22 ago 2025

Un reencuentro inesperado y dudas

7 de Mayo de 2007, Lunes

Dentro de una hora llegarán mis papás y almorzaré con ellos. No sé si saldré mañana a tocar con la banda, me estoy poniendo nervioso. A parte de eso, acabo de verificar que aún no he escrito sobre la academia. Entonces, y antes de olvidarme, primero quiero contar cómo me ha ido en la academia, principalmente del sábado, porque ha pasado algo que jamás en vida pude imaginar.  Cuadra perfectamente la expresión: "La realidad supera a la ficción". Ha sido raro, esto fue mucho más allá de lo que me hubiera imaginado. 

Entonces, el sábado estaba más relajado por terminar los exámenes y alisté temprano mi mochila antes de irme, pues quería llegar caminando. Antes de partir, Estef me escribió mensajes pidiéndome que le avisara mi hora de salida. A pesar de decirle que saldría alrededor de las siete y media, insistió en ir a verme. Suspiré un poco y me fui. En el trayecto recordé que Mike mencionó que iba a estar en la academia. Además, Nicolás y Robin también nos avisaron que ellos también estudiarían con nosotros. Pensé de manera optimista, aunque no tenía tantas ganas de estudiar, debido a que los exámenes me habían cansado y en los tres últimos días me había quedado a realizar las tareas extras después de rendir las pruebas. Maldición, lo que hago por mejorar mi rendimiento académico. Pero eso no es todo, ya que, debido a que me quedaba en las tardes a estudiar, Estef estaba un poco incómoda y se quejaba de por qué me quedaba en el colegio en lugar de ir a su casa a repasar ahí. Sinceramente, sé que cualquier cosa podría distraerme en su casa, principalmente ella. Además, aún no quería ir por la tía Raquel. Sé más o menos cuáles son sus preguntas favoritas y cómo hace un poco de trampa al realizarlas. Es como si supiera cómo preguntarme para responder siempre con la verdad. También está la probabilidad de que sea chismosa y me vigile cuando esté a solas con Estef.

Me desvié demasiado del tema. Al llegar a la academia, noté la gran cantidad de gente de diferentes colegios. Todos mirábamos la vitrina colgada en la pared, porque necesitábamos saber nuestras aulas. Tras encontrar mi nombre, busqué a mis amigos. Me percaté que solo estaba Robin en mi salón; Mike y Nicolás estaban en otros diferentes. Antes de subir, pues estoy en el segundo piso, di un último vistazo a la multitud para verificar si estaban por ahí, pero nada. Entré al aula y aún estaba casi vacía, diez minutos antes de iniciar la clase, me tocaron el hombro y una voz conocida de años, no por ser el más estudioso ni el más amigable, me preguntó si el asiento de mi lado estaba ocupado. Era Ricky, inconscientemente le sonríe por susto, parecía alegrarse de verme. Le dije que podía sentarse y para mí mismo me dije que una cara poco conocida era mejor que una desconocida. Bueno, con una sonrisa de su parte, como si fuéramos muy amigos de toda la vida, me preguntó cómo estaba. Le di las clásicas respuestas comunes y, después de conversar por un buen rato, me dijo que no había rencores por el pasado, pero agregó: "¿Es verdad ese rumor de que lo hiciste con la hermana de Teresa?" - Le respondí muy tranquilamente y le conté sin muchos detalles qué había pasado  para que no sacara el tema en ese lugar. 

Luego, un par de minutos antes de iniciar clases, me preguntó: "¿Por casualidad sabes algo de Gina?" - Me molesté un poco, pero recordé que no él sabía nada, porque lo cambiaron de aula al inicio del año escolar; por suerte, tampoco sabía que el papá de Teresa y Estef, era el tutor de mi aula, sé que se hubiera reído mucho de mí si sabía eso. Le contesté lo que sabía, aunque, al mismo tiempo, tenía la sensación de que era una mentira: "Parece que tenían problemas económicos desde el fallecimiento de su papá y sé que un tío las ayudaría, pero no tengo más detalles. Me dijo que se iba a una ciudad, pero se fue a otra sin contarme por qué. No contestó ni mis llamadas ni mis mensajes" - Me miraba indignado y me preguntó si aún le seguía escribiendo o llamando. No estaba seguro si preguntaba por preocupación, porque sabía que a él le gustaba, por eso la pelea del anteaño pasado. Pero la pregunta también podía ser una trampa para molestarme y que el rumor se esparza hasta Estef. Por ese motivo, le respondí que desde enero no le había escrito otra vez. Se notó más fuerte la indignación y me replicó sin pelos en la lengua: "Sé que no soy la persona ideal, ni el más atractivo y no tengo buen comportamiento, pero... ¿Por qué te eligió a ti la chica más bonita de nuestro año? Para colmo, se te escapa y me dices que no sabes nada de ella con tu cara de estúpido.".

Me estaba incomodando por el insulto y porque algunos chicos y chicas estaban escuchando nuestra conversación. Aun así continuó: "Pero el colmo de los colmos, y no sé cómo, le gustas a la hermana de Teresa. Sé que es muy cotizada por los chicos de su año. Y sus amigas ufff, todas están buenas" - Pensé que todo era un reproche, pero, supongo que, jugando, me abrazó y con cierta picardía y en voz baja me pidió: "Maestro, enséñame tus secretos, yo también quiero una chica de diez; preséntame a sus amigas. Quiero conocer tus secretos. Hasta hace dos años, te jodía, me burlaba de ti, te golpeaba, pero ahora eres un imán de chicas" - Me molesté al recordar todo eso, pero, con la excusa de que se callara, le dije que si dejaba de comportarse como siempre, le contaba. Los ojos se le iluminaron y, desde ese preciso momento, se comportó bastante bien. Fue tal ese cambio de actitud que incluso prestaba atención a las clases; era raro, porque, desde que lo conocía, prefería molestar a los de su alrededor sin importarle nada. Era la viva expresión de "ni come ni deja comer". Cerca de terminar las primeras horas de clases de matemáticas, llegó Robin, se disculpó con el profesor e ingresó con un poco de nerviosismo. Me pareció escuchar un muy pequeño susurro a mi lado: "Ese mariquita..." - Se aguantó la risa y me parece que esperaba que no escuchara nada de lo que dijo, porque me miró de reojo y siguió escribiendo en el cuaderno.

Terminadas las dos primeras horas de clases teníamos un receso. Robin se acercó a saludarme y se le vio incómodo, porque Ricky estaba a mi lado. Se levantó del asiento de mi lado y nos dijo que vayamos al primer piso a comprar algo en la cafetería; sin embargo, le mencioné que primero buscaríamos a Mike y Nicolás. Estiró un poco la cara por la sorpresa: "Has venido con tu gente, bien ahí. Ahora somos más del mismo cole. Vamos a buscarlos" - Robin me susurró: "¿Qué pasó? ¿Por qué te juntas con Ricky? ¿No te acuerdas cómo nos jodió por años?" - Le dije que se estaba comportando bien y seguimos nuestra búsqueda. En una intersección de los pasillos, nos chocamos con ambos. Ahí Ricky los saludó chocando las manos y ambos estaban con una expresión muy fuerte de confusión. Mike le preguntó qué hacía ahí y respondió relajado: "Mis papás me obligaron a venir; también quieren que ingrese a la universidad o me mandan a la academia militar. ¿Y ustedes mariquitas? " - Se carcajeaba, pues, en sus propias palabras, cualquier universidad lo iba a salvar. Comenzaron a explicar: Nicolás estaba ahí, porque quería mejorar para los exámenes de ingreso; Mike, se sentía obligado por sus papás; y Robin, al igual que Nicolás, quería mejorar para los exámenes de la universidad. Luego, incómodos nos fuimos. 

Al bajar hasta la cafetería, fue una extraña sorpresa, ya que ahí nos encontramos con Fernando comprando mentas en una máquina expendedora. Él sonrió cuando nos vio y contento nos saludó a todos, excepto a Ricky, dado que nunca se habían hablado; además, tampoco había sido su víctima en el pasado como fuimos nosotros. Imagino que esto último se debía a que Fernando era más corpulento, casi al nivel de Ricky. Ahora que lo pienso bien, creo que después de la pelea que  tuve con él, Ricky se percató de que todos habíamos crecido casi a su altura, al igual que en nuestra masa muscular. Tal vez por ese dejó de molestarnos a todos, creo que tiene sentido. Otra vez me salí del tema. Bueno, al encontrarnos con Fernando, Ricky se cohibió ligeramente, no hablaba tanto como antes, seguía nuestras decisiones sin oponerse. Así que las clases del sábado terminaron tranquilas, aunque trató de no separarse de mí, qué extraño. En fin, mientras salía, me saludaron Estef y sus amigas desde una banca de la entrada. Cuando Ricky observó este escenario, se despidió y dijo: "Maestro, no te olvides. Tienes que enseñarme" - Y se fue por su camino. Me acerqué a ellas con los demás y Nadia preguntó riéndose: "¿Quién es ese y por qué te dice maestro?" - Camila rápidamente: "Oye, ese es el trabajo de Tefy. Ella debe preguntarle a Luis con quién se junta".

Todos se rieron y Nicolás respondió que era un antiguo "amigo". Irene se sobresaltó: "Ya sé quién era, chicas. Luis se peleó con él hace dos años, ¿se acuerdan?" - Le preguntaron cómo sabía, pero Samanta intervino: "Sí, ya me acordé. El año pasado escuchamos el rumor de que dos chicos se pelearon por una chica y lo curioso fue que el abusivo recibió su merecido." - Camila agregó: "Ya me acordé, tienes razón, pero hace dos años no sabíamos quién era Luis, ni el chico ese que se acaba de ir. (Todas afirmaron con la cabeza) A todo esto, Luis ¿qué hiciste o quién era la chica? Porque para que quieran golpearte...". - Noté cómo contestó rápidamente de manera inocente Robin, porque también quería hablar con las chicas: "Sí, sí, pelearon por Gina. Ricky estaba celoso. Fue increíble, todos pensamos que Lucho iba a perder, cayeron al suelo, se golpearon, golpearon a Gina y, como todos pensábamos que Lucho estaba en una relación con Gina y.." - Se detuvo cuando Fernando y Nicolás discretamente le tocaron el hombro y se percató de que todas las amigas de Estef abrieron los ojos por la sorpresa y la miraron. De reojo también me miraban. Akira intervino nerviosamente: "Pensar que cuando éramos niños eras un debilucho, hasta yo te ganaba" - Samanta se unió: "Ay Kiara, siempre avergonzado a Luis, ya te rechazó, ya déjalo en paz" - Veo que es una broma recurrente entre ellas que no incomoda a Estef, por fortuna distrajo las alertas.

Nicolás con cara de orgullo y aguantando la risa: "No se preocupen por Luchín, ya está bien entrenado gracias al atletismo. Ya nadie lo puede molestar otra vez." - Me apretó el bícep y todos rieron. Solo Irene añadió: "Cuidado Chía, no amenaces a Luis. Ahora te se saca volando." - Por suerte todos se rieron y me pareció notar interés por parte de Nadia hacia Nicolás. Menciono esto, porque cuando se estaban despidiendo Fernando, Nicolás y Robin, Nadia los invitó para ir por ahí con el grupo de chicas, pero solo se dirigió a él con la mirada estática. Sin embargo, Nicolás dijo que ya había quedado con su chica y los ojos le dejaron de brillar. Fernando también. Solo quedaba Robin, pero se sentía fuera de lugar como para aceptar. Mis amigos se despidieron y estaban dándome palmadas en la espalda entre burlas. Por su parte, las chicas también se despidieron, dado que solo estaban acompañando a Estef y desaparecieron. Mientras se iban, me se senté a su lado y dijo que se quedaría hasta la madrugada conmigo, puesto que no sabía cuándo volveríamos a vernos en la semana. Le pregunté a qué se refería si estábamos libres esta semana sin clases. Me contó que tiene ensayos para la obra de teatro en la que se presentará en junio y ya les había dicho al director y a los demás actores hace mucho. Por ese motivo, pensaron que sería mejor si practicaban lo más posible en esta semana libre, entre las cinco y las ocho y media. Le dije que entendía y me encantaba verla actuar. Sentí un silencio incómodo, aunque fuera por muy poco me pareció raro al estar con ella.

Además de ello, parecía que quería decirme algo. Sonriendo para que se animara le dije: "Todo bien, podemos vernos algunas mañanas. Creo que es mejor, me imagino que tu tía trabaja en las mañanas" - Me parece que me respondió con un poco de tristeza: "No, mi tía está de vacaciones, por eso se queda en casa cuando no va de paseo" - Le dije que podía venir a mi casa e incluso trataría de convencer a mis amigos para tocar con la banda alguna mañana. Eso parecía animarla y, en ese sentido, traté de mejorar esa actitud; le tomé la mano y le dije que le iba a invitar a comer algo. Comenzó a sonreír y me preguntó a dónde la invitaba mientras se sujetaba de mi brazo. Le dije que era sorpresa y partimos hasta que se me ocurriera algo. Cuando estábamos cerca de un parque, se detuvo sin soltarme la mano y me dijo con seriedad y tristeza: "Escúchame... Sé que estuviste con Gina, te pasaron muchas cosas ya sé y... de seguro aún la quieres... y lo entiendo (me pareció que su voz se quebró un poco). Pero sabes que yo estoy aquí contigo y te quiero mucho... (suspiró) A veces, algunas veces, me siento desplazada, siento como si todos los demás me miraran como un plato de segunda mesa, su reemplazo..." - Le dije que se detuviera, porque no quería escuchar cómo se menospreciaba. La abracé y se aferró bastante fuerte con la cara sobre mi pecho, parecía que quería llorar, aunque no lo hizo. Después de un momento muy largo de silencio, se le escuchaba más tranquila y continuó: "Perdón, pero hace un rato, sentí que no dejaban de hablar de Gina y cómo te enfrentaste al idiota que te molestaba, por ella. Creo que toda mi promoción y la anterior conocen esa historía." - No tenía idea de eso y de todo corazón le dije: "No tienes por qué sentirse mal. Hice lo que hice en el pasado y, si lo notaste, todo eso me llevó a ti; tú eres mi presente. (comenzó a sonreír con unas mejillas muy coloradas por la vergüenza). Eres un muy hermoso presente y no quiero que vuelvas a pensar que eres un reemplazo. Te quiero mucho, porque eres tú y nadie más que tú. Esa historia de mi enfrentamiento solo la conocen como un rumor, pero no saben quien soy, solo tú me conoces de verdad... (Parecía que quería llorar y aquí le dije en broma) Pero si te incomoda ser mi novia le digo a Kiara que sí y...". 

Ella entendiendo mi broma y me dijo con voz juguetona que no, rastrando la vocal como niña que le negaban su capricho. Además, me dijo que era un tonto, pues eran palabras muy hermosas que se arruinaron por mi broma. Me llamó tonto varias veces mientras nos besábamos de pie en medio del camino, algunas personas nos evitaban a la distancia o rodeándonos sin mirar. Muy rojos por estar haciendo eso donde todos los transeúntes del parque nos veían, nos fuimos caminando de la mano a una cafetería. 

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