6 ene 2009

¡Verano!, ¿Hurra?

5 de Enero de 2006 Jueves

Estoy algo feliz, debido a que no salí tan mal en mis cursos; sin embargo, al mismo tiempo estoy triste por todo lo que ha pasado desde que le conté (he estado llorando). Primero, empiezo desde Diciembre.

Cuando trataba de decirle a Gina lo que había hecho con Estéfani, no podía, ya que mis papas me decían que solo podía salir después de Navidad (salí el 28 de Diciembre). Luego, cuando llegó ese día, fui corriendo a la casa de Gina, que no está muy lejos, para decirle lo que había hecho y me perdonara. Cuando llegué a su casa, ella me abrió la puerta y la vi preciosa, pues no la veía después de mucho tiempo, que al comienzo pensé en no decirle. No obstante, me llené de valor para poder decir al como:
- Gina discúlpame, pero la verdad es que... me besé con... E-Estéfani.

Me miró con una cara de "¿que?". Pero, luego, se empezó a reír y me dijo con una voz medio risueña:
- Casi me haces caer en tu broma... solo porque no nos hemos visto estos días, no tienes porqué inventar una broma tan... tan... ¿Cómo te lo digo?

Le respondí muy nervioso, pues sentía que me temblaban las piernas:
- ¡Pero es la verdad!... (Tartamudeaba mucho tratando de decirle otra vez todo)... solo...
 
Me interrumpió y me dijo con una voz alegre:
- Ya deja que contarme tonterías y entra. Quiero invitarte algo rico, mi tía ha traído... (no recuerdo qué dijo)
 
Entre mis tartamudeos solo logré decir: 
- Pero... Bueno, no importa. (Me decepcioné de que no me creyera)... Tienes razón, casi te hago caer.

Me siguió sonriendo en todo el trayecto a su cocina, su sonrisa era hermosa, me puse a pensar cómo es que me dejé llevar por el momento y me besé con Estéfani, si Gina es a quien quiero. Luego, su papá entró en la cocina, (No le agrado a su papá, ya lo noté en muchas ocasiones) me miró, frunció el ceño y me dijo con una voz medio fuerte:
- Rayos, cada vez que te veo, no puedo creer en cómo mi hija puede estar contigo. No parece que eres muy fiel, lo noto en tu cara y tus ojos te delatan.

Ella rápidamente se molestó un poco y le respondió medio fuerte. Su papá no dijo, pero ella me tomó de la mano y me llevó a su habitación a conversar en privado. En su habitación, aún un poco alterada, me dijo:
- No le hagas caso a mi papá; él solamente se molesta porque...

Mi conciencia no me dejaba tranquilo, interrumpí lo que decía y le contesté con la cabeza baja, pues sentía que no la podía mirar a los ojos:
- No, Gina... tiene razón, lo que te dije no era mentira, por favor. Créeme...

A pesar de todo, seguía sin creerme, ya que si yo hubiese hecho algo como eso, no era posible que le contase algo así, a menos que fuese un tarado... Ya no podía seguir ahí, así que me fui a mi casa. Besé a Gina antes irme, pues quería volver a sentir sus labios antes de que supiera la verdad. En mi interior sabía que ella iba a terminar conmigo si lo descubría... De regreso a mi casa, me calmé y pensé que si Gina no me creía, entonces no habría nada de qué preocuparse, pues nadie sabía lo ocurrido. Decidí pensar que solo ocurrió y que ahí quedaba todo.

Después, en el colegio, mis notas no fueron muy buenas por eso tengo que ir a clases de nivelación todo este mes (eso fue hace 3 días... Lunes). Gina me quería ver en el colegio y fue; pero, Estéfani también fue, porque Teresa y ella tienen actividades deportivas en el colegio. Así que, cuando estaba en un pequeño receso, Gina se fue a buscarme para acompañarme; sin embargo, Estéfani parece que también se fue a buscarme y en frente de Gina, cuando estábamos conversando, Estéfani me agarró de la cara, me besó y, sonriendo como niña feliz, me saludó:
- Hola ¿Cómo has estado?... Ha pasado tiempo desde entonces ¿No?

Cuando Gina vio eso, se quedó congelada, se alejó de mí y se molestó mucho, nunca la había visto así. Pero, después, de tanto enfado empezó a llorar. Estéfani me miró atónita, la miré asustado y miré a Gina más asustado. Quería acercarme a ella, pero muy molesta me golpeó en la cara y me dijo:
- Aléjate... Eres un idiota, no creí que fuera posible. Esa noche que fuiste a mi casa... Parece que mi papá tenía razón, aléjate de mí... ¡No te quiero volver a ver. Por mí te puedes ir la mierda!

Se paró secándose las lágrimas, caminó rápidamente hacia la salida y, cuando traté de seguirla, Estéfani me agarró del brazo y no me dejó ir tras ella, debido a que me dijo algo muy cierto:
- Espera, si te vas del colegio, perderás tu nivelación y te expulsarán, no podrás seguir en el colegio.

Me quedé congelado y no pude ir tras ella. Estéfani me dijo algo que no recuerdo, debido a lo que había sucedido... No le respondí nada, no sabía cómo sentirme y me fui a mi salón de clase.

Ahora, ya sentado en mi habitación, me siento como un idiota, sobre todo, porque Gina debe estar sintiéndose mal, igual o tal vez más que yo. Lo lamento mucho...

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