30 sept 2021

¿Qué pasó al día siguiente?

23 de Abril de 2007 Lunes

El domingo fui de los primeros en levantarse; me parece que eran alrededor de las seis de la mañana cuando me despertó Katty para decirme que despierte a los demás, pues le dada algo de vergüenza ver cómo los demás parecían muertos en el sofá y en la alfombra. Observé que todos estaban volviendo en sí, aunque muy lentamente. Así que, poco a poco iba avisándoles que había amanecido. Además de ello, vieron a su alrededor y quisieron ayudar con una básica y rápida limpieza; en cierto modo, antes de que se fueran, me dio risa ver a mis zombificados amigos limpiando lo que podían.

Mientras todos se despertaban en la sala, fui a mi habitación, pues Irene, Estef y Nadia se habían dormido ahí. Mientras subía las escalares, vi que Crístofer y Rosalina estaban durmiendo profundo en un sofá del segundo piso; aunque se notaba que ella estaba más cómoda. Es más, parecía que querían hacer una representación de "Titanic". De la misma manera, también vi que en la habitación de huéspedes estaba María; Nicolás en el suelo y, cerca a él estaba Robin. En cierto modo me reía, pues noté que Katty no había dormido sola y muy posiblemente los cuidó. A pesar de que todo parecía un desastre con posible ruido, también me percaté que trataron de hacer el menor ruido posible para que mis papás no se incomoden o despertaran, pues aún los escuchaba roncar.

Cuando entré a mi habitación, Estef y Nadia estaban sentadas y conversando mientras que Irene aún estaba durmiendo con una almohada encima de su cabeza, pero parecía que estaba despertando. Las dos me dijeron que se habían divertido y una voz débil por la almohada también secundó la afirmación de las otras. Además, me estuvieron recordando cómo tocaba la guitarra y, después de un momento, me avergonzaba, puesto que hablaban de cómo bailaba. De tanto reírse, Irene se despertó y se sumó a la conversación, aunque Estef la miraba de una manera... ¿graciosa? Sea como sea, parece que Nadia se resfrió un poco y, mientras abrió la mesa de noche, buscó un pañuelo o algún papel.

Esta parte me congeló un buen rato, dado que el día anterior había dejado los dos condones ahí. Sin embargo, no me acordaba y le dije que buscara, pues sí habían pañuelos... No entiendo mi suerte, de tantas cosas, cómo es posible que agarra un condón, lo sacó, lo olió y preguntó: "¿Qué es esto, una servilleta húmeda? Huele bien" - Estef e Irene sí lo notaron. Por el lado de Estef, se tapó lo boca con la mano, le dijo que lo deje donde lo encontró y me miró. Mientras tanto, Irene reaccionó con una sonrisa burlona, dio un respiro de sorpresa por la boca y dijo que no lo podía creer mientras agarró de los hombros a Estef. Rápidamente me acerqué a quitárselo de las manos, agarré el otro del cajón para ponerlos en mi bolsillo y le di los pañuelos que estaban al lado.

Irene, entre burlona e hiperactiva, le dijo: "No, Nadia. Esos eran (bajó la voz) condones" - Solo soltó un ruido de haber entendido y por la sorpresa. Luego, Irene siguió hablando mientras nos miraba a mí y a Estef: "¿No me digas que anoche lo hicieron? (miró la cama y se bajó, al igual que Nadia) Woo, IUU, no puede ser, ya..." - Estef estaba roja, e interrumpiéndola, le dijo que no habíamos hecho nada; yo también les dije que no había pasado nada, pues ella se había quedado dormida. Luego Nadia metió su cuchara: "Osea que sí lo iban hacer" - Como no iban a escuchar, les dije: "Saben qué, esto no tiene sentido. Chicas, bajemos con los demás, ayudemos en la sala, porque mis papás se van a despertar en cualquier momento y si ven esto no habrá otra reunión." - Estef también mencionó que vayamos y le hicieron caso. Mientras se iban y nos miraban, Irene, con un tono de voz molestoso, dijo que esta conversación se había puesto interesante y que no se había acabado. 

Cuando las dos salieron, con una mirada muy perspicaz, Estef me preguntó sobre los condones y por qué no le había dicho nada. Me dio vergüenza decirle que mi papá los dejó y le mencioné que no pensase mal de mí. Su mirada se iba transformando a una expresión molesta y no me preguntó nada más. Sin embargo, mientras todos estábamos limpiando, ella estaba un poco distante, aunque igual fingía frente a los demás. Para mi suerte, ni Irene o Nadia habló con los demás del tema. O eso pensé, ya que parece que sí lo hablaron en voz baja con Akira, Camila y Samanta mientras estábamos limpiando. Bueno, además de que era posible que todas sus amigas me vean mal, mis amigos también estaban riéndose, porque también vieron que me fui de la mano con Estef a mi habitación; la peor parte es que lo decían abiertamente. Afortunadamente, ellos también se decían cosas, pues todos estuvieron ebrios y molestaban a las parejas que se toquetearon en la sala.

Cuando se terminó la limpieza y algunos ya se habían ido, cerca de las siete y media, mis papás aparecieron y agradecieron que hayan limpiado la casa. Asimismo, a quienes aún habían quedado, les invitaron desayuno; aunque, algunos ya tenían que irse. Aparte de eso, al irse todos, por fin pude ir a mi cuarto y escribí lo que pasó. Después de escribir, me sentía cansado y  me eché en mi cama; sin embargo, mis almohadas olían principalmente a Estef e Irene y me terminé excitando. El sueño y el olor de ellas había generado mucha energía en mis pantalones; por ese motivo, sentía que debía liberarme y mi cerebro las imaginó de una manera particular, aunque más la imaginé a Irene con uniforme y mojada. Luego de ello, me quedé dormido hasta el almuerzo.

En fin, como todas las tardes de domingo, llamé a Estef. Nos saludamos con normalidad, conversábamos sobre la reunión, pero después le pregunté si estaba molesta. Hubo un pequeño silencio y un poco molesta me preguntó: "¿Te querías aprovechar de mí?" - Alarmado le respondí: "No, te iba a preguntar y, en caso de que hubieras querido... Pero, te quedaste dormida y eso fue, no pasó nada más." - Contestó: "¿No podías decírmelo cuando estábamos sobrios?" - Le pedí perdón y fue por que tenía vergüenza de preguntar tal cosa. Además, sentía que nos poníamos más pícaros tomando. Se le escuchaba más tranquila y me dijo: "Está bien, te perdono... Sinceramente, yo también hubiera querido que algo más ocurriera. No exactamente tener relaciones, pero..." - Le respondí que lo haríamos cuando ella quisiera o se sintiera preparada, no tenía problemas. Se le escuchaba avergonzada y luego conversando me preguntó: "¿Fuiste a comprar condones antes de la reunión, no te dio vergüenza? - Como no podía decirle que mi papá me los dio, le mentí y le conté que sabía dónde uno de mis hermanos mayores los guardaba.

Sentí que esquivé esa pregunta; sin embargo, la siguiente fue peor, pues se le escuchaba dubitativa y con voz tenue: "Entonces, ¿tú y Gina... tenían relaciones?" - Rápidamente le contesté que no, lo más lejos que habíamos llegado fue cuando nos perdimos en la isla. Es más, sentía que había llegado más lejos con ella que con Gina. Sé que disimuló, pero igual se le escuchaba más feliz. Incluso, diría que ya no tenía esa actitud con la que se fue. Quién sabe, puede ser que eso haya estado pensando cuando vio los condones, por eso el cambio de actitud y la pregunta. Como sea, después de incomodarme con esa conversación y seguirla por un rato, dado que ella quería, me habló sobre mi cumpleaños. Además, mencionó que podíamos avanzar un poco más en esa parte de nuestra relación, puesto que ella también tenía curiosidad y me dijo que se sintió bien cuando la toqué, así que... ¿Qué más puedo pedir?

17 sept 2021

¿Niñas malcriadas y mezclar el alcohol?

22 de Abril de 2007 Domingo

Tengo una extraña sensación de esta noche pasada. Tal vez estoy algo arrepentido. Francamente no lo sé, pero me estoy riendo por que es una mezcla de emociones que incluso las siento ahora si lo pienso mucho. Por si no me entiendo en el futuro, he aquí cómo ocurrió.

En el segundo receso del miércoles, estuve con mis amigos conversando mientras esperábamos a que llegaran Estef y sus amigas, puesto que todos hablaríamos acerca de una reunión en mi casa el fin de semana. No había problema, mis papás me habían dado permiso e incluso, aunque no tuvieran planes, pensaron en salir para no interrumpir. Hasta ahora supongo que es por que mis notas mejoraron y pronto tendré los fines de semana ocupados por la academia. Bueno, fuese cual fuese el motivo, me dieron permiso y les comenté a todos ese día. No recuerdo bien cómo nos organizamos, pues Katty, Irene y alguien más estaban dando las indicaciones. Aunque tampoco me interesaba tanto, porque estaba conversando con Estef, quien me estaba insinuando acerca de tomar hasta marearnos. Para ser sincero, no me incomodaba la idea, pues también tenía interés de saber hasta dónde podíamos llegar.

Los días hasta el sábado fueron tranquilos y no puedo negar que miro con más atención de arriba a bajo a Estef, principalmente abajo, en los entrenamientos de las tardes. Sin embargo, cuando estoy con ella, no siento esa calentura. Entonces, desde mi punto de vista, parece que la lucha entre mi cabeza de arriba y la de abajo, la que sale victoriosa es la de arriba. Por lo menos es lo que me estoy suponiendo. Además de ello, me ha parecido curioso cómo Camila y Nadia me hacían menos bromas en el transcurso de las semanas, supongo que me tienen aprecio, respeto o simplemente no quieren buscar a otro maestro gratuito JAJA. No lo digo solo por mí, sino por que mis amigos ya lo están confirmando con las actitudes en los recreos, ya que se comportaban algo arrogantes en un principio; y, la reunión es un ejemplo muy bueno y concreto para corroborar ese cambio.

Esto último también me lo confirmó Teresa, pero de manera diferente. Recuerdo que me pidió que la acompañara a la cafetería y mencionó que me contaría algo. En camino y lejos de los demás, le pregunté a qué se refería y me contestó entre risa y verdad, pues ni yo sé hasta qué punto es verdad: " Lucho, puedes ver que las cinco: Sam, Irene, Nadia, Camy y Tefy; son bonitas, ¿verdad?" - Le contesté un poco nervioso que , pues pensé que sabía que miraba de forma pervertida a Irene. Continuó con el mismo tono: "Pues, este grupo de chicas, desde que entraron a secundaria, eran como... ¿Has visto la película de las Mean Girls? (le contesté que vi partes) En simple, ellas eran las chicas bonitas y con una actitud arrogante, pero imagina una versión menos Hollywoodesca y más realista." - Con una sonrisita nerviosa, le contesté que no le entendía bien. Compró una botella de agua y nos sentamos en una mesa cercana.

Mientras se reía, me aclaró las cosas: "Hoy, estás algo lento. (suspiró, por que no le entendía) El amor te debe estar volviendo estúpido otra vez." - Me reí diciéndole que no, que yo siempre era así, y continuó: "Como ya te dije, ellas eran bonitas y lo sabían. Por lo tanto, se aprovechaban del algunas personas y se comportaban mal; quiero decir, no hacían cosas obscenas como las películas, pero sí hacían poses sugestivas, se copiaban en las pruebas, se aprovechaban de los chicos, acusaban a otras chicas, etc." - La verdad como estuvo con una actitud de risa y no tanto, no sabía cuánto creerle; sin embargo, le pregunté cuándo dejaron de hacer eso, porque no estaba enterado para nada. Con un poco más de seriedad me respondió: "Sinceramente no estoy segura, pero creo que fue cuando el subdirector las llamó a todas y le dio muchas advertencias. Luego, a los pocos meses, no sé si aún te acuerdas, pero ella quería conocerlos y por eso les presenté a Tefy" - No sabía qué pensar, pero en parte parecía tener sentido, puesto que, la segunda vez que la vi después de conocerla, ella tenía una actitud de no importarle cómo la viéramos y hasta dónde la viéramos.

Después de decirle que entendía algo, me dijo que no me preocupara, dado que eso ya era cosa del pasado y que la actitud de todas había cambiado para mejor. Mientras se reía me dijo: "Eres un amaestrador de niñas malas, haz hecho un buen trabajo" - Me avergonzó, pues, que yo sepa, no he hecho nada. Como el receso estaba terminando, volvimos con los demás. En el trayecto, Teresa me pidió que no diga nada de lo que me ha contado, pues era casi un secreto. Le dije que no había problema, debido a que todos siempre hacemos cosas que nos avergüenzan. Al llegar con los demás, Estef me preguntó por qué habíamos demorado tanto. Le dije cualquier cosa para que se ría y después de un rato dejó de insistir; no obstante, me informó sobre todos los preparativos de la reunión. Para mi suerte, no debía hacer nada, puesto que la casa era mía.

Una vez llegado el sábado en tarde, arreglé un poco la sala y la terraza, pues querían escucharnos tocar como en la última reunión con mis amigos. Luego, una vez terminado de arreglar todo, descansé un poco; sin embargo, mi papá me llamó y me dijo algo... gracioso. ¿Cómo así? Bueno, no fue algo tan privado, pues mi mamá aún podía escuchar si prestaba atención. En fin, lo que me dijo fue esto, casi como en código: "Lucho, vienen tu novia y todos tus amigos, ¿verdad?" - Le dije que sí y continuó: "Te he dejado materiales de condominios en tu cajón del estudio, solo por casualidad te interese" - Un poco dudoso le dije que aún no había decidido la carrera a la que postularía; no obstante, me dijo que lo entendería cuando revise. Momentos después, él y mi mamá salieron, pues iban a visitar algunos amigos después de mucho años. No estaba tan intrigado por lo que me dijo, pero igual fui al estudio y revisé mi cajón. Efectivamente, habían revistas de arquitectura e ingeniería, pero la sorpresa fue cuando las levanté. Encontré dos condones.

Mi corazón comenzó a bombear sangre como loco y rápidamente los llevé a mi habitación. Cuando los guardé, me senté en mi cama y pensé un par de cosas. Por un lado, uno de esos pensamientos era el pequeño empujo por parte de mi papá y, por otro lado, las cosas que debería hacer con Estef... Aunque, no pude pensar mucho tiempo, pues comenzaron a llegar todos y me distraje hasta que se me olvidó. Llegaban en grupos o en parejas. Fue algo divertido de ver, debido a que llegaban con bolsas de diversos dulce, papas o gaseosas. Sin embargo, el más llamativo, por decirlo de algún modo, fue lo que trajeron Fernando y Ramiro: varias botellas de ron, vino y champagne. En forma de broma les pregunté si íbamos a celebrar la victoria de una carrera de autos; aunque, me dijeron que debíamos tener variedad y no terminar aburridos con solo el ron. En ese momento no había entendido, así que no le tomé importancia. Lo único que me daba un poco de ansiedad fue la relación entre el alcohol y Estef, pues sentía, en cierto modo, que ella lo hacía apropósito.

Al final, llegaron Estef y su grupo de amigas. Las chicas se sorprendieron, pues, era la primera vez que venían y, desde la perspectiva de Nadie e Irene, no habían imaginado que mi casa fuese tan grande. Entre risas, Camila les dijo: Chicas, con razón los amigos de Luis querían una reunión casi todos los fines de semana. (mientras me abrazó el brazo) Sabes que siempre me agradaste, ¿verdad?" - Todos, incluidos mis amigos, se morían de risa e hicieron sus comentarios sobre lo cercano que me había vuelto con Camila. Después de avergonzarnos, al igual que la última vez, tocamos por casi una hora en la terraza, pero esta vez fuimos muchos más y algunos tuvieron que mirar desde los sofás de la sala. Aún así, lograron escuchar y divertirse. Después de tocar, Camila, Nadia e Irene incentivaron a que todos vayamos a la sala y bailemos. Esa idea encantó a María, Katty y Rosalina, subieron volumen a los parlantes y cada una sacó a alguien para bailar. Estef por su lado me sacó a bailar y nos divertimos por un buen rato.

A mitad del baile, Fernando y Ramiro bajaron el volumen de la música y comenzaron a dar un discurso que más o menos giraban alrededor de que este año terminábamos el colegio, íbamos a la universidad, exámenes y sobre las reuniones que aún estaban por venir. Me jalaron del brazo junto a ellos y Nicolás con Robin comenzaron a repartir copas de champagne, pues Fernando quería hacer un brindis por todo lo mencionado y por que mis clases en la academia se acercaban. Luego de que todos dijeron salud, volvieron a subir el volumen y mis amigos comenzaron a sacar ron con gaseosa y vino. Momentos después, cuando todos estábamos tomando y bailando, las amigas de Estef querían bailar conmigo, puesto que ya era aceptado por todas y querían, según Camila y Nadia, comprobar cómo bailaba. Así fue, primero bailé con Camila, luego Nadia y despúes Samanta. Sin embargo, pasaron los minutos y las horas y el alcohol estaba haciendo su efecto más en algunos que en otros. Producto de ello, me divirtió ver cómo traban de coquetear mis amigos con las amigas de Estef, pues no tenían mucho éxito.

En fin, después de bailar con Akira y Estef, bailé con Irene, aunque fue un baile un poco más pegadito de lo imaginado, pues, cuando descansaba en el sofá, Estef mareada se me acercó y me besaba de forma agresiva, lo que era raro; pero, en ese momento no me importó tanto, pues mis sentidos estaban en relajación total. Segundos después, le pregunté si quería ver mi habitación y aceptó sin dudas. Mientras la llevaba de la mano, miraba a todos las lados para que no sospechen nada de lo que podría ocurrir, dado que me sentía excitado como la última vez en su habitación. Al entrar a mi cuarto, riendo y de una salto, se acostó en mi cama y la seguí a su lado. Me dijo que le gustaba mi habitación, pues olía mucho a mí y reflejaba mi personalidad. De forma graciosa le dije que el alcohol la estaba poniendo rara, se rio y me comenzó a besar. En ese preciso momento moví mi mano debajo de su falda y la estimulé por un rato; sin embargo, mi mano se mojó muy rápido. Ella se disculpó y le dije que no había problema, aunque quería continuar, tenía que ir al baño. Me lavé y mientras me mojaba la cara, pensaba en los condones de mi cajón. Suspiré un par de veces y más armado de valor me fui al cuarto. Al regresar, Estef estaba dormida... Pensé en despertarla, pero por alguna razón la vi como una niña, casi como cuando la conocí y decidí dejarla descansar. Supongo que el mareo me hizo alucinar.

Saliendo de mi habitación, me encontré con Nadia e Irene bastante mareadas, pero igual con actitud coqueta me preguntaron: "¿Qué estabas haciendo con Tefy? No me digas que ya están en eso..." - Le respondí que la dejé durmiendo, pues estaba tan mareada como ellas. Se rieron y dijeron que la iban acompañar. Por mi parte, fui a la sala y me senté en el sofá. Ahí me encontré con una muy lúcida Katty y me reprochó el que haya dejado combinar las bebidas. Le pregunté el porqué y me contestó que todos estaban así de mal, por eso mismo, por tanta mezcla. Ella estaba lúcida, porque tomó con moderación y lo sabía. Momentos después, me dijo que dormiría en la habitación de huéspedes. Pasaron un par de horas más y mis papás llegaron. Debido al escenario que vieron, tenían ganas de burlarse, pues parecía que había explotado un bomba o hubiera ocurrido un apocalipsis zombi. 

30 ago 2021

Aclaración, imagen mental y evolución

16 de Abril de 2007 Lunes

Debo decir que pude dormir con tranquilidad del sábado para el domingo; sin embargo, el día de ayer, tenía un pequeño temor de hablar por teléfono con Estef por lo ocurrido el sábado. A pesar de eso, la llamé con normalidad a la misma hora de la tarde. Mientras sonaba el teléfono, me avergonzaba más y más, tanto que la temperatura de mi cuerpo me hizo sudar. Cuando escuché su voz saludándome, me sentí nervioso y le dije: "Hola... Oye, sobre lo de ayer... Perdón, si me sobrepasé." - Luego de unos segundos de silencio, me contestó con una voz seria: "Te aprovechaste de mí..." - Se esfumó mi sonrisa nerviosa; pero, se comenzó a reír: "Eres un pervertido, te debería acusar con la policía." - De la misma forma le contesté: "Entonces, ambos estaremos en la cárcel, porque tú también te aprovechaste de mí. Además, estabas ebria, pequeña pervertida." - Hizo un sonido fingido de sorpresa y mencionó que yo estaba peor que todas; aunque había un poco de verdad y mentira en ello, pues se notó en su estado.

Le pregunté a qué hora llegaron sus papás y Teresa a casa, pues, dependiendo de eso, pudieron oler o no el alcohol y lo otro... Por suerte, Estef me contó que, después de irme, colocó perfume en su habitación, por precaución abrió las ventanas, guardó las bebidas detrás de las llenas y, sin entrar en mucho detalle, escondió ese short debajo de otra ropa sucia que había. Estuve un poco nervioso y directamente le pregunté si no se dieron cuenta de lo olores. Me dijo que llegaron cerca de las dos de la mañana, así que hubo tiempo para que los olores se vayan. Después, le pregunté por qué no colocó su ropa a la lavadora. Se escuchaba avergonzada a través del teléfono y me dijo : "No seas tonto, ¿por qué estaría lavando mi ropa a esa hora de noche? Toda mi familia sospecharía muy rápido que algo... pasó" - Cambié mi tono de voz y le dije que era muy astuta mi bella gatita. De manera graciosa me contestó que uno de los dos debía serlo.

Después de hablar un rato más sobre lo ocurrido el sábado, pudimos charlar con normalidad y conversamos sobre otras cosas; en otras palabras, no tenía nada de qué preocuparme, dado que Estef no se sintió incómoda o algo similar por lo ocurrido. Sin embargo, esta noche del domingo para hoy, no pude dormir bien, pues, recordé todo lo ocurrido con ella: cómo tocaba su cuerpo, cómo la estimulaba debajo de su short, etc. Sentía muchísimas ganas de liberar toda esa energía que mi cuerpo acumuló de un momento a otro. Pero no pude satisfacerme por completo, pues sentía que necesitaba su mano. Parecía que solo me iba a sentir mejor si ella lo hacía... Fue una noche difícil, debido a lo ansioso y excitado que estaba. Por suerte, me cansé y pude dormir con cierta tranquilidad, aunque me sentí mal de usar a Estef y Gina como mis imágenes mentales para liberar mis ganas.

Amanecí un poco cansado, pero me sentía más ligero por alguna razón. En camino al colegio cuando conversaba con Crístofer y Sofía, ella me preguntó si no había dormido bien, pues tenía ojeras. Crístofer no se había percatado, pero se rió de mí mientras le decía: "Seguro es por que le enseña "física" (haciendo los gestos con sus dedos) a Estef los fines. (me miró) Somos jóvenes, pero no te desgastes tan pronto." - Sofía me miró raro y les dije que no era nada de eso, sino que había visto una película hasta tarde. Ella no dijo nada, pero él siguió con sus bromas: "Qué conveniente que siempre miras una película cuando estás cansado." - Le contesté que estaba viendo la Guerra de los Mundos donde salía Tom Cruise, ya que por suerte había dejado el televisor encendido. Menos mal, que gracias a esa película pudimos cambiar de tema de conversación hasta que llegamos al colegio.

Las primeras horas de clases de los lunes, como la de los viernes, son de tutoría. Por supuestísimo que tenía mucha vergüenza de verle la cara al papá de Estef y, por lo que veo, no era nada sutil para mis amigos, dado que María me preguntó si todo estaba bien. Por mi cabeza solo pasaban algunas preguntas: ¿Entró al cuarto de Estef? Si lo hizo, ¿olió el alcohol o, lo que es peor aún, los otros fluidos corporales? ¿No me dejará verla? ¿Me acusará con la policía o mis papás?" - Otra vez mi cabeza estaba haciéndose un lío por sí mismo. Sin embargo, cuando cruzaba la mirada con él, no percibí ninguna señal de algo malo, aunque igual estuve alerta. Bueno, estuve tan alerta que Fernando me tiró una bola de papel para molestarme y solté un pequeño ruido. Todo el aula se reía, mientras que Fernando me decía que abra la bola de papel. Ahí estaba escrita una pregunta: "¿Por qué estás tan nervioso, te enamoraste del tutor?" - Además de lo escrito, también había un cuadrado para marcar con un "sí" u otro un "no" - Era tan estúpida la pregunta que molestarse era innecesario. Arrugué el papel y lo boté a la basura.

Supongo que lo hizo para que me relajara un poco y en cierto modo lo logró. Aunque, admito que tiene unas manera extrañas de animarme que logran perturbarme. En fin, una vez que acabó la tutoría, el papá de Estef se iba y me sentía más tranquilo; no obstante, me llamó un momento en privado... Sé que me puse pálido, pero igual fui con una expresión tranquila y diciéndome a mí mismo que no era por nada malo. Al encontrarme con él, me miró algo preocupado y dijo algo como: "Lucho, ¿estás bien?" - Le pregunté a qué se refería y continuó: "Es que en la clase te veías algo distraído, como con sueño; además, estás algo pálido y con ojeras, sin ofender... ¿Estás durmiendo bien?" - Le dije que no se preocupara, pues me había quedado despierto por ver una película hasta tarde. Cuando le contesté eso, me respondió algo así: "Qué alivio, pensé que era por apoyar a Estef" - Se me abrieron los ojos de sorpresa y le dije un tímido qué, pues, en vez de escuchar "apoyar", escuché "estimular". Me lo volvió a decir y, escuchando bien y un con una risa nerviosa, le dije que no había problema por eso, dado que yo también estudiaba otra materia mientras ellas resolvían lo suyo.

Me sonrió y me agradeció por haberla acompañado, puesto que Estef le dijo que estuve hasta la media noche acompañándola. Le dije que no había nada qué agradecer, pero continuó e incluso mencionó algo curioso: "Si en algún momento vuelve a ocurrir, puedes quedarte en la casa, porque tenemos una habitación de huéspedes" - Le agradecí por la buena voluntad con una sonrisa rara. Fue tanto así que me dijo: "Es que es obvio que no puedes quedarte con Estéfani en su cuarto... Osea, sé que eres un buen muchacho, pero aún eres un chico y ella una chica y...entiendes ¿verdad?" - Le dije que entendía y que nunca hacía nada que ella no quiera. Con una cara de paz total me dijo: "Lo ves, eres un caballero. Me dejas más tranquilo" - Nos reímos y se despidió, pues él debía dictar clases y yo volver a mi aula. No sé por qué, pero Katty pasaba por ahí ayudando a la profesora de literatura con una hojas y con un aire de burla mientras me miraba: "¿Qué se cuenta tu suegro? ¿Ya están planeando la boda?" - Solo suspiré, pues me sentía más tranquilo y le ayudé con la mitad de las hojas, ignorando por completo sus bromas.

Ya en el primer receso, sentía más vergüenza, dado que iba a ver a Estef. Era una extraña sensación de querer y no querer mirarla. Quería verla por que la quiero, pero tenía vergüenza por que estaba con su uniforme y me aceleraba el corazón de solo pensarlo; además de pensar en ver sus piernas y recordar la imagen mental de anoche. Sin embargo, cuando ella y sus amigas se acercaron a nosotros, todo parecía normal, lo único diferente eran las miradas sonrojadas que Estef y yo teníamos. Supongo que esa calentura en exceso se debió al alcohol, pues sentí que perdí el control en ese momento. Sin embargo, quería asegurarme y me fui con ella a la azotea. Me dio vergüenza que todos mis amigos supieran, pues Nadia desde lejos dijo: "Chicos, no se pongan como el sábado. Estamos en el colegio, tengan algo moderación, por favor." - Mientras nos íbamos, estábamos seguros de que hablarían sobre lo ocurrido.

En fin, llegamos a la azotea y no sentí esa calentura o necesidad de tocarla que tuve en el sábado o el domingo en la noche. Ella también estuvo alegre conversando conmigo y me preguntó si iba hacer un reunión este sábado con mis amigos. Le contesté que lo hablaríamos luego con mis amigos y después me sacó el tema de conversación de que lo que ella sospechaba: miraba el cuerpo de Irene. Me preguntó de forma graciosa, mientras se sujetaba la cintura con ambas manos: "Supongo que después de aprovecharte de mi inocencia, ya no lo harás" - Le dije que no sabía cómo responder a eso y, mientras conversábamos de varias cosas, me besaba de rato en rato... Me parece que nuestras relación está evolucionando de a pocos, así que veremos qué pasa. Lo único es que debo pensar en cómo no romper la confianza de su papá, ya que prácticamente me permitió estar en su casa hasta tarde y a solas con ella...

15 ago 2021

Tutoriado, estudio, alcohol y estimulación

 15 de Abril de 2007 Domingo

Antes de escribir lo ocurrido ayer, quiero recordar el viernes, debido a que el tutor de mi aula, mejor dicho el papá de Estéfani y Teresa, nos llamaba, un alumno a la vez y en privado, para saber cuáles eran nuestros planes a futuro. Era de esperarse, dado que somos de último año en el colegio y querían asegurarse de que tengamos planes de algún tipo, ya sea un instituto, universidad, trabajo, etc. Bueno, en medio de la clase de historia, me llamó "discretamente" y fuimos hasta las mesas de la cafetería. Estuvimos conversando de que he mejorado en mis notas desde el año pasado. Admito que fue después de haber estado en clases de verano; nunca había llegado a tal punto en mi vida, pues solo iban a los que les iba muy mal en el año escolar.

En fin, mientras conversábamos me preguntó por qué quería ir a la capital del noreste. Le expliqué detalladamente lo de mi papá y mis hermanos para que no piense que desestimo las universidades locales. Desde mi perspectiva, entendió todo lo que le dije; sin embargo, y sin intención de desanimarme, me dijo que, a pesar del avance que había logrado hasta ahora, debía esforzarme un poco más, pues, la universidad a la que voy, son pocas vacantes y muchos postulantes; similar a una estatal. Le dije que lo sabía por mis hermanos; después me preguntó a qué carrera iba a postular y notó mi duda. Me dijo que lo piense bien y me mostró mi test vocacional de hace uno días. El documento me calificaba promedio en las letras, pero por encima del promedio en matemática. A pesar de que hubo unos segundos de silencio incómodo, le mencioné que el otro mes comenzaba clases en la academia después del colegio. 

Esto le generó cierta sonrisa de satisfacción, me felicitó por la iniciativa y segundos después concluyó nuestro turno; no obstante, antes de irme, me preguntó de una manera graciosa, pues quería que me diera cuenta: "¿Les has contado a todos tus primos, tíos, abuelos, amigos, novia, perro o gato lo que planeas?" - Con una sonrisa nerviosa le dije que les conté a todos los que conocía y que aún no saben lo de la academia, pues ayer en la tarde me dieron la noticia de cuándo iniciaba. Me respondió con un guiño, un ok y por fin me pude ir al aula. En el aula estaba más tranquilo, pues le contaría a Estef sobre el inicio de clases de la academia. Sin embargo, recuerdo que aún estaba un poco nervioso hasta el mediodía de ese viernes, pues sentía que Estef notó mi mirada pervertida hacia Irene. Cuando me encontré con ella en la azotea para contarle, no se comportaba de manera diferente. Parecía que su comportamiento había vuelto a la chica risueña que me encanta; no quiero recalcar esto, pero creo que sí era por su periodo; sus emociones se alteran muy rápido.

Además de contarle a Estef sobre la academia en el primer receso, me sentí tranquilo por el hecho de que estaba más relajada. De la misma manera, en el segundo recreo, les conté a mis amigos sobre el inicio de la misma. Mike también confirmó su presencia, aunque parece que algunos como Nicolás y Martín se han animado a inscribirse; tienen tiempo aún, pues inicia en mayo. Mientras terminaba de mencionar mi noticia, Nadia y Camila pasaron por ahí para recordarme que les había prometido enseñarles el día sábado en la tarde; es decir, ayer, porque tenían prueba el lunes. Continuaron hablando algunas cosas más e incluso hicieron chistes con mis amigos; después, vieron a Estef y Samanta de lejos y se despidieron de todos... Principalmente, Katty, Ramiro, Ronald y Rosalina se sorprendieron de esa amable actitud que tuvieron y me preguntaron si ya nos llevábamos mejor. Le contesté con duda: "Supongo, aunque rara vez hablamos" - Rosalina, de una forma graciosa, mencionó que estaba haciendo un gran avance, dado que antes no querían ni mirarme. Ramiro añadió su chiste, al igual que Katty, y después llegaron María, Mike, etc. preguntando por qué la joda sobre mí. 

Cuando al fin el tema de conversación cambió, Crístofer y María me avisaron que los profesores otra vez están dejando tareas extras como el año pasado, para los que querían. Aún no estoy seguro si quiero volver, porque ya no podría salir algunos recreos y... aún recuerdo ese beso que salió de la nada. Fernando no podía falta con su aporte diciendo algo como: "Anímate, tal vez ocurra algo bueno mientras estás solo" - Intrigado,  miré a Crístofer, pero no me dio indicio de haberle contado algo... Bueno, María dijo que me animara, pues eso ayudaría como repaso y más aprendizaje; aunque haya dicho eso, aún no me siento convencido del todo. Le dije que lo pensaría y sonó la campana. Clases sin mucha novedad, así que nada que escribir.

Sin más vueltas al asunto, terminadas las clases y después de hacer hacer algo de tiempo buscando pruebas del año pasado, fui a casa de Estef. Al llegar, Teresa me abrió la puerta y me saludó con un chiste de que yo era un machista, dado que no puede vestirse como ella quiere cuando está en su casa por mi culpa. Nos reímos un rato y después fui con las chicas. Cuando llegué al cuarto de Estef, otra vez me di con la sorpresa de que todas estaban con ropa veraniega, la única diferencia es que Camila se había probado ropa que ya no le quedaba a Estef, pues ella no estaba tan desarrollada. Además de eso, me pareció extraño que no le diera vergüenza que la viera con esa ropa, me daba más vergüenza a mí por no saber a dónde mirar; asimismo, se veía algo infantil comiendo su helado. Ahora sí, ignorando esa bienvenida, todas me saludaron y vi que estaban tratando de avanzar cada una, pero con ayuda de Akira y Samanta. Me dio alegría ver cómo se ayudaban, además de hacer mi labor más fácil.

Saludé a todas y rápidamente fui junto a Estef, quien también estaba vestida como Nadia; es decir, un polo ligero con mangas cortas y un short amarillo que le apretaba un poco las piernas, pero con un cuerpo más desarrollado y llamativo para mí. Ya sentado, me percaté que Camila se sentó a mi izquierda y Nadia a la derecha de Estef, pues querían aprender todo lo posible de mi explicación. Eso quería decir que Irene entendía mejor a Samanta y a Akira; no lo supuse, me lo dijo literalmente... Mientras les estaba enseñando me ponía un poco nervioso, porque Camila y Estef pegaban sus cuerpos al mío, con esas ropas cortas, para poder ver la hoja en donde desarrollaba los problemas y de vez en cuando tocaba algo de piel aunque ninguna daba signo de incomodidad. Irene se dio cuenta y con cierta perspicacia me dijo: " Lucho, mira cómo se te pegan estas lindas gatitas, parece que ya les agradas. " - (refiriéndose a Nadia y Camila) Akira añadió: "No te preocupes por Tefy, Luis es un hueso duro de roer (hizo un pequeño rugido y un gesto de garra)" - Todos nos reímos, aunque estuve incómodo al igual que Nadia y Camila. Pero igual Nadia le respondió a Irene diciendo algo como: "Sí, es verdad; pero, sean sinceras chicas, (mirando a Irene y Samanta) a ustedes también les preocupaba Tefy, porque no sabíamos nada de él (mientras me apuntaba con el dedo).".

Samanta también se metió mientras me miraba: " Sí, es verdad, estuvimos pendientes de quién eras, porque se supone que tenías novia; pero, parece que terminaste con ella y te vimos tocar en la clausura. Por esas razones, Irene y yo pensamos que no eras un pendejo... Osea, se notaba que sí querías a Tefy" - Solo agradecí con una sonrisa y todas se rieron. A pesar del ambiente de confianza raro que estaba a mí alrededor, les dije que debíamos continuar estudiando, puesto que me estaba avergonzando mucho y Estef me abrazaba mientras se reía por que sentía que le agradaba a sus amigas más íntimas. Bueno, continuamos estudiando hasta que terminamos cerca de las nueve de la noche. Estuve sorprendido del avance que realizaron. Sin embargo, una hora antes de que las chicas se vayan, todas querían entrar más en confianza y me dijeron que querían conocerme mejor. Para ello, se fueron al primer piso y volvieron con lo que ella llamaban el "saca verdades"; en pocas palabras, trajeron ron, pero era transparente, diferente al que tomaban en mi casa y una gran gaseosa.

Obviamente, alarmé un poco, pues les dije que eran menores de edad. Todas me miraron con cara de aguafiestas y me dieron la respuesta: "Sabemos que tú y tus amigos también toman, no te hagas el santo con nosotras." - Tratando de excusarme: "Pero ya casi tenemos dieciséis años, ustedes recién van a cumplir quince... ¿Desde cuándo lo hacen?" - Irene se notaba que era la más madura y me respondió tranquila algo similar: " Mira, no es que lo hagamos siempre, ¿ok? Es solo que nos caes bien y estamos en confianza. Además, si te preocupas por nosotras, la primera vez que tomamos fue en el cumpleaños de Tefy y fue por que alguien (mirándome) fue con su novia y nos sentimos mal por nuestra amiga; así que, aunque teníamos algo de miedo al comienzo, lo hicimos para que se distraiga en la fiesta." - Me quedé algo mudo y, casi sin dudarlo, les dije que iba a tomar con ellas. Todas se alegraron por lo que dije, aunque Samanta no tanto, pues parecía que no quería tomar. También pregunté por los papás de Estef y Teresa, pues se veía mal si nos encontraban así; pero, estaban en una fiesta de gala. Entonces, una vez que parecía seguro, iniciamos con las preguntas y respuestas hacia mí. Sinceramente, sentía que estaba algo planeado, pues se notaba que no querían marearse. ¿Como así? Me dijeron que iba a tomar un vaso pequeño con cada una y que debía responder a la pregunta que me hicieran cada una, pues les dije que sería una por cada una.

Parecía más un juego de verdad o reto, ya que nos sentamos en el piso en circulo. Admito que la primera ronda de preguntas fueron muy tranquilas relacionadas al colegio o dónde estaba Gina. Pero para la segunda ronda estuve ligeramente adormecido y se percataron. No obstante, también me percaté que Camila, Estef y Samanta tenían poca resistencia al alcohol, aunque era imposible estar más sobrio que todas por lo que habían planeado. En mitad de esa ronda ya no quería jugar por el adormecimiento e hicieron preguntas algo difícil de contestar. Por ejemplo, Camila me preguntó: "¿Cuando tenías cinco te sentías atraído por Chia? Di la verdad" - Con mucha sinceridad les dije que la consideraba una prima. Todas miraron a Akira y ella respondió: "No pasa nada, ya lo superé (tomó un sorbo del vaso) Siguiente pregunta." - La siguiente fue Irene y me preguntó sonrojada: "¿Me has estado mirando el cuerpo en las clases deportivas de la tarde?" - Todas hicieron un ruidito de sorprendidas y por mi cabeza pasó rápidamente la idea de que sí se percató

Miré a todas a mi alrededor que estaban con grandes sonrisas; excepto por Estef que miraba como niña celosa. Suspiré un poco y les dije que prefería un reto. Cuando dije eso, todas supusieron que era un sí y me hicieron tomar un vaso más. Todas estaban rojas y muertas de risa, pero, interviniendo en el turno, Estef, con el rostro muy rojo, se sentó en sus piernas frente a mí y, sin dejar de mirarme, preguntó: "¿Te gusta más su cuerpo que el mío? - Vi que todas se sorprendieron por sus expresión y gestos. Contesté avergonzado: "Estef, estás ebria y..." - Interrumpió y me replicó por responderle. Pero, sin duda alguna y mientras la miraba a los ojos, les contesté que Estef me encanta de pies a cabeza y que no la cambiaría por nada. Cuando terminé de hablar, Estef se lanzó hacia mí para besarme mientras me abrazaba por el cuello. Nos caímos, pues se lanzó con todo su peso; además, sentado y adormecido por el alcohol fue algo difícil. A pesar de que me dio vergüenza que me besara por buen rato frente a sus amigas, supongo que la bebida me inhibió un poco esa sensación. Cuando nos sentamos, Akira dijo: "Chicas, creo que debemos parar, pues ya las cosas se están poniendo... más incómodas." - Le dieron la razón y se fueron al baño en grupos para refresacarse para poder irse. Yo me quedé echado en la cama de Estef, pues estaba más aturdido que ellas. Momentos después todas se despidieron y se fueron.

Ahora viene lo que me ha dejado con la mente en blanco y el corazón excitado, pues, una vez que se fueron, Estef se sentó en el borde de la cama y yo también hice lo mismo para poder acomodar mis cosas para irme. Sin embargo, ella me miraba con una carita coqueta para seguir besándola y viceversa. Estuvimos en lo nuestro hasta que, debido a la calentura y mientras la abrazaba con mi mano derecha, moví mi mano izquierda hasta su estómago y lentamente empecé a moverla hasta su short para meter mi mano izquierda por debajo de su ropa interior. Escuchar los ligeros gemidos de Estef me excitaron poco a poco y decidí investigar un poco más ahí debajo. Hasta que llegué a un lugar donde mis dedos podían hurgar. Se notó que le gustó mucho a Estef, pues movía su entrepierna contra mi mano. Además de eso, unos segundos después, ella metió su mano derecha en mi pantalón y me agarró, con cierta firmeza, logrando que me excitara mucho más. Después de eso, le bajé un poco el short, pues era incómodo mover mi mano; y yo también me bajé un poco el pantalón para que siguiera moviendo su mano. Ese momento fue muy excitante, pues escuchaba cómo su respiración se agitaba, cómo subía el volumen de sus gemidos y veía su cara muy roja como si fuera a estallar. Aunque, yo también estaba respirando como si hiciera ejercicio... Fue un gran momento, parecía que cuando se sentía mejor, me estimulaba más y yo también lo hacía con ella. Pero, llegó un momento en el cual ya no pude aguantar y solté un gran disparo que ensució gran parte del piso en línea recta; de la misma manera, parece que ella también se sintió bastante bien, porque sus piernas temblaban o se movían como si estuvieran tiesas, y mi mano terminó muy mojada.

Finalmente, nos echados en su cama, con respiraciones agitadas, cansados y sudados. Sin embargo, como no sabíamos a qué hora podía llegar su familia, descansamos unos pocos minutos y comenzamos a limpiar. Corrí por papel para limpiar el piso y ella se cambió de ropa, pues su short era un desastre. Cerca de la medianoche, me despedí y estábamos muy rojos, aunque se notaba que aún no se nos bajaba el alcohol. 

Ahora... Tengo vergüenza... llamarla...

30 jul 2021

Planes de academia y nostalgia

11 de Abril de 2007 Miércoles

Por un lado, puedo decir que estoy satisfecho, porque ya no estoy bajo tanta vigilancia por mis papás y me parece que ya puedo salir. Además de eso, me he tenido que concentrar en las clases, pues Estef y sus amigas quieren que les vuelva a enseñar este fin de semana y, para no retrasarme en mis clases, debía estar más atento. Debo admitir que esto último ha sido muy aburrido e incluso un poco agotador, pues anoto hasta el más mínimo detalle, tanto así que incluso me han pedido apuntes de clase; pensar que antes era al revés.

Por otro lado, mis hermanos mayores han hablado con mis papás por teléfono y les pidieron que me inscribieran en alguna academia los fines de semana, pues los exámenes de las universidades se acercan a inicios de noviembre. Fuera de bromas, me ha dado miedo pensar en ambas cosas, dado que aún no sé a qué carrera postular y mi rendimiento académico no es tan espectacular, recién estoy mejorando desde el año pasado. Además, aunque suene como excusa, odio las academias, porque la gente suele ser rara; son como extrovertidos, pero con un toque de indiferencia o algo así... Preferiblemente no pensar en ello hasta que ocurra. 

Sin embargo, como ya tenía la noticia desde ayer, hoy le iba a comentar a Estef sobre esto, dado que ya no podría salir los sábados, aunque depende de lo hora. Me sentí un poco afortunado, pues, antes de que iniciáramos clases, también les conté a mis amigos en el salón y Mike dijo que también irá, pues quiere ingresar al primer intento y se alegró de que yo también iba a estar ahí,  aunque él va por propia voluntad. También le pregunté a María si se inscribía, puesto que siempre practicaba después de clases. Por su puesto, ella siempre estudiaba después de clases y no le tenía tanto temor a los exámenes universitarios. Con un poco de sarcasmos, me preguntó si quería su ayuda y, sin pensármelo mucho, acepté. Quería seguir conversando con ellos, pero sonó la campana y llegó el profesor para comenzar la clase.

Al salir al receso, estuve conversando con todos sobre a qué universidad iban, si estaban nerviosos, si asistirían a academias, etc. Por mi parte, les conté que iba a estudiar en la universidad de la capital del noreste. Me da risa pensar que lo hice para bajar un poco la presión, pero casi todos nos pusimos más miedosos por el posible examen que cada uno tuviera que presentar. Mientras conversábamos estos temas, Estef y sus amigas aparecieron y nos saludaron con más confianza que antes. Me sorprende cómo rompen el hielo Irene y Nadia. No recuerdo qué preguntaron, pero cambiamos de tema y se nos fue un poco del estrés. Segundos después, mientras todos conversaban, Estef me preguntó entre susurros de qué hablábamos y le mencioné muy resumidamente de la universidad y la academia, muy posiblemente a la que asistí en el verano. En un segundo me miró con mucha sorpresa, pero rápidamente cambió a una carita adorable y picarona para decirme: "Parece que nos veremos un poco más tarde esos días." - De una manera seductora le dije que sí y nos empezamos a reír.

Érica, quien se está juntando más a nosotros por Mike, dijo: "Lucho, cuenta el chiste para todos, no solo a Estéfani" - Todas esas miradas incómodas tenían un comentario astuto, como era de esperarse; aunque, algunos fueron divertidos. Por alguna razón, luego de los comentarios, todos empezaron a mirar a Teresa y a incluirla en la joda. Me dio un poco de risa ver cómo es que Katty y Ronald tosían, hacían ruidos con la garganta y expresiones que gritaban: "Ya paren de hablar" - Rosalina, quien entendió más rápido que todos, cambió de tema muy sutilmente: "Samanta, creo que vi algunos de tus cuadros en el campo de tenis" - Parece que Crístofer se percató y se sumó a la conversación, al igual que Ronald. Otra cosa que me dio risa fue que Mike estuvo mudo todo el tiempo, incluso se vio un poco nervioso cuando Érica habló. A parte de eso, Samanta comentó que la profesora de pintura quería exhibir algunos cuadros y próximamente murales para algunas áreas del colegio.

En fin, el receso concluyó y todos fuimos a nuestras clases. Al llegar el segundo receso, cuando estaba camino a reunirme con mis amigos, Estef me agarró de la mano y me llevó a la azotea. Mientras caminábamos, no se le veía muy feliz. No sabía qué quería decirme, era raro verla así, dado que siempre la veía muy risueña. Abrió la puerta y, mientras aún me tomaba de la mano, me preguntó si de verdad me iba a inscribir en la academia. Le dije que era lo más probable, pues necesitaba estudiar para los exámenes de la universidad a la que iba. Entre preocupada y triste preguntó si era necesario que fueran los sábados en la tarde. Le contesté que aún no lo sabía y más directamente le pregunté si se sentía bien. Respondió muy melancólica y con la voz entrecortada: "Es que... mientras estaba en clase, pensé en lo que dijiste y... el otro año... no te voy a ver." - Me dio mucha pena y me conmovió bastante, pues se notaba que se controlaba para no llorar. Segundos después, con el mismo tono de voz, me preguntó: "¿Por qué no vas a una local? Aquí también hay buenas universidades" - Sin embargo, le dije que mi papá y mis hermanos estudiaron y estudian allá, respectivamente, por ser de las mejores del país.

No me dijo nada más, tapó su cara en mi pecho y la abracé para que se calmara, porque se notaba que lloraba. También me dieron ganas de llorar cuando soltó un ligero llanto adolorido, pero me las aguanté para que la situación no se ponga peor. Estuvimos un rato sentados en silencio, mientras ella apoyaba su cabeza en mi pecho, la rodeé con mi brazo derecho y le frotaba las manos. Recosté mi mejilla derecha en su cabeza y solo se escuchaba su nariz en un intento por que no se escurra. Minutos después, se escuchaba más tranquila y me pidió disculpas; sin embargo, no había de qué, pues yo también la quería mucho y trataba de no pensar mucho en mi partida, debido a que aún falta mucho. Hasta antes de que sonara la campana, conversamos un poco más sobre otros temas y, como ya se estaba sintiendo mejor, surgió la idea de hacer una reunión con mis amigos y los suyos en mi casa; aunque, no lo hablamos mucho, porque debíamos regresa a nuestras aulas y me dijo que lo hablábamos con los demás en el entrenamiento de hoy.

Terminadas las clases, me encontré con Mike, Crístofer, Rosalina y Ronald y estuvimos conversando hasta llegar a las canchas de fútbol, pues ellos tenían que cruzar el campo para ir con sus entrenadores. No obstante, antes de que pudieran irse, aparecieron Estef y Camila, bueno por lo menos Estef, con el tema de querer reunirnos este fin de semana o el otro. Mis amigos casi ni dudaron en responderle un . Por suerte, Camila le recordó que tenían una prueba de física el lunes y me necesitaban el fin de semana. Extrañamente, mis amigos no hicieron objeción alguna y me dijeron que mejor las ayude a estudiar; entonces, nos íbamos a reunir la otra semana. Justo cuando terminamos de discutir eso, aparecieron Irene y Samanta. Irene llegó con su pantalón y una casaca de deporte, además de un maletín deportivo; admito decepcionarme, pues no mostraba sus atributos como la última vez. Samanta estuvo algo avergonzada, con su short y su polo, por las repetidas bromas de Camila. Me salí del tema, llegaron y, como es obvio, preguntaron de qué hablábamos.

Camila les respondió con cierta vacilación: "Tefy y Lucho quieren invitarnos a una fiesta este fin de semana" - Irene sonaba interesada, pero se miró con Samanta y mencionó que tenían prueba la otra semana. Luego, Samanta e Irene me preguntaron si no les ayudaría a estudiar este fin de semana. Francamente, no sé por qué me incluyeron como si hubiera sido mi idea, pues Estef era la más emocionada. Sin mucha duda les respondí que estudiaríamos este fin de semana y la siguiente ya podíamos divertirnos. Todos estaban de acuerdo, incluso Estef; aunque, me hacía la cara de una niña malcriada, qué adorable... En cierto modo, me daba risa su comportamiento, pues la miraba en medio del entrenamiento y en muchas ocasiones me evitaba la mirada. Fue tan notorio que Camila quería meterle leña al fuego, pues preguntaba en voz alta si nos habíamos peleado. Sin embargo, debo decir que su comportamiento era medio pasajero, pues, en algunas miradas que cruzábamos, ella no podía aguantar la risa.

Desde mi perspectiva, influenciada por la clase de anatomía, su comportamiento me parecía que se debida a la "regla". Por supuesto que no podía decir eso, ya que me vería como un idiota, un machista, un insensible, etc, etc, frente a las chicas. Me quedé callado todo el entrenamiento, pero siempre con esa idea y traté de que las cosas se calmaran solas.
 
Una vez acabado el entrenamiento, fui a cambiarme de ropa y luego me recosté en el campo de fútbol, pues ahí es el lugar de reunión con Estef y sus amigas antes de irnos. Pasó un ratito y, sin aviso alguno, Estef se recostó en mi brazo izquierdo, pues estaba extendido. En broma, hice un rudo como si me doliera, levantó la cabeza y me reí bastante. Para molestarme, me dio golpecitos al brazo y continuó con cosquillas. Después, volvió con su cabeza a mi brazo y me pidió que le avisara cuándo empezaba las clases en la academia. Conversamos un rato, pero llegó Irene y me quedé un poco idiotizado por su short apretadito y el crop top que dejaba ver su abdomen. Estef, también sorprendida, se levantó con gestos coquetos y le dijo: "Wow, mira a esta chica toda sexy ¿no es verdad, Luchi?" - Mientras estaba en el suelo, gesticulé una gran sonrisa nerviosa y les dije que , se veía muy bien. En mi cabeza estaba babeando, menos mal que Camila y Samanta llegaron y conversaron entre ellas. Por último, no estoy seguro si Estef lo notó, pero, mientras nos íbamos, me estuvo pellizcando cuando hablaba atentamente con Irene. Fue tan sutil su "broma" que Camila se unió para generarme algo de dolor extra.

12 jul 2021

Un sueño que recuerda y momento para repasar

09 de Abril de 2007 Lunes

Nada como despertar un lunes en la mañana antes de ir al colegio y tener un sueño que te hace recordar a una persona. Por si en un futuro no entiendo la oración anterior, lo estoy diciendo con ironía. ¿A qué me refiero? Es muy simple. El sueño inició sentado en la cama de mi habitación, como cuando revisé las fotos hace días. De repente me asusté, pues me pareció ver alguien por la puerta; sin embargo, no había nadie cuando miré. Así que, continué mirando televisión, supongo que eso hacía.

Segundos después, sonó la risa femenina que no podía confundir por nada en el mundo; no obstante, pregunté si había alguien ahí, pues me parecía raro que fuera ella. Después de la pregunta, me respondió con una voz alegre: "No lo sé, puede ser" - Contento y dudoso generé un temeroso Hola. No hubo una respuesta inmediata. Pasaron unos segundos incómodos y me contestó que no saldría hasta que le diera permiso. Le dije que no necesitaba mi permiso y que entrara sin problemas.

Aún sin entrar, pero con una gran sonrisa, mejillas rojas y actitud juguetona que me recordó a Estef, se sostuvo del lado derecho del marco de la puerta, como si estuviera haciendo equilibrio con una pierna y solo dejándose ver la mitad del cuerpo, me pidió que lo dijera de forma más cariñosa y menos nervioso. Realmente estuve avergonzado y nervioso, pues se veía muy bonita con el cabello un poco más largo y parecía que se había maquillado un poco. Entonces, calmándome y con buen ánimo, le dije: "Jina, ven, puedes pasar" - Risueña y muy suelta de huesos, entró al cuarto y, mientras se acercaba a mí, exclamó: "No fue muy difícil, ¿verdad?".

Se sentó a mi lado y, mientras se recostaba en mi hombro, me preguntó qué hacía. Le mencioné que miraba televisión, pero dudosa me dijo que no parecía. Le pregunté el porqué y me dijo que mirara mi cama. Incliné un poco la cabeza y me alarmé por la gran cantidad de fotos esparcidas. Con una voz muy pícara me preguntó: "¿De dónde sacaste todo esto?... ¿Esa soy yo?" - Extendió su mano para tomar una foto y me desperté sin saber qué foto alcanzó.

Me senté en mi cama para pensar un poco, pero mi mamá tocó la puerta y me dijo que me cambiara rápido, pues era algo tarde. Sinceramente, estaba muy inquieto y un poco nostálgico, quería hablarlo con alguien. Así que, mientras mi mamá me servía el desayuno, muy rápido y sin tiempo de que lo piense, le dije: "Creo que extraño a Jina" - Me miró con sorpresa por unos instantes y con una actitud comprensiva me preguntó qué había pasado. Le conté mi sueño y me respondió con una voz tranquila: "Hijo, es normal. No ha pasado mucho tiempo, las cosas no cambian de la noche a la mañana. Es cuestión de tiempo... (Le di la razón y suspiré un poco) No me digas que te cansaste de tu novia actual. Esa, la rubia bonita de grandes pestañas" - Le dije que no, que sí me gustaba mucho. En fin, siguió hablando de lo bonita que era y me avergonzó tanto que preferí ya no hablar de ese tema con mi mamá. Pero, sí admito que es verdad lo que dijo.

En camino al colegio, le conté a Crístofer, pues hacía mucho que no le contaba nada de estos temas. Después de escucharme, me preguntó si había pensado en ella o algo relacionado. Le conté: "Hace unos días miré fotos." - Me contestó con un aire de ironía que eso era un gran factor. Mientras conversábamos, Sofía también se unió a la conversación, dado que hace tiempo que no hablábamos de Jina por obvias razones. A pesar de que me avergonzó un poco de hablarlo con Sofía, recordé que en mi clase mencioné inconscientemente el nombre de Jina. Les conté a ambos y Crístofer, un poco incómodo, mencionó algo como: "Ah, ¿estás seguro de que ya la superaste?... Porque me suenas a alguien obsesionado" - Le dije que no lo era, pues incluso le dije que había tratado de ignorar lo relacionado a ella. Aún con lo dicho, Sofía, a pesar de su edad, me dijo que no le parecía bien que ignorara las cosas como si no hubieran ocurrido... No estoy seguro, pero comenzaron a conversar más sobre el tema psicológico que sobre mi problema real; aunque, sirvió para distraerme y reírme un rato, pues llegamos a la graciosa conclusión de que todos somos una simulación de computadora. Supongo que lo hicieron apropósito para distraerme, lo cual sirvió.

En el primer receso, me encontré con Estef y nos fuimos a un lugar apartado de nuestros amigos. Ahí estuvimos conversando sobre nuestro fin de semana. Principalmente se quejó de su grupo, pues no le ayudaron a resolver varias partes del trabajo y muchas veces se distraían para perder el tiempo. Además, en su grupo estaba Marlon, su ex... Mi cerebro no escuchó más, pero traté de ignorarlo para que no me vea celoso e inquieto. Me parece que se dio cuenta y estuvo jugando con mis emociones, ya que hizo muchas bromas. A pesar de que sabía lo que hacía, me incomodaba un poco. De un momento a otro, miré a mis alrededores, la tomé por la cintura con mi brazo derecho y la besé. Estuvimos un buen rato así hasta que la solté. Estuve un poco avergonzado y ella estaba rojita con una gran sonrisa diciéndome algo como: "Sabía que estabas celoso. Eso te pasa por no invitarme a tu reunión del viernes." - Me sacó la lengua como si estuviera burlándose, aunque se veía muy adorable. Luego, me siguió besando hasta que escuchamos pasos corriendo. Nos alarmamos, porque supusimos que alguien nos había visto, y rápidamente nos fuimos a la cafetería para pasar desapercibidos. 

Ya sentados, me dijo que le gustaron las fotos cuando estuvimos tocando; otras fotos riéndonos de la película; y varias fotos cuando todos estaban un poco mareados. Con ironía le dije que llegaron a ella muy rápido, aunque era obvio puesto que Akira se las pasaba. Me constestó con la misma ironía: "Es que alguien no me guarda secretos. (Nos reímos por cómo lo dijo) Kiara me las pasó al día siguiente" -  Le dije que no la invité, porque sabía sobre la importancia de su trabajo; si bien me dio la razón, igual quería que la reconfortara. Como no podía hacer muchas muestras de afecto, porque habían muchos espectadores, incluidos los profesores, le dije que iba a pasar tiempo con ella en la tarde. Comenzó a sonreír y le pregunté cómo le fue en su última prueba de física. Me dio mucha risa ver cómo sus ojos miraron para otro lado y su sonrisa se volvió nerviosa. Me dijo que aprobó, pero por muy poco, al igual que Nadia y Camila. Le dije que esta tarde iba a su casa para repasar, dado que otra prueba se le acercaba y a pasar tiempo juntos. No le desagradó la idea y nos fuimos a nuestras aulas, porque sonó la campana. En el segundo receso lo pasé con mis amigos y estuvimos hablando del fin de semana, pues querían repetirlo. Del mismo modo, miramos las fotos y nos reíamos de la cara de todos.

En fin, terminadas la clases, me arreglé y fui a casa de Estef. Me parece que llegué temprano y su mamá me abrió la puerta. Se le veía un poco cansada, pero igual me saludó con cierta alegría y me invitó a pasar. Desde lejos, con voz alta, le avisó de mi llegada y me dijo que vaya a su cuarto, por si se quedó dormida. Mientras pasaba por la sala, vi a Teresa durmiendo con una ropa que casi no le cubría las piernas. Traté de pasar en silencio para no despertarla; sin embargo, a mitad del camino, despertó, me miró con gran sorpresa y muy avergonzada metió sus pierna en la chompa; por mi lado, giré la cabeza en otra dirección. Un poco molesta, exclamó: "¿Qué haces aquí?¿Por qué siempre me ves cuando estoy así? o ¿lo haces a propósito?" - Entre risas, por la vergüenza, le respondí: "Escucha, no es mi culpa, podría decir que es tu culpa por vestirte así, pero sonaría machista o sexista; así que, es mejor si no es culpa de nadie. ¿Qué te parece? - Con una cara muy roja, y haciendo un gesto con la mano para que me vaya, me dijo que vaya con Estef. Igual, por la duda, me disculpé y me fui. Mientras me iba, la escuché quejarse de que Estef no le avisó que no yo iba a su casa.

Antes de llegar a la habitación, ella ya estaba esperando afuera, pues escuchó la voz molesta de Teresa. Me preguntó qué pasó y le dije que ella se lo explicaba luego. Como siempre, muy insistente me pidió que le contara; no obstante, le pedí que primero me diera su prueba. Se quedó un poco callada, se dirigió su mesa de noche y casi sin mirarme me la dio. Mientras lo revisaba, no estaba tan mal como pensé y se lo dije con cierta picardía para que se alegrara. Le regresó un poco el color a los ojos y me pidió que le explicara más; pues, la última vez, desde su perspectiva, le puse más atención a Irene y a Nadia que a ella. Le contesté: "Debes decirme, ellas me preguntaron varias veces y eso que no le caigo bien a Nadia." - Con una actitud de niña me respondió: "Ok, ok, está bien, vamos a la mesa" - Nos sentamos pegados y, de vez en cuando, mientras ella resolvía ciertos problemas, la abrazaba por el estómago con mi brazo izquierdo. Obvio que no la hacía seguido, pues no quería desconcentrarla y por que su mamá entró un par de veces invitándonos algunos postres y algo para beber. Eso hacía que ambos saltemos del susto y nos separábamos rápido, pues noté que su mamá me miraba de pies a cabeza cuando entraba. 

Ya para terminar, estudiamos un poco más de dos horas y lo entendió mejor. Era obvio, la parte práctica era más fácil. Me despedí y, cuando llegué a casa, mis papás me preguntaron a quién le había pedido permiso para salir...

26 abr 2021

¿Solo en casa?: reunión con los amigos y la banda

 07 de Abril de 2007 Sábado

Acabo de desayunar, después de escribir voy hacer mis tareas. Sobre todo porque mis papás me han obligado y estoy bajo un poco de observación... El motivo es muy simple y debo admitir que ha sido divertido: he pasado un viernes con mis amigos después de bastante tiempo. Es decir, ayer en el segundo receso los invité a mi casa, ya sea para ver una película o jugar algo. Obviamente invité a todos los más cercanos: Crístofer, Rosalina (podría decirse que es la nueva amiga, pues siempre está Crístofer y con nosotros), Ronald, Mike, Érica (la invitó Mike) María (se sorprendió que la invitara después de años), Katty, Teresa, Fernando, Ramiro, Nicolás, Martín, Miguel, Mingo y Pepe. Solo no pudieron asistir Miguel, Mingo y Pepe, pues ya tenían planes.

La invitación se debía a que pasé el primer receso con Estef y, mientras aún seguíamos viendo las fotos de la última salida, me recordó que tenía reunión con su grupo este viernes y sábado, dado que el lunes debían exponer su tema. Es decir, dejaron todo para última hora y debían reunirse esos días para poder terminar a tiempo. Como ya lo había mencionado hace más de una semana, no fue sorpresa; sin embargo, aún no sabía qué iba hacer el viernes, pues, incluso en mi casa, mis papás iban a salir y mis abuelos habían viajado hace unos días a su tierra natal a visitar a unos amigos. Luego me preguntó si no me aburriría estar solito el fin de semana; le dije que no pasa nada, lo único que me daba miedo eran los ruidos que suenan a veces cuando estaba solo. Entre risas me preguntó si algún de día de esos me gustaría su compañía, contento le respondí que sí; no obstante, mi mente pensó: solos en mi casa. Miré sus piernas y el corazón me latió muy rápido; pero, para despejar mi mente, respiré lentamente. Me preguntó si estaba bien, le dije sí y le cambié de tema para que mi mente se distraiga. En un rato sonó la campana, se despidió con un fuerte abrazo mientras me olía y decía: "Deja que me recargue, no te veré hasta el lunes." - Me dio risa y, mientras le acariciaba la cabeza, le dije que podíamos hablar por teléfono; solo me dijo que no es lo mismo y nos fuimos a nuestras aulas.

Antes de salir al segundo receso, miré a María y se me ocurrió invitar a mis amigos, pues se estuvieron quejando la semana pasada que no salía con ellos. Qué mejor manera de no estar solo y estar con mis amigos, dos pájaros de un tiro. Por ese motivo, cuando salimos al segundo receso, les pregunté si estaban libre; contentos me respondieron que veamos algunas películas de terror, pues mi casa estaba sola y querían ver con las luces apagadas. Se me cruzó muy rápido por la mente que podían sonar ruidos en mi casa y la película de terror me iba a dar más miedo después de que todos se fueran, así que no estaba muy seguro. Las chicas estaban emocionadas, les pareció una muy buena idea y dijeron que ellas llevaban las palomitas de maíz, pochoclo, canchita, rosetas de maíz, etc. (como más les guste llamarlo) y luego los demás se dividieron las gaseosas y quién llevaba las películas. Como todos estaban más emocionados de lo que pensé, supuse no que no iba a tener miedo, incluso consideré la emoción de estar entre amigos iba a relajarme. Por lo tanto, acepté todo lo que dijeron. Antes de finalizar el segundo receso, les propuse reunirnos alrededor de las seis, pues comenzaba anochecer. Pero María quería llegar antes, pues quería ver mi casa ya que hacía años que no entraba. Fernando, Katty y Ramiro escucharon lo que dijo y se unieron por voluntad propia. Como más lo hacía por María, no me importó que se unieran los demás que quisieran. 

Después de almorzar y descansar, limpié y arreglé un poco la sala donde íbamos a ver las películas. Busqué el reproductor de DVD, pues hace un tiempo que no lo usábamos, y lo conecté en la pantalla de la sala. Terminando de guardar algunas cosas, sonó el timbre y mi sensación fue que había llegado María; cuando abrí la puerta estuve en lo correcto, en parte. Llegó con Katty, Fernando y Ramiro, no pensé que realmente fueran a llegar; obviamente, antes de iniciar el recorrido, les advertí a Ramiro y Fernando que no toquen nada, pues ya tienen cierta fama. Solo se rieron y me dijeron cómo podía pensar que ello podrían hacer algo malo. Les pedí a las chicas que los cuidasen por precaución, no iba a dejar que hagan tonterías. En fin, al mostrarles la casa, María estaba entre feliz y emocionada, aunque en su voz también se escuchaba un poco melancólica, dado que había pasado mucho tiempo. Me preguntó por mis abuelos, mis papás, mis hermanos, suspiró al ver el jardín, la terraza. Ramiro preguntó por las reacciones de María. Sin rodeos, María les contó que, cuando estábamos en primaria, ella visitaba mi casa más a menudo, porque ambos estudiábamos en clases extras en un pequeño local cercano después de clases; sin embargo, ella iba para aprender más; mientras que yo iba por que no prestaba mucha atención a las clases del colegio. Además, mi mamá era amiga de su mamá; así que, era casi normal y obvio que las invitaran a pasar el rato en mi casa.

María contenta me abrazó y, mientras miraba a los demás, dijo: "Sí~~, era mi hermanito menor (haciendo un gesto con la mano, dando a entender que fui bastante bajito en primaria), siempre lo consolaba cuando estaba triste, le contaba historias de terror que lo hacían llorar (se rio bastante) y jugábamos en el jardín o en la terraza cuando venía a su casa." - Todos se animaron después de escuchar su relato y Fernando preguntó si podíamos jugar a las escondidas, pues la casa era algo grande y nueva para ellos. Las chicas lo miraron como riéndose; pero, para que sí les gustó la idea, porque aceptaron. La única regla era que no podíamos ir al segundo piso, pues no les había mostrado aún y no quería que metieran al cuarto de mis papás o abuelos por precaución. Ramiro fue quien nos buscó a los demás... No puedo negar que fue bastante divertido, pensé que iba ser aburrido. Terminamos cansados por correr de un lado a otro, sobre todo en el jardín. 

Como aún faltaba un rato para que llegaran los demás, María y Katty se animaron y nos preguntaron a Fernando y a mí si podíamos tocar con la guitarra. Para nosotros no había problema tocar; no obstante, faltaba la batería para Fernando, faltaban Akira, Crístofer y Nicolás. Les dije: "Miren chicas, Crístofer y Nicolás van a llegar en un rato; pero, solo tengo los bongós, y obvio que no suenan igual que una batería; además, me da un poco de vergüenza llamar a Kiara" - Todos me empezaron a molestar con ese sonido de wuuu~ o huuu~, como si me gustara; incluso Fernando y María me preguntaron algo como: "¿No dijiste que era como tu prima?" - Katty metió su cuchara y me pidió que la invitara a tocar y a ver las películas de terror con nosotros. Sabía que no me iban hacer caso, así que llamé a Kiara, suponiendo que no quisiera venir por algún trabajo en grupo similar al de Estef. Sin embargo, me equivoqué. Ella sí tenía trabajo en grupo, pero para la otra semana; así que aceptó sin problemas. Lo único gracioso que me dijo fue una broma: "Así que llamas a otras chicas cuando tu novia no está cerca". Le respondí con gracia que solo llamaba a chicas bonitas que tocaban el bajo en bandas; también se rio y aceptó venir.

Después de esa llamada, Nicolás y Martín llegaron con bolsas de papitas. Al pasar a la sala, le mencioné a Nicolás que íbamos a tocar antes de ver las películas; solo me preguntó por los demás, le dije que ya venían, incluida Kiara, y aceptó tranquilo. Luego de un rato, tocaron la puerta Crístofer y Rosalina con las películas; le avisé que iba a cantar; me miró con incredulidad diciendo qué y luego miró un poco avergonzado a Rosalina. Ella sonrió y, mientras afirmaba con su cabeza, dijo que también quería escucharlo (al final, aceptó). Después, mientras buscábamos los instrumentos de mis hermanos, Teresa y Ronald llegaron casi al mismo tiempo, pues primero llegó Teresa y, cuando estaba cerrando la puerta, apareció Ronald. Finalmente, llegaron Mike y Érica; todos se saludaron y les mencioné que primero tocaríamos algo. Además de Katty y Teresa, Mike, Érica, Rosalina y Martín estaban entusiasmados por vernos, e incluso querían que comenzáramos; sin embargo, les mencioné que debíamos esperar Kiara, porque no había batería y tal vez el bajo podría compensar un poco del sonido. Insistieron un poco más y aceptamos; tocamos una canción, pero se sentía que faltaba algo y nos dieron la razón. Segundos después de decir eso, llegó Akira con su bajo en la espalda y, antes de entrar, se despidió de su tío, pues la trajo en su carro; el señor también me saludó de lejos, aunque no recordaba quién era.

Mientras dejaba el bajo y se refrescaba, me distraje ver cómo vestía: un ¿crop top (me parece que se llamaba) o bividi negro? y un jean azul apretado que resaltaba la figura de sus caderas y trasero, se le veía muy bien. Desperté de mi distracción, pues me miró, y rápidamente les presenté a Kiara, pues no todos la conocían; solo la conocían de vista, pues era llamativo su color de cabello y sabían que era un año menor que nosotros. (me parece que hay cinco pelirrojos en todo el colegio, incluyéndola). Todos se portaron bastante bien, me parece que no hubo incomodidad alguna, incluso hicieron pequeñas bromas que me pareció le hicieron sentirse en confianza. Sin más rodeos, en la terraza colocamos y conectamos todos los instrumentos posibles a los pequeños amplificadores de mis hermanos; lo demás juntaron algunas sillas alrededor. Tocamos covers alrededor de una hora y les gustó a todos. Las clases que había recibido del profesor de música del colegio le estaban sirviendo a Crístofer; Nicolás consideró en no irse del grupo, pues se divirtió bastante; Akira fue la que más recibió ovación de todos nosotros, incluso se veía profesional; Fernando solo estaba regañando un poco, pues con bongós parecía un chiste. La comida chatarra ya estaba a la mitad y faltaba ver la película, la cual comenzamos a ver cerca de las diez. Admito que tenía un poco miedo cuando apagamos las luces, incluso Akira que estaba a mi lado se estaba riendo un poco, pues sabe que desde niño me dan miedo las cosas de terror. 

No recuerdo quiénes estaba en los muebles, pero estuve sentado en la alfombra con la espalda apoyada en el sofá. Akira se compadeció y sentó a mi lado para que no tenga tanto miedo. Al final, Crístofer colocó el CD y comenzó "Destino Final", un película del año 2001. No sé qué decir, pensé que iba a ser más terror y suspenso, lo que parecía en un inicio; no obstante, todos terminamos riéndonos, pues parecía una comedia con casualidades imposibles. Al terminar la película un poco después de las once, Fernando y Ramiro ya sabían dónde estaba el bar de casa y sacaron unas botellas con ron, vino y whisky. Todos tomamos algo, la presión social siempre me gana; pero, no obligaron a Kiara, quien sí tomó queriendo. Obviamente, las chicas me molestaron con ella y a veces me la lanzaban un poco mareada. Al final estuvimos jugando, tomando y riendo pasada la media noche, hasta que Kiara que tenía que ir. Todos decidieron también irse. Sin embargo, cuando ella se estaba yendo, pues llamó a su tío para que la llevara, mis papás estaban llegando más temprano de lo pensado. Era imposible disimular, nos encontraron tomados con la bebidas del bar... Increíblemente no se molestaron, de cierto modo estaban tranquilos que hayan más personas en la casa; el problema: no les había avisado que iba hacer esto. Por ese motivo, estoy en observación por parte de mis papás. Sea como sea, fue bastante divertido estar con mis amigos de esta manera, incluso quieren que se repita y, siendo sincero, no me molesta la idea.