22 ago 2025

Un reencuentro inesperado y dudas

7 de Mayo de 2007, Lunes

Dentro de una hora llegarán mis papás y almorzaré con ellos. No sé si saldré mañana a tocar con la banda, me estoy poniendo nervioso. A parte de eso, acabo de verificar que aún no he escrito sobre la academia. Entonces, y antes de olvidarme, primero quiero contar cómo me ha ido en la academia, principalmente del sábado, porque ha pasado algo que jamás en vida pude imaginar.  Cuadra perfectamente la expresión: "La realidad supera a la ficción". Ha sido raro, esto fue mucho más allá de lo que me hubiera imaginado. 

Entonces, el sábado estaba más relajado por terminar los exámenes y alisté temprano mi mochila antes de irme, pues quería llegar caminando. Antes de partir, Estef me escribió mensajes pidiéndome que le avisara mi hora de salida. A pesar de decirle que saldría alrededor de las siete y media, insistió en ir a verme. Suspiré un poco y me fui. En el trayecto recordé que Mike mencionó que iba a estar en la academia. Además, Nicolás y Robin también nos avisaron que ellos también estudiarían con nosotros. Pensé de manera optimista, aunque no tenía tantas ganas de estudiar, debido a que los exámenes me habían cansado y en los tres últimos días me había quedado a realizar las tareas extras después de rendir las pruebas. Maldición, lo que hago por mejorar mi rendimiento académico. Pero eso no es todo, ya que, debido a que me quedaba en las tardes a estudiar, Estef estaba un poco incómoda y se quejaba de por qué me quedaba en el colegio en lugar de ir a su casa a repasar ahí. Sinceramente, sé que cualquier cosa podría distraerme en su casa, principalmente ella. Además, aún no quería ir por la tía Raquel. Sé más o menos cuáles son sus preguntas favoritas y cómo hace un poco de trampa al realizarlas. Es como si supiera cómo preguntarme para responder siempre con la verdad. También está la probabilidad de que sea chismosa y me vigile cuando esté a solas con Estef.

Me desvié demasiado del tema. Al llegar a la academia, noté la gran cantidad de gente de diferentes colegios. Todos mirábamos la vitrina colgada en la pared, porque necesitábamos saber nuestras aulas. Tras encontrar mi nombre, busqué a mis amigos. Me percaté que solo estaba Robin en mi salón; Mike y Nicolás estaban en otros diferentes. Antes de subir, pues estoy en el segundo piso, di un último vistazo a la multitud para verificar si estaban por ahí, pero nada. Entré al aula y aún estaba casi vacía, diez minutos antes de iniciar la clase, me tocaron el hombro y una voz conocida de años, no por ser el más estudioso ni el más amigable, me preguntó si el asiento de mi lado estaba ocupado. Era Ricky, inconscientemente le sonríe por susto, parecía alegrarse de verme. Le dije que podía sentarse y para mí mismo me dije que una cara poco conocida era mejor que una desconocida. Bueno, con una sonrisa de su parte, como si fuéramos muy amigos de toda la vida, me preguntó cómo estaba. Le di las clásicas respuestas comunes y, después de conversar por un buen rato, me dijo que no había rencores por el pasado, pero agregó: "¿Es verdad ese rumor de que lo hiciste con la hermana de Teresa?" - Le respondí muy tranquilamente y le conté sin muchos detalles qué había pasado  para que no sacara el tema en ese lugar. 

Luego, un par de minutos antes de iniciar clases, me preguntó: "¿Por casualidad sabes algo de Gina?" - Me molesté un poco, pero recordé que no él sabía nada, porque lo cambiaron de aula al inicio del año escolar; por suerte, tampoco sabía que el papá de Teresa y Estef, era el tutor de mi aula, sé que se hubiera reído mucho de mí si sabía eso. Le contesté lo que sabía, aunque, al mismo tiempo, tenía la sensación de que era una mentira: "Parece que tenían problemas económicos desde el fallecimiento de su papá y sé que un tío las ayudaría, pero no tengo más detalles. Me dijo que se iba a una ciudad, pero se fue a otra sin contarme por qué. No contestó ni mis llamadas ni mis mensajes" - Me miraba indignado y me preguntó si aún le seguía escribiendo o llamando. No estaba seguro si preguntaba por preocupación, porque sabía que a él le gustaba, por eso la pelea del anteaño pasado. Pero la pregunta también podía ser una trampa para molestarme y que el rumor se esparza hasta Estef. Por ese motivo, le respondí que desde enero no le había escrito otra vez. Se notó más fuerte la indignación y me replicó sin pelos en la lengua: "Sé que no soy la persona ideal, ni el más atractivo y no tengo buen comportamiento, pero... ¿Por qué te eligió a ti la chica más bonita de nuestro año? Para colmo, se te escapa y me dices que no sabes nada de ella con tu cara de estúpido.".

Me estaba incomodando por el insulto y porque algunos chicos y chicas estaban escuchando nuestra conversación. Aun así continuó: "Pero el colmo de los colmos, y no sé cómo, le gustas a la hermana de Teresa. Sé que es muy cotizada por los chicos de su año. Y sus amigas ufff, todas están buenas" - Pensé que todo era un reproche, pero, supongo que, jugando, me abrazó y con cierta picardía y en voz baja me pidió: "Maestro, enséñame tus secretos, yo también quiero una chica de diez; preséntame a sus amigas. Quiero conocer tus secretos. Hasta hace dos años, te jodía, me burlaba de ti, te golpeaba, pero ahora eres un imán de chicas" - Me molesté al recordar todo eso, pero, con la excusa de que se callara, le dije que si dejaba de comportarse como siempre, le contaba. Los ojos se le iluminaron y, desde ese preciso momento, se comportó bastante bien. Fue tal ese cambio de actitud que incluso prestaba atención a las clases; era raro, porque, desde que lo conocía, prefería molestar a los de su alrededor sin importarle nada. Era la viva expresión de "ni come ni deja comer". Cerca de terminar las primeras horas de clases de matemáticas, llegó Robin, se disculpó con el profesor e ingresó con un poco de nerviosismo. Me pareció escuchar un muy pequeño susurro a mi lado: "Ese mariquita..." - Se aguantó la risa y me parece que esperaba que no escuchara nada de lo que dijo, porque me miró de reojo y siguió escribiendo en el cuaderno.

Terminadas las dos primeras horas de clases teníamos un receso. Robin se acercó a saludarme y se le vio incómodo, porque Ricky estaba a mi lado. Se levantó del asiento de mi lado y nos dijo que vayamos al primer piso a comprar algo en la cafetería; sin embargo, le mencioné que primero buscaríamos a Mike y Nicolás. Estiró un poco la cara por la sorpresa: "Has venido con tu gente, bien ahí. Ahora somos más del mismo cole. Vamos a buscarlos" - Robin me susurró: "¿Qué pasó? ¿Por qué te juntas con Ricky? ¿No te acuerdas cómo nos jodió por años?" - Le dije que se estaba comportando bien y seguimos nuestra búsqueda. En una intersección de los pasillos, nos chocamos con ambos. Ahí Ricky los saludó chocando las manos y ambos estaban con una expresión muy fuerte de confusión. Mike le preguntó qué hacía ahí y respondió relajado: "Mis papás me obligaron a venir; también quieren que ingrese a la universidad o me mandan a la academia militar. ¿Y ustedes mariquitas? " - Se carcajeaba, pues, en sus propias palabras, cualquier universidad lo iba a salvar. Comenzaron a explicar: Nicolás estaba ahí, porque quería mejorar para los exámenes de ingreso; Mike, se sentía obligado por sus papás; y Robin, al igual que Nicolás, quería mejorar para los exámenes de la universidad. Luego, incómodos nos fuimos. 

Al bajar hasta la cafetería, fue una extraña sorpresa, ya que ahí nos encontramos con Fernando comprando mentas en una máquina expendedora. Él sonrió cuando nos vio y contento nos saludó a todos, excepto a Ricky, dado que nunca se habían hablado; además, tampoco había sido su víctima en el pasado como fuimos nosotros. Imagino que esto último se debía a que Fernando era más corpulento, casi al nivel de Ricky. Ahora que lo pienso bien, creo que después de la pelea que  tuve con él, Ricky se percató de que todos habíamos crecido casi a su altura, al igual que en nuestra masa muscular. Tal vez por ese dejó de molestarnos a todos, creo que tiene sentido. Otra vez me salí del tema. Bueno, al encontrarnos con Fernando, Ricky se cohibió ligeramente, no hablaba tanto como antes, seguía nuestras decisiones sin oponerse. Así que las clases del sábado terminaron tranquilas, aunque trató de no separarse de mí, qué extraño. En fin, mientras salía, me saludaron Estef y sus amigas desde una banca de la entrada. Cuando Ricky observó este escenario, se despidió y dijo: "Maestro, no te olvides. Tienes que enseñarme" - Y se fue por su camino. Me acerqué a ellas con los demás y Nadia preguntó riéndose: "¿Quién es ese y por qué te dice maestro?" - Camila rápidamente: "Oye, ese es el trabajo de Tefy. Ella debe preguntarle a Luis con quién se junta".

Todos se rieron y Nicolás respondió que era un antiguo "amigo". Irene se sobresaltó: "Ya sé quién era, chicas. Luis se peleó con él hace dos años, ¿se acuerdan?" - Le preguntaron cómo sabía, pero Samanta intervino: "Sí, ya me acordé. El año pasado escuchamos el rumor de que dos chicos se pelearon por una chica y lo curioso fue que el abusivo recibió su merecido." - Camila agregó: "Ya me acordé, tienes razón, pero hace dos años no sabíamos quién era Luis, ni el chico ese que se acaba de ir. (Todas afirmaron con la cabeza) A todo esto, Luis ¿qué hiciste o quién era la chica? Porque para que quieran golpearte...". - Noté cómo contestó rápidamente de manera inocente Robin, porque también quería hablar con las chicas: "Sí, sí, pelearon por Gina. Ricky estaba celoso. Fue increíble, todos pensamos que Lucho iba a perder, cayeron al suelo, se golpearon, golpearon a Gina y, como todos pensábamos que Lucho estaba en una relación con Gina y.." - Se detuvo cuando Fernando y Nicolás discretamente le tocaron el hombro y se percató de que todas las amigas de Estef abrieron los ojos por la sorpresa y la miraron. De reojo también me miraban. Akira intervino nerviosamente: "Pensar que cuando éramos niños eras un debilucho, hasta yo te ganaba" - Samanta se unió: "Ay Kiara, siempre avergonzado a Luis, ya te rechazó, ya déjalo en paz" - Veo que es una broma recurrente entre ellas que no incomoda a Estef, por fortuna distrajo las alertas.

Nicolás con cara de orgullo y aguantando la risa: "No se preocupen por Luchín, ya está bien entrenado gracias al atletismo. Ya nadie lo puede molestar otra vez." - Me apretó el bícep y todos rieron. Solo Irene añadió: "Cuidado Chía, no amenaces a Luis. Ahora te se saca volando." - Por suerte todos se rieron y me pareció notar interés por parte de Nadia hacia Nicolás. Menciono esto, porque cuando se estaban despidiendo Fernando, Nicolás y Robin, Nadia los invitó para ir por ahí con el grupo de chicas, pero solo se dirigió a él con la mirada estática. Sin embargo, Nicolás dijo que ya había quedado con su chica y los ojos le dejaron de brillar. Fernando también. Solo quedaba Robin, pero se sentía fuera de lugar como para aceptar. Mis amigos se despidieron y estaban dándome palmadas en la espalda entre burlas. Por su parte, las chicas también se despidieron, dado que solo estaban acompañando a Estef y desaparecieron. Mientras se iban, me se senté a su lado y dijo que se quedaría hasta la madrugada conmigo, puesto que no sabía cuándo volveríamos a vernos en la semana. Le pregunté a qué se refería si estábamos libres esta semana sin clases. Me contó que tiene ensayos para la obra de teatro en la que se presentará en junio y ya les había dicho al director y a los demás actores hace mucho. Por ese motivo, pensaron que sería mejor si practicaban lo más posible en esta semana libre, entre las cinco y las ocho y media. Le dije que entendía y me encantaba verla actuar. Sentí un silencio incómodo, aunque fuera por muy poco me pareció raro al estar con ella.

Además de ello, parecía que quería decirme algo. Sonriendo para que se animara le dije: "Todo bien, podemos vernos algunas mañanas. Creo que es mejor, me imagino que tu tía trabaja en las mañanas" - Me parece que me respondió con un poco de tristeza: "No, mi tía está de vacaciones, por eso se queda en casa cuando no va de paseo" - Le dije que podía venir a mi casa e incluso trataría de convencer a mis amigos para tocar con la banda alguna mañana. Eso parecía animarla y, en ese sentido, traté de mejorar esa actitud; le tomé la mano y le dije que le iba a invitar a comer algo. Comenzó a sonreír y me preguntó a dónde la invitaba mientras se sujetaba de mi brazo. Le dije que era sorpresa y partimos hasta que se me ocurriera algo. Cuando estábamos cerca de un parque, se detuvo sin soltarme la mano y me dijo con seriedad y tristeza: "Escúchame... Sé que estuviste con Gina, te pasaron muchas cosas ya sé y... de seguro aún la quieres... y lo entiendo (me pareció que su voz se quebró un poco). Pero sabes que yo estoy aquí contigo y te quiero mucho... (suspiró) A veces, algunas veces, me siento desplazada, siento como si todos los demás me miraran como un plato de segunda mesa, su reemplazo..." - Le dije que se detuviera, porque no quería escuchar cómo se menospreciaba. La abracé y se aferró bastante fuerte con la cara sobre mi pecho, parecía que quería llorar, aunque no lo hizo. Después de un momento muy largo de silencio, se le escuchaba más tranquila y continuó: "Perdón, pero hace un rato, sentí que no dejaban de hablar de Gina y cómo te enfrentaste al idiota que te molestaba, por ella. Creo que toda mi promoción y la anterior conocen esa historía." - No tenía idea de eso y de todo corazón le dije: "No tienes por qué sentirse mal. Hice lo que hice en el pasado y, si lo notaste, todo eso me llevó a ti; tú eres mi presente. (comenzó a sonreír con unas mejillas muy coloradas por la vergüenza). Eres un muy hermoso presente y no quiero que vuelvas a pensar que eres un reemplazo. Te quiero mucho, porque eres tú y nadie más que tú. Esa historia de mi enfrentamiento solo la conocen como un rumor, pero no saben quien soy, solo tú me conoces de verdad... (Parecía que quería llorar y aquí le dije en broma) Pero si te incomoda ser mi novia le digo a Kiara que sí y...". 

Ella entendiendo mi broma y me dijo con voz juguetona que no, rastrando la vocal como niña que le negaban su capricho. Además, me dijo que era un tonto, pues eran palabras muy hermosas que se arruinaron por mi broma. Me llamó tonto varias veces mientras nos besábamos de pie en medio del camino, algunas personas nos evitaban a la distancia o rodeándonos sin mirar. Muy rojos por estar haciendo eso donde todos los transeúntes del parque nos veían, nos fuimos caminando de la mano a una cafetería. 

8 ago 2025

Mi cumpleaños, la salida y esa foto

4 de Mayo de 2007, Viernes

Ha sido una semana muy agotadora. El lunes fue mi cumpleaños y estuvo bien, pero me hubiera gustado que no iniciaran los exámenes esta semana. El martes sé que todos estábamos estudiando en nuestras casas, dado que los exámenes bimestrales fueron más intensos por ser comprimidos en cuatro días. Me explico de otra manera, debido al feriado del martes, debíamos dar aproximadamente entre tres o cuatro exámenes en un solo día, desde el lunes hasta el viernes. Entonces, no había nada por criticar, solo debíamos estudiar y por ese motivo se cancelaron las actividades extracurriculares de las tardes, este punto no me incomodaba mucho.

El lunes inició bien, a diferencia del año pasado, mis papás fueron a saludarme a primera hora del día. Me regalaron dos polos y un par de zapatillas nuevas, además de un poco de dinero. Me dio risa, pues mi mamá con su característica sonrisa dijo: "Listo, aunque sea un poco, ya tienes para que puedas invitar a la rubia chiquita" - No entendía por qué me avergonzaban desde tan temprano en mi cumpleaños, pero les agradecí y me ordenaron cambiarme, dado que el colegio no se iba a ningún lado. Cuando estaba listo y a punto de bajar por las escaleras, me detuvo mi abuela. Me dio un pequeño sobre, el cual contenía dinero y me abrazó con mucho ánimo, pues ya tenía dieciséis años. Pero también le daba algo de melancolía, porque sabía que la universidad estaba cerca, igual que cuando mis hermanos mayores cumplieron la misma edad. Mientras me acercaba a la cocina, mi abuelo me saludó emocionado y dijo: "Muchas felicidades, hijo. Cómo pasa el tiempo, recuerdo cuando tu mamá te trajo en brazos... Ahora, ya eres todo un caballerito" - Siempre me dan risa las expresiones de mi abuelo, pero le agradecí y él también me dio un pequeño sobre. Terminé de desayunar, me dieron ánimos para los exámenes y de camino al colegio conversé con Sofía sobre su tema, porque la veía muy atenta al libro de inglés.

Cuando subió Crístofer, me dio un pequeño abrazo, pues le da vergüenza abrazar a sus amigos en público, y con risa contenida hizo una ¿afirmación? ¿amenaza? ¿ambos?: "Este año espero que no te pongas loco como el año pasado. Casi lo olvido, espero que aún lo recuerdes. Aún me debes una cámara." - Rápidamente recordé mi último cumpleaños. Me dejó mudo y asentía con mi cabeza a todo lo dicho. Sofía saltó un poco, se disculpó y también me felicitó por mi cumpleaños. Mencioné que no debía preocuparse, pues tantos exámenes en tan pocos días era algo extraño y la primera vez en ocurrir algo parecido. Llegamos y, justo cuando estábamos entrando, nos encontramos con Mike mientras tomaba yogur. Me saludó y me preguntó cuándo nos reuniríamos para celebrarlo. Le dije que primero necesitábamos acabar con los exámenes y se rio. No lo negó y sugirió que debíamos reunirnos la otra semana, porque era la semana libre post-exámenes, a no ser que ya tuviera planes con Estef. Le dije que podíamos reunirnos todos y justo apareció ella a mi lado con Camila y Nadia. Extrañamente, las dos me saludaron con amabilidad y me regalaron un par de caramelos. Por su parte, Estef me abrazó, me besó en la mejilla y me daba ánimos para las pruebas mientras nos dirigimos a nuestras aulas para el primer examen del día.

Llegado al salón, mis compañeros me saludaron con bastante alegría y preguntaron si hoy había alguna reunión en mi casa por ser mi cumpleaños. El profesor puso orden y nos pidió ir a nuestros asientos. Antes de comenzar con la primera prueba, nos informaron que después de acabados los exámenes del día podíamos quedarnos, los que queríamos, a realizar las tareas extra. Me pareció muy buena idea, aunque no el lunes, porque era mi cumpleaños. Terminé más o menos rápido y la siguiente prueba era en un par de horas, así que me fui a la biblioteca, por supuesto que estaba muy llena. Pero mientras buscaba un asiento, vi a Estef y Nadia, codo a codo, conversando y riendo en voz baja. Casi riéndome y en susurro le pregunté si el asiento a su lado estaba ocupado. Se sorprendió, me hizo un gesto para acerca mi cara y con un tono similar dijo: "Rayos, perdón, pero sí está ocupado. Estoy esperando a un chico que gusta mucho. Creo que lo conoces" - Nadia se contuvo la risa, al igual que yo, y le dije: "No importa, cuando llegue me avisas. Hasta que llegue y me acuerde de quién pueda ser, voy a repasar un poco" - Al sentarme, Estef acercó su silla y recostó su cabeza en mi brazo izquierdo. Antes de sacar mis libros, me preguntó qué planes tenía para hoy en la tarde, dado que mañana era feriado. Le pregunté si quería salir conmigo, debido a que mañana todo el colegio iba estar encerrado estudiando por los otros exámenes.

Ella aceptó y, mientras hablábamos, escuchamos la voz de un profesor que estaba patrullando la biblioteca para que no se duerman, porque muchos alumnos de afuera también querían repasar. Le dije que pasaría por ella en la tarde y, antes de que el profesor pudiera verla, me besó en la mejilla y se sentó como si estuviera estudiando con Nadia. Segundos después, el profesor nos miró con sospechas y siguió de largo. Al término del tiempo de estudio, todos regresamos a nuestras aulas para el siguiente examen; pero en este segundo examen me demoré hasta el final y solo tenía la hora de receso acostumbrada antes de dar el siguiente. Como estaba un poco cansado y la biblioteca llena, me dirigí a la azotea para relajarme. Cuando estaba cerca, me asusté, porque escuché voces. Al llegar con mucha cautela, me percaté de que eran Akira y Samanta. Me asusté y les pregunté cómo sabían por dónde entrar. Samanta se notaba aún nerviosa e incómoda frente a mí; Akira se notaba más relajada y me dijo: "Tranquilo, Tefy nos dijo cómo subir... Por cierto, ya no estás molesto con Samy, ¿verdad?" - Samanta se veía preocupada y para que deje de darle vueltas al tema le dije: "Samanta, nunca me molesté contigo, ni cuando me contaste lo ocurrido. Entendí que fue un accidente. (le sonreí para que se calmara) Ni se me ha cruzado por la cabeza que ha sido a propósito. (me preguntó si no me molestaba que hablaran a mis espaldas) No te preocupes, ya prácticamente lo solucioné con Katty hace unos días. Tranquila, concéntrate en tus exámenes.".

Parecía como si el calor volvió a su cara y Akira agregó: "Lo ves, (giró a verme) le dije que no había problemas. Ojalá, con esa misma actitud, me perdonaras por el pasado." - Con más confianza Samanta le respondió: "Ay, Kiara, por lo que nos has contado, no eras exactamente una santa." - Volteó a verme y me agradeció, porque mientras estudiaba pensaba en nosotros y en todos los problemas que podía ocasionarnos. Estuvimos conversando sobre nuestra infancia, pues, dado que surgió el tema, Samanta quería conocer algunas historias con Akira; mientras ella hablaba, se avergonzada de cómo se comportó hace años; inclusive Samanta se reía un poco más y decía: "Chía eras muy atrevida, parece ser que las pelirrojas son así y tratan de conseguir lo que quieren..." -  Nos divertimos un poco hasta que sonó la campana y fuimos a nuestras aulas para rendir el último examen del día. Como no había mucha presión, me tomé mi tiempo y pensaba qué hacer más tarde por mi cumpleaños. Al término de los exámenes muchos compañeros y amigos estaban aliviados, otros satisfechos, algunos con miedo y muchos otros con bastantes ganas de irse a su casa. Por mi lado, busqué a Estef para coordinar la hora de nuestra salida, porque, después de almorzar, mis papás y mis abuelos querían pasar un momento conmigo. Tanto chicas como chicos de su año hicieron ruidos molestos al alrededor de nosotros y molestaban a Marlon. Ella no le dio importancia y me besó en la mejilla mientras se despedía.

Después de comerme ese momento embarazoso, me fui al carro, en el camino Crístofer me preguntó si nos reuniríamos con los demás, pero le conté mis planes con Estef y de su subconsciente dijo: "Antes, con Gina pasabas más tiempo con nosotros" - Solo lo miré un poco y rápidamente reaccionó disculpándose, pero tenía razón. El año pasado la pasé con todos, dado que mis papás lo habían organizado. Casi por reflejo le dije que la otra semana practicaríamos para la banda, pero ya sin los inconvenientes de los demás. Me preguntó si estaba molesto, puesto que la propuesta sonaba agresiva; sin embargo, lo negué porque no lo estaba, aunque él me decía que tenía fruncido el entrecejo. La conversación terminó cuando Sofía nos preguntó cómo resolver algunos problemas de matemáticas para su examen del miércoles. Llegué a mi casa y, como hace tiempo, mis papás y abuelos me esperaron para cantar por mi cumpleaños. Luego, me dieron mi almuerzo, mientras ellos comían un poco de torta. Nos tomamos fotos con la nueva cámara digital para enviarles a mis hermanos. Además, a través del teléfono de mis papás y abuelos, llegaron las llamadas de varios primos y tíos que querían escucharme después de mucho tiempo. Después de comer, las fotos y llamadas, me parece que, a las cuatro y media, mis papás se iban al trabajo y mis abuelos se iban a visitar a sus amistades. Mi mamá con cara de aguantarse la risa me preguntó si tenía planes. Detrás de ella llegó mi papá apurado y alarmado: "No olvides que debes elegir tu carrera, aún no me has dicho qué te parecieron las revistas de CONDOMINIOS ." - Me quemaron las orejas, porque había entendido su indirecta. Le dije en voz alta que aún no me había decidido y tal lo decida mucho después antes del examen de la universidad.

Parecía algo aliviado y mi mamá se indignó un poco diciendo: "No molestes a Luis con lo de su carrera, ya verá él. Ya molestaste a sus hermanos y mira cómo acabó J.J (su apodo)" - Mi papá no quería levantar sospechas y se disculpó con ambos. Se fueron a trabajar y me dirigí a mi habitación. Me alisté para verme con Estef y, cuando revisaba mi billetera, vi la foto de Gina. Me congelé, pero rápidamente la saqué y dudé dónde colocarla, mi conciencia no quería dejarla a la vista de todos. Abrí el cajón y, con mucho cuidado, la guardé en el interior de mi primer diario, cuando aún lo escribía a mano. Sé que estaba mal escrito, pero para mí tiene mucho valor sentimental. En fin, me alisté, revisé si tenía algo relacionado a Gina en mi billetera, por si Estef la miraba. No había nada, así que agarré mis llaves y me fui. De camino, la carretera estaba en reconstrucción y me desvié por un camino más largo y el cual quería evitar desde hace semanas. Pasé cerca de la antigua casa de Gina, no quería mirar, a veces sentía la tentación de voltear la cabeza. Tengo miedo de que la pueda ver pasar por las ventanas o de ver a su mamá por la ventana o la calle; por eso, evito caminar por esa calle. Sé que es imposible, pero mi cerebro sigue inventando estupideces.

Llegué a la casa de Estef, me abrió la puerta la tía Raquel con esa clásica sonrisa de señora, unos pantalones jeans tan clásico como su sonrisa y me invitó a pasar a la sala mientras esperaba. Mientras me sentaba, la tía me sirvió un vaso con jugo de naranja recién exprimida, se sentó cruzada de piernas y me preguntó cómo estaba de salud, cómo me iba en el colegio, si tenía algún problema con mi tutor, ya que era su cuñado; me contó sobre su hijo; me cómo fue el colegio en sus épocas; y finalmente, parece que a esto quería llegar, me preguntó cómo había conocido a Estef. Esto último no sabía cómo explicarlo, porque la conocí cuando estaba con Gina. Por ese motivo, inventé que, desde que nos conocimos en su casa por un trabajo en grupo con Teresa, nos cruzábamos bastante seguido en el colegio. La tía sonaba contenta y con mucha más curiosidad, quería saber, de acuerdo con sus palabras, cuáles fueron nuestros eventos más importantes. Por supuesto que no podía decirle que fue besarla cuando me habían roto el corazón, parecería un idiota. Para mi alivio, en ese momento bajó Estef disculpándose por la demora. Se veía muy hermosa, no entiendo si conoce mis gustos o es pura coincidencia. Su tía la piropeó y nos dijo que nos tomaría fotos, mientras iba por su cámara. 

Estef me preguntó de qué hablamos todo este tiempo y pícaramente le contesté de lo hermosa que siempre se veía. Apenada, me dijo que era un mentiroso; no obstante, me dijo que le faltaba algo. La miré de arriba a bajo, pero no sabía. Me miró con suspicacia, pues no sabía si lo decía en serio, solo mencionó: "A veces no sé si te haces el tonto o te gusta verme..." - Recordé que también se comportó así la semana pasada y rápidamente la besé, por mi parte quería que fuera un piquito rápido. Pero justo llegó su tía y nos encontró en algo más que un beso rápido. La tía parecía quedarse sin aliento, se dirigió a separarnos y dijo: "Niños, solo me fui un momento. (mientras se arreglaba el cabello) Ay diosito, ¿qué pasa con estas generaciones?" - Después de separarnos, Estef se reía nerviosa y rojita, pero contenta. Por mi parte, me disculpaba muy ruborizado. Más calmados, la señora nos pidió acomodarnos para tomarnos la foto, esta parte fue divertida. A pesar de que su tía estaba frente a nosotros, Estef no se cohibía nada y sus poses para la cámara eran besarme en la mejilla, abrazarme, tratar de que la cargara, etc. Por fortuna, su tía se lo tomó bien y se notaba la alegría compartida, al punto de que me pidió que le siguiera el juego a Estef. Terminada la pequeña sesión de fotos, nos despedimos y fuimos a ver una película.

De camino, ella seguía comentando y haciendo bromas sobre el beso y la cara de su tía. Poco a poco me relajé más y también me uní a los chistes. Una vez que llegamos, se emocionó, dado que no íbamos al cine desde hace mucho tiempo. Miramos las películas y sus horarios, ninguna se veía divertida. Compré el horario más cercano y entramos. Ella no entendía por qué nos metíamos a ver una película con casi veinte minutos avanzados, además se veía muy aburrida. Al ingresar en la sala, le susurré que dentro de poco lo entendería. Pasaron otros veinte minutos y le dije que saliéramos. Me preguntó el porqué, la tomé de la mano y mientras bajamos las escaleras sentí un poco de nervios de su parte. Sacando la cabeza por donde entramos verifiqué si había alguien vigilando el corredor. No había nadie, le susurré y la jalé de la mano a la siguiente sala, pues quería saber de qué trataba esa película "Redline", hasta ahora no sé de qué trata. Pasó media hora y volvimos hacer lo mismo, la tome de la mano, pero se notaba que ella se estaba divertimiento y me siguió con más decisión. Finalmente, cuando entramos, se proyectaba la película "Paranoia". Ya no nos importaba la película, pues nos divertía la emoción de ser atrapado y hablábamos en voz alta qué sucesos podrían suceder en la película. Extrañamente, le atinamos a varias partes, al punto de que la gente pensaba que habíamos visto la película y lo hacíamos a propósito. Después de varios "shhh" de la gente, salimos muertos de risa y decidimos ver las tiendas de los alrededores antes de ir a comer.

Mientras nos dirigíamos a una cafetería, vimos una banda improvisada tocando cerca a la pileta del centro comercial. Dos chicos con guitarra acústica y una chica como la voz principal. La cantante tenía la voz ronca, pero igual atrapaba como si hubiera practicado ese estilo, pues su contextura física no daba la impresión de esa tonalidad. Justo cuando recordé lo que le dije a Crístofer sobre practicar más, Estef me agarró del polo, me miró con sorpresa y me dijo: "Podrías tocar así con los demás" - ¿En el centro comercial?, le pregunté en tono de burla. Me respondió riendo: "No, tonto. Me refiero que pueden hacerlo en cualquier parte para que no tengan tanto pánico al público" - Con actitud de arrogancia fingida le dije que ya lo había planeado hace mucho. Me dijo que por mi cumpleaños me iba a creer y nos fuimos a comer. Al terminar de comer, no sé cómo llegamos a conversar por nuestros documentos de identidad y me asusté mucho cuando me pidió mi billetera. Me preguntó qué pasaba y sospechó que ocultaba algo. Extendió la mano, casi como si me lo ordenara. Fue una expresión muy seria, muy raro en ella. Le pregunté qué pasaba, se la di y miró muy rápido. Cambió su expresión a relajada y me dijo que tenía miedo de que llevara condones ahí. Avergonzado, porque algunas personas de otras mesas habían escuchado, le dije que eso es estúpido, debido a que podían romperse fácilmente así.    

Para mi suerte, no creo que haya sospechado. Mucho menos creo que haya recordado que ahí llevaba la foto de Gina, creo que esquivé una bala. Sentí que terminaba el día cuando la dejaba en su casa; no obstante, cuando la estaba a punto de besar para despedirme, apareció su papá y contento me dijo: "Gracias por dejarla en casa, Luis. Como siempre, eres todo un caballero. (se despidió de lejos) Vamos para adentro Estefani" - Le sonreí y, mientras su papá recogía cosas de su auto, Estef se notaba incómoda, me besó rápido sin que su papá nos viera y se fue con él. Al llegar a mi casa, mis papás estaban riéndose a carcajadas con algunos tíos y me dijeron: "Miren quién llegó, el casanova." - Todos rieron y me quedé conversando con todos, pues tenían algunas preguntas, las cuales no iba y otras no tenía ganas de contestar.