal y fue una foto muy bonita. Después de recodar, vi otra foto en la cual ella estaba sentada en dirección al mar, pero mirando a la cámara con una ligera sonrisa.

Consciente o inconsciente aparté la mirada de las fotos para no seguir recordando. También hice ruidos con la boca para distraer mi mente. Saqué las mochilas que necesitaba y, conteniendo la respiración, recogí las fotos. Una vez que recogí todas, miré la caja y recordé que al final me había decidido a guardarlo ahí, pues mis papás casi nunca revisaban ese lugar y no lo debía tener en mi cuarto por salud mental. La verdad me había olvidado en dónde estaba. En fin, como no las había puesto dentro de la caja aún, ya que eran bastantes, y todos en la sala me estaban llamado para continuar haciendo el trabajo. Corrí con las dos manos llenas de fotos y la caja encima de mis brazos en dirección a mi cuarto y las tiré todas en mi cama. Algunas se cayeron al suelo. Sin embargo, pensaba que luego lo colocaba todo en orden y, antes de bajar, cerré mi cuarto por si mis papás pasaban cerca y querían ver qué era todo ese desorden. Además, regresé corriendo al cuarto de mis papás para revisar cada parte del suelo, por si había olvidado alguna foto.

Insistentes me seguían llamando desde el primer piso. No obstante, más relajado y con las mochilas en las manos, les comenté que me había demorado, pues no me acordaba dónde las había dejado. Comenzaron con las bromas de que querían evitar hacer el trabajo o que me había quedado conversando con Estéfani por el celular. Por suerte, Katty, quien tiene un gran carácter para dirigir, comenzó a determinar los trabajos para poder terminar y descansar antes. Es como si todos hubieran estado hipnotizados. Terminaron las bromas y comenzaron a trabajar muy ordenadamente. Solo de vez en cuando hacían comentarios graciosos, pero trabajamos rápido, lo que me parecía raro, pues esta clase de trabajos en grupo siempre suelen demorar mucho tiempo, más que nada por la pérdida de tiempo en el juego.

Una vez que terminamos el trabajo le agradecí, pues por lo general no puedo controlar estos grupos cuando comienzan con sus bromas y las ganas no hacer hacer nada. Me miró con cara de duda y me preguntó algo raro: " Me parece raro que digas eso, siempre sueles decidir muchas cosas por los demás" - La miré con más duda y solo pregunté con un ¿a qué te refieres?. Suspiró y me respondió algo más extraño aún: "Creo que solo has perdido la confianza" - Como en ese momento no le había entendido solo afirmé con la cabeza como si entendiera. Se alegró que le entendiera y me dijo que no dudara en conversar con ella si tuviera algún problema. Rápidamente recordé las fotos en mi cama y le dije que no se preocupara. Pero, sin más vueltas al asunto, me dijo que estaba un poco preocupada, pues el día anterior había mencionado inconscientemente a Jina frente a todos en el aula. Le respondí nervioso y con gestos graciosos: "Ah... ¿Eso? No pasa nada" - Aún sin reírse o sonreír me contestó: "Solo digo, más que nada por el hecho de que sigas recordando... Nos preocupas a varios. Este verano, cuando Jina se fue, no te vimos por un par de semanas y cuando te veíamos parecías un zombi." - Le agradecí por la preocupación, pero le dije que estaba bien; además debíamos terminar de hablar sobre ello, pues nuestros compañeros se estaban acercando para saber de qué hablábamos. Cuando estuvieron a nuestro lado, Ernesto preguntó algo como: "¿Están hablando de Jina?.." - Laura, otra compañera, dijo: "Yo también quiero saber qué paso con ella" - Katty les respondió que estábamos hablando del trabajo y pensábamos en repartirnos la exposición.

Sin muchas ganas de hablar de ese tema, todos se comenzaron a despedir y mencionaron que les avisáramos cómo se iba a dividir. Les dije que no se preocuparan y que la exposición iba hacerse de acuerdo a las partes que cada uno había hecho, lo hayan trabajado solos o en pareja. Ya contentos, con la excusa inventada, nos dijeron que no tenían ningún inconveniente. Katty también se despidió de mí y me dijo: "Ya sabes, si tienes algún problema me llamas o me escribes" - Mientras me despedía con una sonrisa le decía que sí. Cuando cerré la puerta, pensé acerca de que no aparecí mucho para mis amigos este verano. La respuesta era sencilla para mi cabeza: había pasado más días con Estef. Después de una gran suspiro, fui corriendo a mi cuarto. De camino a mi cuarto, mientras subía las escaleras, sentía el cuerpo un poco adormecido; además, en el pecho una sensación fría y ligeros toques eléctricos que pasaban por mi cuello. Supongo que era por el miedo y estrés que se acumulaban.

Entré a mi cuarto y cerré rápidamente la puerta, pues, a pesar de que solo estuvieran mis abuelos en casa, sentía que era malo que alguien me vieran con las fotos. Me subí y me senté en mi cama frente a las fotos como si estuviera hipnotizado. Cogí una foto cercana y vi la cara de Jina junto a la mía, parecía que estábamos en su cuarto. Luego, sin pensar más en foto y con la mente en blanco, comencé a ordenar... Cada foto era un maldito recuerdo en mi cabeza y me comenzaba a cuestionar a mí mismo por qué mi cerebro no me enviaba la información para los exámenes, pero para esto sí y con mucha claridad. Entre foto y foto era una emoción diferente. Sin embargo, hubo un momento que no aguanté más, pues vi una foto en la cual estaba mirando a cámara mientras Jina me besaba en la mejilla. Me molesté. Pero me molestó más la siguiente foto. Era ella mirando a cámara y yo besándola en la mejilla. Solo grité molestó un fuerte "no" y me fui al baño. Me refrescaba la cara en el lavatorio y noté que tenía los ojos un poco rojos, aún no sé si por estar triste o molesto. Por cierto, al parecer fue un grito muy fuerte, dado que mi abuela tocó la puerta y me preguntó si todo estaba bien. Le dije que no me salía un problema de matemática y se fue riéndose más tranquila a contarle a mi abuelo.

Antes de sentarme a ordenar otra vez, ya con la mente un poco más tranquila, me di cuenta que mi grito de cólera no fue por vergüenza, porque la foto no me producía eso. Aún no estoy seguro de cuál es la palabra correcta de mi enojo, pero sí puedo decir que si pienso mucho en la foto me vuelvo a molestar y a decirme "no" muchas veces... Sin más rodeos, terminé por ordenar todas la fotos. Muy bonitas en su mayoría, pues estaba con todos mi amigos, en el colegio y en algunos casos en la playa o un parque. Pero la mayor parecían estar en casa de Jina o en la mía. No obstante, todas tenían algo en común y recordé por qué estaban ahí. En todas las fotos estaba Jina, ya sea un pequeño detalle, la mitad de su rostro, un recuerdo o fue ella misma quien la había tomado.

Volví a cerrar la caja y debía colocarla en el mismo lugar, pero antes de dejarla, para que no ocurra algún accidente, decidí ponerle un poco de cinta adhesiva para que no se abra si se vuelve a caer. Lo coloqué sin que nadie me viera, por extraño que pareciese, y fui a mi cuarto. Cuando tomé mi celular, noté que tenía un mensaje de Estef, en el cual quería que la llamara. Contento la llamé y me preguntó cómo estuvo mi trabajo en grupo; luego de un rato, mientras conversábamos, no sé por qué terminé viendo mi billetera y encontré la única foto de Jina que aún no quito. Como me quedé unos segundos en silencio, Estef pensó que se había cortado la llamada y dijo con un tono muy dulce: "¿Hola... Hola? Estás ahí? ¿Estás bien?" - Le dije que me había distraído viendo una foto. Muy contenta me preguntó si era suya y rápidamente le cambie el tema respondiéndole que no tenía muchas fotos suyas. Me dijo que tenía razón, pero también se debía a que recién estábamos juntos hace poco.

Después de sentirme un campeón esquivando esa bala, le propuse salir el siguiente sábado, pero me dijo que tenía varios trabajos para la siguiente semana. Pero decidida me dijo que podíamos salir después de los entrenamientos. Un poco más alarmado, pues casi siempre salgo muy cansado y sudado, le dije: "No lo sé pequeña, tus papás se van a preocupar si llegas tarde." - Con una voz un poco desilusionada, me respondió: "Pero quiero salir contigo, hace tiempo que no estamos solos" - Con mi corazón rebosante de alegría de escuchar eso, me reí y le dije que mañana, es decir hoy, lo planeábamos. Se escuchaba más alegre y me dijo que sí. En fin, ahora estoy esperando un momento antes de llamarla y ver cuándo y a dónde nos vamos.