30 sept 2021

¿Qué pasó al día siguiente?

23 de Abril de 2007 Lunes

El domingo fui de los primeros en levantarse; me parece que eran alrededor de las seis de la mañana cuando me despertó Katty para decirme que despierte a los demás, pues le dada algo de vergüenza ver cómo los demás parecían muertos en el sofá y en la alfombra. Observé que todos estaban volviendo en sí, aunque muy lentamente. Así que, poco a poco iba avisándoles que había amanecido. Además de ello, vieron a su alrededor y quisieron ayudar con una básica y rápida limpieza; en cierto modo, antes de que se fueran, me dio risa ver a mis zombificados amigos limpiando lo que podían.

Mientras todos se despertaban en la sala, fui a mi habitación, pues Irene, Estef y Nadia se habían dormido ahí. Mientras subía las escalares, vi que Crístofer y Rosalina estaban durmiendo profundo en un sofá del segundo piso; aunque se notaba que ella estaba más cómoda. Es más, parecía que querían hacer una representación de "Titanic". De la misma manera, también vi que en la habitación de huéspedes estaba María; Nicolás en el suelo y, cerca a él estaba Robin. En cierto modo me reía, pues noté que Katty no había dormido sola y muy posiblemente los cuidó. A pesar de que todo parecía un desastre con posible ruido, también me percaté que trataron de hacer el menor ruido posible para que mis papás no se incomoden o despertaran, pues aún los escuchaba roncar.

Cuando entré a mi habitación, Estef y Nadia estaban sentadas y conversando mientras que Irene aún estaba durmiendo con una almohada encima de su cabeza, pero parecía que estaba despertando. Las dos me dijeron que se habían divertido y una voz débil por la almohada también secundó la afirmación de las otras. Además, me estuvieron recordando cómo tocaba la guitarra y, después de un momento, me avergonzaba, puesto que hablaban de cómo bailaba. De tanto reírse, Irene se despertó y se sumó a la conversación, aunque Estef la miraba de una manera... ¿graciosa? Sea como sea, parece que Nadia se resfrió un poco y, mientras abrió la mesa de noche, buscó un pañuelo o algún papel.

Esta parte me congeló un buen rato, dado que el día anterior había dejado los dos condones ahí. Sin embargo, no me acordaba y le dije que buscara, pues sí habían pañuelos... No entiendo mi suerte, de tantas cosas, cómo es posible que agarra un condón, lo sacó, lo olió y preguntó: "¿Qué es esto, una servilleta húmeda? Huele bien" - Estef e Irene sí lo notaron. Por el lado de Estef, se tapó lo boca con la mano, le dijo que lo deje donde lo encontró y me miró. Mientras tanto, Irene reaccionó con una sonrisa burlona, dio un respiro de sorpresa por la boca y dijo que no lo podía creer mientras agarró de los hombros a Estef. Rápidamente me acerqué a quitárselo de las manos, agarré el otro del cajón para ponerlos en mi bolsillo y le di los pañuelos que estaban al lado.

Irene, entre burlona e hiperactiva, le dijo: "No, Nadia. Esos eran (bajó la voz) condones" - Solo soltó un ruido de haber entendido y por la sorpresa. Luego, Irene siguió hablando mientras nos miraba a mí y a Estef: "¿No me digas que anoche lo hicieron? (miró la cama y se bajó, al igual que Nadia) Woo, IUU, no puede ser, ya..." - Estef estaba roja, e interrumpiéndola, le dijo que no habíamos hecho nada; yo también les dije que no había pasado nada, pues ella se había quedado dormida. Luego Nadia metió su cuchara: "Osea que sí lo iban hacer" - Como no iban a escuchar, les dije: "Saben qué, esto no tiene sentido. Chicas, bajemos con los demás, ayudemos en la sala, porque mis papás se van a despertar en cualquier momento y si ven esto no habrá otra reunión." - Estef también mencionó que vayamos y le hicieron caso. Mientras se iban y nos miraban, Irene, con un tono de voz molestoso, dijo que esta conversación se había puesto interesante y que no se había acabado. 

Cuando las dos salieron, con una mirada muy perspicaz, Estef me preguntó sobre los condones y por qué no le había dicho nada. Me dio vergüenza decirle que mi papá los dejó y le mencioné que no pensase mal de mí. Su mirada se iba transformando a una expresión molesta y no me preguntó nada más. Sin embargo, mientras todos estábamos limpiando, ella estaba un poco distante, aunque igual fingía frente a los demás. Para mi suerte, ni Irene o Nadia habló con los demás del tema. O eso pensé, ya que parece que sí lo hablaron en voz baja con Akira, Camila y Samanta mientras estábamos limpiando. Bueno, además de que era posible que todas sus amigas me vean mal, mis amigos también estaban riéndose, porque también vieron que me fui de la mano con Estef a mi habitación; la peor parte es que lo decían abiertamente. Afortunadamente, ellos también se decían cosas, pues todos estuvieron ebrios y molestaban a las parejas que se toquetearon en la sala.

Cuando se terminó la limpieza y algunos ya se habían ido, cerca de las siete y media, mis papás aparecieron y agradecieron que hayan limpiado la casa. Asimismo, a quienes aún habían quedado, les invitaron desayuno; aunque, algunos ya tenían que irse. Aparte de eso, al irse todos, por fin pude ir a mi cuarto y escribí lo que pasó. Después de escribir, me sentía cansado y  me eché en mi cama; sin embargo, mis almohadas olían principalmente a Estef e Irene y me terminé excitando. El sueño y el olor de ellas había generado mucha energía en mis pantalones; por ese motivo, sentía que debía liberarme y mi cerebro las imaginó de una manera particular, aunque más la imaginé a Irene con uniforme y mojada. Luego de ello, me quedé dormido hasta el almuerzo.

En fin, como todas las tardes de domingo, llamé a Estef. Nos saludamos con normalidad, conversábamos sobre la reunión, pero después le pregunté si estaba molesta. Hubo un pequeño silencio y un poco molesta me preguntó: "¿Te querías aprovechar de mí?" - Alarmado le respondí: "No, te iba a preguntar y, en caso de que hubieras querido... Pero, te quedaste dormida y eso fue, no pasó nada más." - Contestó: "¿No podías decírmelo cuando estábamos sobrios?" - Le pedí perdón y fue por que tenía vergüenza de preguntar tal cosa. Además, sentía que nos poníamos más pícaros tomando. Se le escuchaba más tranquila y me dijo: "Está bien, te perdono... Sinceramente, yo también hubiera querido que algo más ocurriera. No exactamente tener relaciones, pero..." - Le respondí que lo haríamos cuando ella quisiera o se sintiera preparada, no tenía problemas. Se le escuchaba avergonzada y luego conversando me preguntó: "¿Fuiste a comprar condones antes de la reunión, no te dio vergüenza? - Como no podía decirle que mi papá me los dio, le mentí y le conté que sabía dónde uno de mis hermanos mayores los guardaba.

Sentí que esquivé esa pregunta; sin embargo, la siguiente fue peor, pues se le escuchaba dubitativa y con voz tenue: "Entonces, ¿tú y Gina... tenían relaciones?" - Rápidamente le contesté que no, lo más lejos que habíamos llegado fue cuando nos perdimos en la isla. Es más, sentía que había llegado más lejos con ella que con Gina. Sé que disimuló, pero igual se le escuchaba más feliz. Incluso, diría que ya no tenía esa actitud con la que se fue. Quién sabe, puede ser que eso haya estado pensando cuando vio los condones, por eso el cambio de actitud y la pregunta. Como sea, después de incomodarme con esa conversación y seguirla por un rato, dado que ella quería, me habló sobre mi cumpleaños. Además, mencionó que podíamos avanzar un poco más en esa parte de nuestra relación, puesto que ella también tenía curiosidad y me dijo que se sintió bien cuando la toqué, así que... ¿Qué más puedo pedir?

17 sept 2021

¿Niñas malcriadas y mezclar el alcohol?

22 de Abril de 2007 Domingo

Tengo una extraña sensación de esta noche pasada. Tal vez estoy algo arrepentido. Francamente no lo sé, pero me estoy riendo por que es una mezcla de emociones que incluso las siento ahora si lo pienso mucho. Por si no me entiendo en el futuro, he aquí cómo ocurrió.

En el segundo receso del miércoles, estuve con mis amigos conversando mientras esperábamos a que llegaran Estef y sus amigas, puesto que todos hablaríamos acerca de una reunión en mi casa el fin de semana. No había problema, mis papás me habían dado permiso e incluso, aunque no tuvieran planes, pensaron en salir para no interrumpir. Hasta ahora supongo que es por que mis notas mejoraron y pronto tendré los fines de semana ocupados por la academia. Bueno, fuese cual fuese el motivo, me dieron permiso y les comenté a todos ese día. No recuerdo bien cómo nos organizamos, pues Katty, Irene y alguien más estaban dando las indicaciones. Aunque tampoco me interesaba tanto, porque estaba conversando con Estef, quien me estaba insinuando acerca de tomar hasta marearnos. Para ser sincero, no me incomodaba la idea, pues también tenía interés de saber hasta dónde podíamos llegar.

Los días hasta el sábado fueron tranquilos y no puedo negar que miro con más atención de arriba a bajo a Estef, principalmente abajo, en los entrenamientos de las tardes. Sin embargo, cuando estoy con ella, no siento esa calentura. Entonces, desde mi punto de vista, parece que la lucha entre mi cabeza de arriba y la de abajo, la que sale victoriosa es la de arriba. Por lo menos es lo que me estoy suponiendo. Además de ello, me ha parecido curioso cómo Camila y Nadia me hacían menos bromas en el transcurso de las semanas, supongo que me tienen aprecio, respeto o simplemente no quieren buscar a otro maestro gratuito JAJA. No lo digo solo por mí, sino por que mis amigos ya lo están confirmando con las actitudes en los recreos, ya que se comportaban algo arrogantes en un principio; y, la reunión es un ejemplo muy bueno y concreto para corroborar ese cambio.

Esto último también me lo confirmó Teresa, pero de manera diferente. Recuerdo que me pidió que la acompañara a la cafetería y mencionó que me contaría algo. En camino y lejos de los demás, le pregunté a qué se refería y me contestó entre risa y verdad, pues ni yo sé hasta qué punto es verdad: " Lucho, puedes ver que las cinco: Sam, Irene, Nadia, Camy y Tefy; son bonitas, ¿verdad?" - Le contesté un poco nervioso que , pues pensé que sabía que miraba de forma pervertida a Irene. Continuó con el mismo tono: "Pues, este grupo de chicas, desde que entraron a secundaria, eran como... ¿Has visto la película de las Mean Girls? (le contesté que vi partes) En simple, ellas eran las chicas bonitas y con una actitud arrogante, pero imagina una versión menos Hollywoodesca y más realista." - Con una sonrisita nerviosa, le contesté que no le entendía bien. Compró una botella de agua y nos sentamos en una mesa cercana.

Mientras se reía, me aclaró las cosas: "Hoy, estás algo lento. (suspiró, por que no le entendía) El amor te debe estar volviendo estúpido otra vez." - Me reí diciéndole que no, que yo siempre era así, y continuó: "Como ya te dije, ellas eran bonitas y lo sabían. Por lo tanto, se aprovechaban del algunas personas y se comportaban mal; quiero decir, no hacían cosas obscenas como las películas, pero sí hacían poses sugestivas, se copiaban en las pruebas, se aprovechaban de los chicos, acusaban a otras chicas, etc." - La verdad como estuvo con una actitud de risa y no tanto, no sabía cuánto creerle; sin embargo, le pregunté cuándo dejaron de hacer eso, porque no estaba enterado para nada. Con un poco más de seriedad me respondió: "Sinceramente no estoy segura, pero creo que fue cuando el subdirector las llamó a todas y le dio muchas advertencias. Luego, a los pocos meses, no sé si aún te acuerdas, pero ella quería conocerlos y por eso les presenté a Tefy" - No sabía qué pensar, pero en parte parecía tener sentido, puesto que, la segunda vez que la vi después de conocerla, ella tenía una actitud de no importarle cómo la viéramos y hasta dónde la viéramos.

Después de decirle que entendía algo, me dijo que no me preocupara, dado que eso ya era cosa del pasado y que la actitud de todas había cambiado para mejor. Mientras se reía me dijo: "Eres un amaestrador de niñas malas, haz hecho un buen trabajo" - Me avergonzó, pues, que yo sepa, no he hecho nada. Como el receso estaba terminando, volvimos con los demás. En el trayecto, Teresa me pidió que no diga nada de lo que me ha contado, pues era casi un secreto. Le dije que no había problema, debido a que todos siempre hacemos cosas que nos avergüenzan. Al llegar con los demás, Estef me preguntó por qué habíamos demorado tanto. Le dije cualquier cosa para que se ría y después de un rato dejó de insistir; no obstante, me informó sobre todos los preparativos de la reunión. Para mi suerte, no debía hacer nada, puesto que la casa era mía.

Una vez llegado el sábado en tarde, arreglé un poco la sala y la terraza, pues querían escucharnos tocar como en la última reunión con mis amigos. Luego, una vez terminado de arreglar todo, descansé un poco; sin embargo, mi papá me llamó y me dijo algo... gracioso. ¿Cómo así? Bueno, no fue algo tan privado, pues mi mamá aún podía escuchar si prestaba atención. En fin, lo que me dijo fue esto, casi como en código: "Lucho, vienen tu novia y todos tus amigos, ¿verdad?" - Le dije que sí y continuó: "Te he dejado materiales de condominios en tu cajón del estudio, solo por casualidad te interese" - Un poco dudoso le dije que aún no había decidido la carrera a la que postularía; no obstante, me dijo que lo entendería cuando revise. Momentos después, él y mi mamá salieron, pues iban a visitar algunos amigos después de mucho años. No estaba tan intrigado por lo que me dijo, pero igual fui al estudio y revisé mi cajón. Efectivamente, habían revistas de arquitectura e ingeniería, pero la sorpresa fue cuando las levanté. Encontré dos condones.

Mi corazón comenzó a bombear sangre como loco y rápidamente los llevé a mi habitación. Cuando los guardé, me senté en mi cama y pensé un par de cosas. Por un lado, uno de esos pensamientos era el pequeño empujo por parte de mi papá y, por otro lado, las cosas que debería hacer con Estef... Aunque, no pude pensar mucho tiempo, pues comenzaron a llegar todos y me distraje hasta que se me olvidó. Llegaban en grupos o en parejas. Fue algo divertido de ver, debido a que llegaban con bolsas de diversos dulce, papas o gaseosas. Sin embargo, el más llamativo, por decirlo de algún modo, fue lo que trajeron Fernando y Ramiro: varias botellas de ron, vino y champagne. En forma de broma les pregunté si íbamos a celebrar la victoria de una carrera de autos; aunque, me dijeron que debíamos tener variedad y no terminar aburridos con solo el ron. En ese momento no había entendido, así que no le tomé importancia. Lo único que me daba un poco de ansiedad fue la relación entre el alcohol y Estef, pues sentía, en cierto modo, que ella lo hacía apropósito.

Al final, llegaron Estef y su grupo de amigas. Las chicas se sorprendieron, pues, era la primera vez que venían y, desde la perspectiva de Nadie e Irene, no habían imaginado que mi casa fuese tan grande. Entre risas, Camila les dijo: Chicas, con razón los amigos de Luis querían una reunión casi todos los fines de semana. (mientras me abrazó el brazo) Sabes que siempre me agradaste, ¿verdad?" - Todos, incluidos mis amigos, se morían de risa e hicieron sus comentarios sobre lo cercano que me había vuelto con Camila. Después de avergonzarnos, al igual que la última vez, tocamos por casi una hora en la terraza, pero esta vez fuimos muchos más y algunos tuvieron que mirar desde los sofás de la sala. Aún así, lograron escuchar y divertirse. Después de tocar, Camila, Nadia e Irene incentivaron a que todos vayamos a la sala y bailemos. Esa idea encantó a María, Katty y Rosalina, subieron volumen a los parlantes y cada una sacó a alguien para bailar. Estef por su lado me sacó a bailar y nos divertimos por un buen rato.

A mitad del baile, Fernando y Ramiro bajaron el volumen de la música y comenzaron a dar un discurso que más o menos giraban alrededor de que este año terminábamos el colegio, íbamos a la universidad, exámenes y sobre las reuniones que aún estaban por venir. Me jalaron del brazo junto a ellos y Nicolás con Robin comenzaron a repartir copas de champagne, pues Fernando quería hacer un brindis por todo lo mencionado y por que mis clases en la academia se acercaban. Luego de que todos dijeron salud, volvieron a subir el volumen y mis amigos comenzaron a sacar ron con gaseosa y vino. Momentos después, cuando todos estábamos tomando y bailando, las amigas de Estef querían bailar conmigo, puesto que ya era aceptado por todas y querían, según Camila y Nadia, comprobar cómo bailaba. Así fue, primero bailé con Camila, luego Nadia y despúes Samanta. Sin embargo, pasaron los minutos y las horas y el alcohol estaba haciendo su efecto más en algunos que en otros. Producto de ello, me divirtió ver cómo traban de coquetear mis amigos con las amigas de Estef, pues no tenían mucho éxito.

En fin, después de bailar con Akira y Estef, bailé con Irene, aunque fue un baile un poco más pegadito de lo imaginado, pues, cuando descansaba en el sofá, Estef mareada se me acercó y me besaba de forma agresiva, lo que era raro; pero, en ese momento no me importó tanto, pues mis sentidos estaban en relajación total. Segundos después, le pregunté si quería ver mi habitación y aceptó sin dudas. Mientras la llevaba de la mano, miraba a todos las lados para que no sospechen nada de lo que podría ocurrir, dado que me sentía excitado como la última vez en su habitación. Al entrar a mi cuarto, riendo y de una salto, se acostó en mi cama y la seguí a su lado. Me dijo que le gustaba mi habitación, pues olía mucho a mí y reflejaba mi personalidad. De forma graciosa le dije que el alcohol la estaba poniendo rara, se rio y me comenzó a besar. En ese preciso momento moví mi mano debajo de su falda y la estimulé por un rato; sin embargo, mi mano se mojó muy rápido. Ella se disculpó y le dije que no había problema, aunque quería continuar, tenía que ir al baño. Me lavé y mientras me mojaba la cara, pensaba en los condones de mi cajón. Suspiré un par de veces y más armado de valor me fui al cuarto. Al regresar, Estef estaba dormida... Pensé en despertarla, pero por alguna razón la vi como una niña, casi como cuando la conocí y decidí dejarla descansar. Supongo que el mareo me hizo alucinar.

Saliendo de mi habitación, me encontré con Nadia e Irene bastante mareadas, pero igual con actitud coqueta me preguntaron: "¿Qué estabas haciendo con Tefy? No me digas que ya están en eso..." - Le respondí que la dejé durmiendo, pues estaba tan mareada como ellas. Se rieron y dijeron que la iban acompañar. Por mi parte, fui a la sala y me senté en el sofá. Ahí me encontré con una muy lúcida Katty y me reprochó el que haya dejado combinar las bebidas. Le pregunté el porqué y me contestó que todos estaban así de mal, por eso mismo, por tanta mezcla. Ella estaba lúcida, porque tomó con moderación y lo sabía. Momentos después, me dijo que dormiría en la habitación de huéspedes. Pasaron un par de horas más y mis papás llegaron. Debido al escenario que vieron, tenían ganas de burlarse, pues parecía que había explotado un bomba o hubiera ocurrido un apocalipsis zombi.