8 ago 2025

Mi cumpleaños, la salida y esa foto

4 de Mayo de 2007, Viernes

Ha sido una semana muy agotadora. El lunes fue mi cumpleaños y estuvo bien, pero me hubiera gustado que no iniciaran los exámenes esta semana. El martes sé que todos estábamos estudiando en nuestras casas, dado que los exámenes bimestrales fueron más intensos por ser comprimidos en cuatro días. Me explico de otra manera, debido al feriado del martes, debíamos dar aproximadamente entre tres o cuatro exámenes en un solo día, desde el lunes hasta el viernes. Entonces, no había nada por criticar, solo debíamos estudiar y por ese motivo se cancelaron las actividades extracurriculares de las tardes, este punto no me incomodaba mucho.

El lunes inició bien, a diferencia del año pasado, mis papás fueron a saludarme a primera hora del día. Me regalaron dos polos y un par de zapatillas nuevas, además de un poco de dinero. Me dio risa, pues mi mamá con su característica sonrisa dijo: "Listo, aunque sea un poco, ya tienes para que puedas invitar a la rubia chiquita" - No entendía por qué me avergonzaban desde tan temprano en mi cumpleaños, pero les agradecí y me ordenaron cambiarme, dado que el colegio no se iba a ningún lado. Cuando estaba listo y a punto de bajar por las escaleras, me detuvo mi abuela. Me dio un pequeño sobre, el cual contenía dinero y me abrazó con mucho ánimo, pues ya tenía dieciséis años. Pero también le daba algo de melancolía, porque sabía que la universidad estaba cerca, igual que cuando mis hermanos mayores cumplieron la misma edad. Mientras me acercaba a la cocina, mi abuelo me saludó emocionado y dijo: "Muchas felicidades, hijo. Cómo pasa el tiempo, recuerdo cuando tu mamá te trajo en brazos... Ahora, ya eres todo un caballerito" - Siempre me dan risa las expresiones de mi abuelo, pero le agradecí y él también me dio un pequeño sobre. Terminé de desayunar, me dieron ánimos para los exámenes y de camino al colegio conversé con Sofía sobre su tema, porque la veía muy atenta al libro de inglés.

Cuando subió Crístofer, me dio un pequeño abrazo, pues le da vergüenza abrazar a sus amigos en público, y con risa contenida hizo una ¿afirmación? ¿amenaza? ¿ambos?: "Este año espero que no te pongas loco como el año pasado. Casi lo olvido, espero que aún lo recuerdes. Aún me debes una cámara." - Rápidamente recordé mi último cumpleaños. Me dejó mudo y asentía con mi cabeza a todo lo dicho. Sofía saltó un poco, se disculpó y también me felicitó por mi cumpleaños. Mencioné que no debía preocuparse, pues tantos exámenes en tan pocos días era algo extraño y la primera vez en ocurrir algo parecido. Llegamos y, justo cuando estábamos entrando, nos encontramos con Mike mientras tomaba yogur. Me saludó y me preguntó cuándo nos reuniríamos para celebrarlo. Le dije que primero necesitábamos acabar con los exámenes y se rio. No lo negó y sugirió que debíamos reunirnos la otra semana, porque era la semana libre post-exámenes, a no ser que ya tuviera planes con Estef. Le dije que podíamos reunirnos todos y justo apareció ella a mi lado con Camila y Nadia. Extrañamente, las dos me saludaron con amabilidad y me regalaron un par de caramelos. Por su parte, Estef me abrazó, me besó en la mejilla y me daba ánimos para las pruebas mientras nos dirigimos a nuestras aulas para el primer examen del día.

Llegado al salón, mis compañeros me saludaron con bastante alegría y preguntaron si hoy había alguna reunión en mi casa por ser mi cumpleaños. El profesor puso orden y nos pidió ir a nuestros asientos. Antes de comenzar con la primera prueba, nos informaron que después de acabados los exámenes del día podíamos quedarnos, los que queríamos, a realizar las tareas extra. Me pareció muy buena idea, aunque no el lunes, porque era mi cumpleaños. Terminé más o menos rápido y la siguiente prueba era en un par de horas, así que me fui a la biblioteca, por supuesto que estaba muy llena. Pero mientras buscaba un asiento, vi a Estef y Nadia, codo a codo, conversando y riendo en voz baja. Casi riéndome y en susurro le pregunté si el asiento a su lado estaba ocupado. Se sorprendió, me hizo un gesto para acerca mi cara y con un tono similar dijo: "Rayos, perdón, pero sí está ocupado. Estoy esperando a un chico que gusta mucho. Creo que lo conoces" - Nadia se contuvo la risa, al igual que yo, y le dije: "No importa, cuando llegue me avisas. Hasta que llegue y me acuerde de quién pueda ser, voy a repasar un poco" - Al sentarme, Estef acercó su silla y recostó su cabeza en mi brazo izquierdo. Antes de sacar mis libros, me preguntó qué planes tenía para hoy en la tarde, dado que mañana era feriado. Le pregunté si quería salir conmigo, debido a que mañana todo el colegio iba estar encerrado estudiando por los otros exámenes.

Ella aceptó y, mientras hablábamos, escuchamos la voz de un profesor que estaba patrullando la biblioteca para que no se duerman, porque muchos alumnos de afuera también querían repasar. Le dije que pasaría por ella en la tarde y, antes de que el profesor pudiera verla, me besó en la mejilla y se sentó como si estuviera estudiando con Nadia. Segundos después, el profesor nos miró con sospechas y siguió de largo. Al término del tiempo de estudio, todos regresamos a nuestras aulas para el siguiente examen; pero en este segundo examen me demoré hasta el final y solo tenía la hora de receso acostumbrada antes de dar el siguiente. Como estaba un poco cansado y la biblioteca llena, me dirigí a la azotea para relajarme. Cuando estaba cerca, me asusté, porque escuché voces. Al llegar con mucha cautela, me percaté de que eran Akira y Samanta. Me asusté y les pregunté cómo sabían por dónde entrar. Samanta se notaba aún nerviosa e incómoda frente a mí; Akira se notaba más relajada y me dijo: "Tranquilo, Tefy nos dijo cómo subir... Por cierto, ya no estás molesto con Samy, ¿verdad?" - Samanta se veía preocupada y para que deje de darle vueltas al tema le dije: "Samanta, nunca me molesté contigo, ni cuando me contaste lo ocurrido. Entendí que fue un accidente. (le sonreí para que se calmara) Ni se me ha cruzado por la cabeza que ha sido a propósito. (me preguntó si no me molestaba que hablaran a mis espaldas) No te preocupes, ya prácticamente lo solucioné con Katty hace unos días. Tranquila, concéntrate en tus exámenes.".

Parecía como si el calor volvió a su cara y Akira agregó: "Lo ves, (giró a verme) le dije que no había problemas. Ojalá, con esa misma actitud, me perdonaras por el pasado." - Con más confianza Samanta le respondió: "Ay, Kiara, por lo que nos has contado, no eras exactamente una santa." - Volteó a verme y me agradeció, porque mientras estudiaba pensaba en nosotros y en todos los problemas que podía ocasionarnos. Estuvimos conversando sobre nuestra infancia, pues, dado que surgió el tema, Samanta quería conocer algunas historias con Akira; mientras ella hablaba, se avergonzada de cómo se comportó hace años; inclusive Samanta se reía un poco más y decía: "Chía eras muy atrevida, parece ser que las pelirrojas son así y tratan de conseguir lo que quieren..." -  Nos divertimos un poco hasta que sonó la campana y fuimos a nuestras aulas para rendir el último examen del día. Como no había mucha presión, me tomé mi tiempo y pensaba qué hacer más tarde por mi cumpleaños. Al término de los exámenes muchos compañeros y amigos estaban aliviados, otros satisfechos, algunos con miedo y muchos otros con bastantes ganas de irse a su casa. Por mi lado, busqué a Estef para coordinar la hora de nuestra salida, porque, después de almorzar, mis papás y mis abuelos querían pasar un momento conmigo. Tanto chicas como chicos de su año hicieron ruidos molestos al alrededor de nosotros y molestaban a Marlon. Ella no le dio importancia y me besó en la mejilla mientras se despedía.

Después de comerme ese momento embarazoso, me fui al carro, en el camino Crístofer me preguntó si nos reuniríamos con los demás, pero le conté mis planes con Estef y de su subconsciente dijo: "Antes, con Gina pasabas más tiempo con nosotros" - Solo lo miré un poco y rápidamente reaccionó disculpándose, pero tenía razón. El año pasado la pasé con todos, dado que mis papás lo habían organizado. Casi por reflejo le dije que la otra semana practicaríamos para la banda, pero ya sin los inconvenientes de los demás. Me preguntó si estaba molesto, puesto que la propuesta sonaba agresiva; sin embargo, lo negué porque no lo estaba, aunque él me decía que tenía fruncido el entrecejo. La conversación terminó cuando Sofía nos preguntó cómo resolver algunos problemas de matemáticas para su examen del miércoles. Llegué a mi casa y, como hace tiempo, mis papás y abuelos me esperaron para cantar por mi cumpleaños. Luego, me dieron mi almuerzo, mientras ellos comían un poco de torta. Nos tomamos fotos con la nueva cámara digital para enviarles a mis hermanos. Además, a través del teléfono de mis papás y abuelos, llegaron las llamadas de varios primos y tíos que querían escucharme después de mucho tiempo. Después de comer, las fotos y llamadas, me parece que, a las cuatro y media, mis papás se iban al trabajo y mis abuelos se iban a visitar a sus amistades. Mi mamá con cara de aguantarse la risa me preguntó si tenía planes. Detrás de ella llegó mi papá apurado y alarmado: "No olvides que debes elegir tu carrera, aún no me has dicho qué te parecieron las revistas de CONDOMINIOS ." - Me quemaron las orejas, porque había entendido su indirecta. Le dije en voz alta que aún no me había decidido y tal lo decida mucho después antes del examen de la universidad.

Parecía algo aliviado y mi mamá se indignó un poco diciendo: "No molestes a Luis con lo de su carrera, ya verá él. Ya molestaste a sus hermanos y mira cómo acabó J.J (su apodo)" - Mi papá no quería levantar sospechas y se disculpó con ambos. Se fueron a trabajar y me dirigí a mi habitación. Me alisté para verme con Estef y, cuando revisaba mi billetera, vi la foto de Gina. Me congelé, pero rápidamente la saqué y dudé dónde colocarla, mi conciencia no quería dejarla a la vista de todos. Abrí el cajón y, con mucho cuidado, la guardé en el interior de mi primer diario, cuando aún lo escribía a mano. Sé que estaba mal escrito, pero para mí tiene mucho valor sentimental. En fin, me alisté, revisé si tenía algo relacionado a Gina en mi billetera, por si Estef la miraba. No había nada, así que agarré mis llaves y me fui. De camino, la carretera estaba en reconstrucción y me desvié por un camino más largo y el cual quería evitar desde hace semanas. Pasé cerca de la antigua casa de Gina, no quería mirar, a veces sentía la tentación de voltear la cabeza. Tengo miedo de que la pueda ver pasar por las ventanas o de ver a su mamá por la ventana o la calle; por eso, evito caminar por esa calle. Sé que es imposible, pero mi cerebro sigue inventando estupideces.

Llegué a la casa de Estef, me abrió la puerta la tía Raquel con esa clásica sonrisa de señora, unos pantalones jeans tan clásico como su sonrisa y me invitó a pasar a la sala mientras esperaba. Mientras me sentaba, la tía me sirvió un vaso con jugo de naranja recién exprimida, se sentó cruzada de piernas y me preguntó cómo estaba de salud, cómo me iba en el colegio, si tenía algún problema con mi tutor, ya que era su cuñado; me contó sobre su hijo; me cómo fue el colegio en sus épocas; y finalmente, parece que a esto quería llegar, me preguntó cómo había conocido a Estef. Esto último no sabía cómo explicarlo, porque la conocí cuando estaba con Gina. Por ese motivo, inventé que, desde que nos conocimos en su casa por un trabajo en grupo con Teresa, nos cruzábamos bastante seguido en el colegio. La tía sonaba contenta y con mucha más curiosidad, quería saber, de acuerdo con sus palabras, cuáles fueron nuestros eventos más importantes. Por supuesto que no podía decirle que fue besarla cuando me habían roto el corazón, parecería un idiota. Para mi alivio, en ese momento bajó Estef disculpándose por la demora. Se veía muy hermosa, no entiendo si conoce mis gustos o es pura coincidencia. Su tía la piropeó y nos dijo que nos tomaría fotos, mientras iba por su cámara. 

Estef me preguntó de qué hablamos todo este tiempo y pícaramente le contesté de lo hermosa que siempre se veía. Apenada, me dijo que era un mentiroso; no obstante, me dijo que le faltaba algo. La miré de arriba a bajo, pero no sabía. Me miró con suspicacia, pues no sabía si lo decía en serio, solo mencionó: "A veces no sé si te haces el tonto o te gusta verme..." - Recordé que también se comportó así la semana pasada y rápidamente la besé, por mi parte quería que fuera un piquito rápido. Pero justo llegó su tía y nos encontró en algo más que un beso rápido. La tía parecía quedarse sin aliento, se dirigió a separarnos y dijo: "Niños, solo me fui un momento. (mientras se arreglaba el cabello) Ay diosito, ¿qué pasa con estas generaciones?" - Después de separarnos, Estef se reía nerviosa y rojita, pero contenta. Por mi parte, me disculpaba muy ruborizado. Más calmados, la señora nos pidió acomodarnos para tomarnos la foto, esta parte fue divertida. A pesar de que su tía estaba frente a nosotros, Estef no se cohibía nada y sus poses para la cámara eran besarme en la mejilla, abrazarme, tratar de que la cargara, etc. Por fortuna, su tía se lo tomó bien y se notaba la alegría compartida, al punto de que me pidió que le siguiera el juego a Estef. Terminada la pequeña sesión de fotos, nos despedimos y fuimos a ver una película.

De camino, ella seguía comentando y haciendo bromas sobre el beso y la cara de su tía. Poco a poco me relajé más y también me uní a los chistes. Una vez que llegamos, se emocionó, dado que no íbamos al cine desde hace mucho tiempo. Miramos las películas y sus horarios, ninguna se veía divertida. Compré el horario más cercano y entramos. Ella no entendía por qué nos metíamos a ver una película con casi veinte minutos avanzados, además se veía muy aburrida. Al ingresar en la sala, le susurré que dentro de poco lo entendería. Pasaron otros veinte minutos y le dije que saliéramos. Me preguntó el porqué, la tomé de la mano y mientras bajamos las escaleras sentí un poco de nervios de su parte. Sacando la cabeza por donde entramos verifiqué si había alguien vigilando el corredor. No había nadie, le susurré y la jalé de la mano a la siguiente sala, pues quería saber de qué trataba esa película "Redline", hasta ahora no sé de qué trata. Pasó media hora y volvimos hacer lo mismo, la tome de la mano, pero se notaba que ella se estaba divertimiento y me siguió con más decisión. Finalmente, cuando entramos, se proyectaba la película "Paranoia". Ya no nos importaba la película, pues nos divertía la emoción de ser atrapado y hablábamos en voz alta qué sucesos podrían suceder en la película. Extrañamente, le atinamos a varias partes, al punto de que la gente pensaba que habíamos visto la película y lo hacíamos a propósito. Después de varios "shhh" de la gente, salimos muertos de risa y decidimos ver las tiendas de los alrededores antes de ir a comer.

Mientras nos dirigíamos a una cafetería, vimos una banda improvisada tocando cerca a la pileta del centro comercial. Dos chicos con guitarra acústica y una chica como la voz principal. La cantante tenía la voz ronca, pero igual atrapaba como si hubiera practicado ese estilo, pues su contextura física no daba la impresión de esa tonalidad. Justo cuando recordé lo que le dije a Crístofer sobre practicar más, Estef me agarró del polo, me miró con sorpresa y me dijo: "Podrías tocar así con los demás" - ¿En el centro comercial?, le pregunté en tono de burla. Me respondió riendo: "No, tonto. Me refiero que pueden hacerlo en cualquier parte para que no tengan tanto pánico al público" - Con actitud de arrogancia fingida le dije que ya lo había planeado hace mucho. Me dijo que por mi cumpleaños me iba a creer y nos fuimos a comer. Al terminar de comer, no sé cómo llegamos a conversar por nuestros documentos de identidad y me asusté mucho cuando me pidió mi billetera. Me preguntó qué pasaba y sospechó que ocultaba algo. Extendió la mano, casi como si me lo ordenara. Fue una expresión muy seria, muy raro en ella. Le pregunté qué pasaba, se la di y miró muy rápido. Cambió su expresión a relajada y me dijo que tenía miedo de que llevara condones ahí. Avergonzado, porque algunas personas de otras mesas habían escuchado, le dije que eso es estúpido, debido a que podían romperse fácilmente así.    

Para mi suerte, no creo que haya sospechado. Mucho menos creo que haya recordado que ahí llevaba la foto de Gina, creo que esquivé una bala. Sentí que terminaba el día cuando la dejaba en su casa; no obstante, cuando la estaba a punto de besar para despedirme, apareció su papá y contento me dijo: "Gracias por dejarla en casa, Luis. Como siempre, eres todo un caballero. (se despidió de lejos) Vamos para adentro Estefani" - Le sonreí y, mientras su papá recogía cosas de su auto, Estef se notaba incómoda, me besó rápido sin que su papá nos viera y se fue con él. Al llegar a mi casa, mis papás estaban riéndose a carcajadas con algunos tíos y me dijeron: "Miren quién llegó, el casanova." - Todos rieron y me quedé conversando con todos, pues tenían algunas preguntas, las cuales no iba y otras no tenía ganas de contestar.