30 jul 2021

Planes de academia y nostalgia

11 de Abril de 2007 Miércoles

Por un lado, puedo decir que estoy satisfecho, porque ya no estoy bajo tanta vigilancia por mis papás y me parece que ya puedo salir. Además de eso, me he tenido que concentrar en las clases, pues Estef y sus amigas quieren que les vuelva a enseñar este fin de semana y, para no retrasarme en mis clases, debía estar más atento. Debo admitir que esto último ha sido muy aburrido e incluso un poco agotador, pues anoto hasta el más mínimo detalle, tanto así que incluso me han pedido apuntes de clase; pensar que antes era al revés.

Por otro lado, mis hermanos mayores han hablado con mis papás por teléfono y les pidieron que me inscribieran en alguna academia los fines de semana, pues los exámenes de las universidades se acercan a inicios de noviembre. Fuera de bromas, me ha dado miedo pensar en ambas cosas, dado que aún no sé a qué carrera postular y mi rendimiento académico no es tan espectacular, recién estoy mejorando desde el año pasado. Además, aunque suene como excusa, odio las academias, porque la gente suele ser rara; son como extrovertidos, pero con un toque de indiferencia o algo así... Preferiblemente no pensar en ello hasta que ocurra. 

Sin embargo, como ya tenía la noticia desde ayer, hoy le iba a comentar a Estef sobre esto, dado que ya no podría salir los sábados, aunque depende de lo hora. Me sentí un poco afortunado, pues, antes de que iniciáramos clases, también les conté a mis amigos en el salón y Mike dijo que también irá, pues quiere ingresar al primer intento y se alegró de que yo también iba a estar ahí,  aunque él va por propia voluntad. También le pregunté a María si se inscribía, puesto que siempre practicaba después de clases. Por su puesto, ella siempre estudiaba después de clases y no le tenía tanto temor a los exámenes universitarios. Con un poco de sarcasmos, me preguntó si quería su ayuda y, sin pensármelo mucho, acepté. Quería seguir conversando con ellos, pero sonó la campana y llegó el profesor para comenzar la clase.

Al salir al receso, estuve conversando con todos sobre a qué universidad iban, si estaban nerviosos, si asistirían a academias, etc. Por mi parte, les conté que iba a estudiar en la universidad de la capital del noreste. Me da risa pensar que lo hice para bajar un poco la presión, pero casi todos nos pusimos más miedosos por el posible examen que cada uno tuviera que presentar. Mientras conversábamos estos temas, Estef y sus amigas aparecieron y nos saludaron con más confianza que antes. Me sorprende cómo rompen el hielo Irene y Nadia. No recuerdo qué preguntaron, pero cambiamos de tema y se nos fue un poco del estrés. Segundos después, mientras todos conversaban, Estef me preguntó entre susurros de qué hablábamos y le mencioné muy resumidamente de la universidad y la academia, muy posiblemente a la que asistí en el verano. En un segundo me miró con mucha sorpresa, pero rápidamente cambió a una carita adorable y picarona para decirme: "Parece que nos veremos un poco más tarde esos días." - De una manera seductora le dije que sí y nos empezamos a reír.

Érica, quien se está juntando más a nosotros por Mike, dijo: "Lucho, cuenta el chiste para todos, no solo a Estéfani" - Todas esas miradas incómodas tenían un comentario astuto, como era de esperarse; aunque, algunos fueron divertidos. Por alguna razón, luego de los comentarios, todos empezaron a mirar a Teresa y a incluirla en la joda. Me dio un poco de risa ver cómo es que Katty y Ronald tosían, hacían ruidos con la garganta y expresiones que gritaban: "Ya paren de hablar" - Rosalina, quien entendió más rápido que todos, cambió de tema muy sutilmente: "Samanta, creo que vi algunos de tus cuadros en el campo de tenis" - Parece que Crístofer se percató y se sumó a la conversación, al igual que Ronald. Otra cosa que me dio risa fue que Mike estuvo mudo todo el tiempo, incluso se vio un poco nervioso cuando Érica habló. A parte de eso, Samanta comentó que la profesora de pintura quería exhibir algunos cuadros y próximamente murales para algunas áreas del colegio.

En fin, el receso concluyó y todos fuimos a nuestras clases. Al llegar el segundo receso, cuando estaba camino a reunirme con mis amigos, Estef me agarró de la mano y me llevó a la azotea. Mientras caminábamos, no se le veía muy feliz. No sabía qué quería decirme, era raro verla así, dado que siempre la veía muy risueña. Abrió la puerta y, mientras aún me tomaba de la mano, me preguntó si de verdad me iba a inscribir en la academia. Le dije que era lo más probable, pues necesitaba estudiar para los exámenes de la universidad a la que iba. Entre preocupada y triste preguntó si era necesario que fueran los sábados en la tarde. Le contesté que aún no lo sabía y más directamente le pregunté si se sentía bien. Respondió muy melancólica y con la voz entrecortada: "Es que... mientras estaba en clase, pensé en lo que dijiste y... el otro año... no te voy a ver." - Me dio mucha pena y me conmovió bastante, pues se notaba que se controlaba para no llorar. Segundos después, con el mismo tono de voz, me preguntó: "¿Por qué no vas a una local? Aquí también hay buenas universidades" - Sin embargo, le dije que mi papá y mis hermanos estudiaron y estudian allá, respectivamente, por ser de las mejores del país.

No me dijo nada más, tapó su cara en mi pecho y la abracé para que se calmara, porque se notaba que lloraba. También me dieron ganas de llorar cuando soltó un ligero llanto adolorido, pero me las aguanté para que la situación no se ponga peor. Estuvimos un rato sentados en silencio, mientras ella apoyaba su cabeza en mi pecho, la rodeé con mi brazo derecho y le frotaba las manos. Recosté mi mejilla derecha en su cabeza y solo se escuchaba su nariz en un intento por que no se escurra. Minutos después, se escuchaba más tranquila y me pidió disculpas; sin embargo, no había de qué, pues yo también la quería mucho y trataba de no pensar mucho en mi partida, debido a que aún falta mucho. Hasta antes de que sonara la campana, conversamos un poco más sobre otros temas y, como ya se estaba sintiendo mejor, surgió la idea de hacer una reunión con mis amigos y los suyos en mi casa; aunque, no lo hablamos mucho, porque debíamos regresa a nuestras aulas y me dijo que lo hablábamos con los demás en el entrenamiento de hoy.

Terminadas las clases, me encontré con Mike, Crístofer, Rosalina y Ronald y estuvimos conversando hasta llegar a las canchas de fútbol, pues ellos tenían que cruzar el campo para ir con sus entrenadores. No obstante, antes de que pudieran irse, aparecieron Estef y Camila, bueno por lo menos Estef, con el tema de querer reunirnos este fin de semana o el otro. Mis amigos casi ni dudaron en responderle un . Por suerte, Camila le recordó que tenían una prueba de física el lunes y me necesitaban el fin de semana. Extrañamente, mis amigos no hicieron objeción alguna y me dijeron que mejor las ayude a estudiar; entonces, nos íbamos a reunir la otra semana. Justo cuando terminamos de discutir eso, aparecieron Irene y Samanta. Irene llegó con su pantalón y una casaca de deporte, además de un maletín deportivo; admito decepcionarme, pues no mostraba sus atributos como la última vez. Samanta estuvo algo avergonzada, con su short y su polo, por las repetidas bromas de Camila. Me salí del tema, llegaron y, como es obvio, preguntaron de qué hablábamos.

Camila les respondió con cierta vacilación: "Tefy y Lucho quieren invitarnos a una fiesta este fin de semana" - Irene sonaba interesada, pero se miró con Samanta y mencionó que tenían prueba la otra semana. Luego, Samanta e Irene me preguntaron si no les ayudaría a estudiar este fin de semana. Francamente, no sé por qué me incluyeron como si hubiera sido mi idea, pues Estef era la más emocionada. Sin mucha duda les respondí que estudiaríamos este fin de semana y la siguiente ya podíamos divertirnos. Todos estaban de acuerdo, incluso Estef; aunque, me hacía la cara de una niña malcriada, qué adorable... En cierto modo, me daba risa su comportamiento, pues la miraba en medio del entrenamiento y en muchas ocasiones me evitaba la mirada. Fue tan notorio que Camila quería meterle leña al fuego, pues preguntaba en voz alta si nos habíamos peleado. Sin embargo, debo decir que su comportamiento era medio pasajero, pues, en algunas miradas que cruzábamos, ella no podía aguantar la risa.

Desde mi perspectiva, influenciada por la clase de anatomía, su comportamiento me parecía que se debida a la "regla". Por supuesto que no podía decir eso, ya que me vería como un idiota, un machista, un insensible, etc, etc, frente a las chicas. Me quedé callado todo el entrenamiento, pero siempre con esa idea y traté de que las cosas se calmaran solas.
 
Una vez acabado el entrenamiento, fui a cambiarme de ropa y luego me recosté en el campo de fútbol, pues ahí es el lugar de reunión con Estef y sus amigas antes de irnos. Pasó un ratito y, sin aviso alguno, Estef se recostó en mi brazo izquierdo, pues estaba extendido. En broma, hice un rudo como si me doliera, levantó la cabeza y me reí bastante. Para molestarme, me dio golpecitos al brazo y continuó con cosquillas. Después, volvió con su cabeza a mi brazo y me pidió que le avisara cuándo empezaba las clases en la academia. Conversamos un rato, pero llegó Irene y me quedé un poco idiotizado por su short apretadito y el crop top que dejaba ver su abdomen. Estef, también sorprendida, se levantó con gestos coquetos y le dijo: "Wow, mira a esta chica toda sexy ¿no es verdad, Luchi?" - Mientras estaba en el suelo, gesticulé una gran sonrisa nerviosa y les dije que , se veía muy bien. En mi cabeza estaba babeando, menos mal que Camila y Samanta llegaron y conversaron entre ellas. Por último, no estoy seguro si Estef lo notó, pero, mientras nos íbamos, me estuvo pellizcando cuando hablaba atentamente con Irene. Fue tan sutil su "broma" que Camila se unió para generarme algo de dolor extra.

12 jul 2021

Un sueño que recuerda y momento para repasar

09 de Abril de 2007 Lunes

Nada como despertar un lunes en la mañana antes de ir al colegio y tener un sueño que te hace recordar a una persona. Por si en un futuro no entiendo la oración anterior, lo estoy diciendo con ironía. ¿A qué me refiero? Es muy simple. El sueño inició sentado en la cama de mi habitación, como cuando revisé las fotos hace días. De repente me asusté, pues me pareció ver alguien por la puerta; sin embargo, no había nadie cuando miré. Así que, continué mirando televisión, supongo que eso hacía.

Segundos después, sonó la risa femenina que no podía confundir por nada en el mundo; no obstante, pregunté si había alguien ahí, pues me parecía raro que fuera ella. Después de la pregunta, me respondió con una voz alegre: "No lo sé, puede ser" - Contento y dudoso generé un temeroso Hola. No hubo una respuesta inmediata. Pasaron unos segundos incómodos y me contestó que no saldría hasta que le diera permiso. Le dije que no necesitaba mi permiso y que entrara sin problemas.

Aún sin entrar, pero con una gran sonrisa, mejillas rojas y actitud juguetona que me recordó a Estef, se sostuvo del lado derecho del marco de la puerta, como si estuviera haciendo equilibrio con una pierna y solo dejándose ver la mitad del cuerpo, me pidió que lo dijera de forma más cariñosa y menos nervioso. Realmente estuve avergonzado y nervioso, pues se veía muy bonita con el cabello un poco más largo y parecía que se había maquillado un poco. Entonces, calmándome y con buen ánimo, le dije: "Jina, ven, puedes pasar" - Risueña y muy suelta de huesos, entró al cuarto y, mientras se acercaba a mí, exclamó: "No fue muy difícil, ¿verdad?".

Se sentó a mi lado y, mientras se recostaba en mi hombro, me preguntó qué hacía. Le mencioné que miraba televisión, pero dudosa me dijo que no parecía. Le pregunté el porqué y me dijo que mirara mi cama. Incliné un poco la cabeza y me alarmé por la gran cantidad de fotos esparcidas. Con una voz muy pícara me preguntó: "¿De dónde sacaste todo esto?... ¿Esa soy yo?" - Extendió su mano para tomar una foto y me desperté sin saber qué foto alcanzó.

Me senté en mi cama para pensar un poco, pero mi mamá tocó la puerta y me dijo que me cambiara rápido, pues era algo tarde. Sinceramente, estaba muy inquieto y un poco nostálgico, quería hablarlo con alguien. Así que, mientras mi mamá me servía el desayuno, muy rápido y sin tiempo de que lo piense, le dije: "Creo que extraño a Jina" - Me miró con sorpresa por unos instantes y con una actitud comprensiva me preguntó qué había pasado. Le conté mi sueño y me respondió con una voz tranquila: "Hijo, es normal. No ha pasado mucho tiempo, las cosas no cambian de la noche a la mañana. Es cuestión de tiempo... (Le di la razón y suspiré un poco) No me digas que te cansaste de tu novia actual. Esa, la rubia bonita de grandes pestañas" - Le dije que no, que sí me gustaba mucho. En fin, siguió hablando de lo bonita que era y me avergonzó tanto que preferí ya no hablar de ese tema con mi mamá. Pero, sí admito que es verdad lo que dijo.

En camino al colegio, le conté a Crístofer, pues hacía mucho que no le contaba nada de estos temas. Después de escucharme, me preguntó si había pensado en ella o algo relacionado. Le conté: "Hace unos días miré fotos." - Me contestó con un aire de ironía que eso era un gran factor. Mientras conversábamos, Sofía también se unió a la conversación, dado que hace tiempo que no hablábamos de Jina por obvias razones. A pesar de que me avergonzó un poco de hablarlo con Sofía, recordé que en mi clase mencioné inconscientemente el nombre de Jina. Les conté a ambos y Crístofer, un poco incómodo, mencionó algo como: "Ah, ¿estás seguro de que ya la superaste?... Porque me suenas a alguien obsesionado" - Le dije que no lo era, pues incluso le dije que había tratado de ignorar lo relacionado a ella. Aún con lo dicho, Sofía, a pesar de su edad, me dijo que no le parecía bien que ignorara las cosas como si no hubieran ocurrido... No estoy seguro, pero comenzaron a conversar más sobre el tema psicológico que sobre mi problema real; aunque, sirvió para distraerme y reírme un rato, pues llegamos a la graciosa conclusión de que todos somos una simulación de computadora. Supongo que lo hicieron apropósito para distraerme, lo cual sirvió.

En el primer receso, me encontré con Estef y nos fuimos a un lugar apartado de nuestros amigos. Ahí estuvimos conversando sobre nuestro fin de semana. Principalmente se quejó de su grupo, pues no le ayudaron a resolver varias partes del trabajo y muchas veces se distraían para perder el tiempo. Además, en su grupo estaba Marlon, su ex... Mi cerebro no escuchó más, pero traté de ignorarlo para que no me vea celoso e inquieto. Me parece que se dio cuenta y estuvo jugando con mis emociones, ya que hizo muchas bromas. A pesar de que sabía lo que hacía, me incomodaba un poco. De un momento a otro, miré a mis alrededores, la tomé por la cintura con mi brazo derecho y la besé. Estuvimos un buen rato así hasta que la solté. Estuve un poco avergonzado y ella estaba rojita con una gran sonrisa diciéndome algo como: "Sabía que estabas celoso. Eso te pasa por no invitarme a tu reunión del viernes." - Me sacó la lengua como si estuviera burlándose, aunque se veía muy adorable. Luego, me siguió besando hasta que escuchamos pasos corriendo. Nos alarmamos, porque supusimos que alguien nos había visto, y rápidamente nos fuimos a la cafetería para pasar desapercibidos. 

Ya sentados, me dijo que le gustaron las fotos cuando estuvimos tocando; otras fotos riéndonos de la película; y varias fotos cuando todos estaban un poco mareados. Con ironía le dije que llegaron a ella muy rápido, aunque era obvio puesto que Akira se las pasaba. Me constestó con la misma ironía: "Es que alguien no me guarda secretos. (Nos reímos por cómo lo dijo) Kiara me las pasó al día siguiente" -  Le dije que no la invité, porque sabía sobre la importancia de su trabajo; si bien me dio la razón, igual quería que la reconfortara. Como no podía hacer muchas muestras de afecto, porque habían muchos espectadores, incluidos los profesores, le dije que iba a pasar tiempo con ella en la tarde. Comenzó a sonreír y le pregunté cómo le fue en su última prueba de física. Me dio mucha risa ver cómo sus ojos miraron para otro lado y su sonrisa se volvió nerviosa. Me dijo que aprobó, pero por muy poco, al igual que Nadia y Camila. Le dije que esta tarde iba a su casa para repasar, dado que otra prueba se le acercaba y a pasar tiempo juntos. No le desagradó la idea y nos fuimos a nuestras aulas, porque sonó la campana. En el segundo receso lo pasé con mis amigos y estuvimos hablando del fin de semana, pues querían repetirlo. Del mismo modo, miramos las fotos y nos reíamos de la cara de todos.

En fin, terminadas la clases, me arreglé y fui a casa de Estef. Me parece que llegué temprano y su mamá me abrió la puerta. Se le veía un poco cansada, pero igual me saludó con cierta alegría y me invitó a pasar. Desde lejos, con voz alta, le avisó de mi llegada y me dijo que vaya a su cuarto, por si se quedó dormida. Mientras pasaba por la sala, vi a Teresa durmiendo con una ropa que casi no le cubría las piernas. Traté de pasar en silencio para no despertarla; sin embargo, a mitad del camino, despertó, me miró con gran sorpresa y muy avergonzada metió sus pierna en la chompa; por mi lado, giré la cabeza en otra dirección. Un poco molesta, exclamó: "¿Qué haces aquí?¿Por qué siempre me ves cuando estoy así? o ¿lo haces a propósito?" - Entre risas, por la vergüenza, le respondí: "Escucha, no es mi culpa, podría decir que es tu culpa por vestirte así, pero sonaría machista o sexista; así que, es mejor si no es culpa de nadie. ¿Qué te parece? - Con una cara muy roja, y haciendo un gesto con la mano para que me vaya, me dijo que vaya con Estef. Igual, por la duda, me disculpé y me fui. Mientras me iba, la escuché quejarse de que Estef no le avisó que no yo iba a su casa.

Antes de llegar a la habitación, ella ya estaba esperando afuera, pues escuchó la voz molesta de Teresa. Me preguntó qué pasó y le dije que ella se lo explicaba luego. Como siempre, muy insistente me pidió que le contara; no obstante, le pedí que primero me diera su prueba. Se quedó un poco callada, se dirigió su mesa de noche y casi sin mirarme me la dio. Mientras lo revisaba, no estaba tan mal como pensé y se lo dije con cierta picardía para que se alegrara. Le regresó un poco el color a los ojos y me pidió que le explicara más; pues, la última vez, desde su perspectiva, le puse más atención a Irene y a Nadia que a ella. Le contesté: "Debes decirme, ellas me preguntaron varias veces y eso que no le caigo bien a Nadia." - Con una actitud de niña me respondió: "Ok, ok, está bien, vamos a la mesa" - Nos sentamos pegados y, de vez en cuando, mientras ella resolvía ciertos problemas, la abrazaba por el estómago con mi brazo izquierdo. Obvio que no la hacía seguido, pues no quería desconcentrarla y por que su mamá entró un par de veces invitándonos algunos postres y algo para beber. Eso hacía que ambos saltemos del susto y nos separábamos rápido, pues noté que su mamá me miraba de pies a cabeza cuando entraba. 

Ya para terminar, estudiamos un poco más de dos horas y lo entendió mejor. Era obvio, la parte práctica era más fácil. Me despedí y, cuando llegué a casa, mis papás me preguntaron a quién le había pedido permiso para salir...