10 may 2011

Libertad inquietante

03 de Febrero de 2007 Sábado

Ya pasó una semana. Gracias a Dios, mis papás han sido comprensivos y me han creído por lo ocurrido el viernes pasado. Hoy logré convencerlos y me dejaron salir con mis amigos. No obstante, hasta la otra semana estoy castigado y solo puedo salir hasta las 8. Pasada esa hora, tengo que haber llegado o las consecuencias van a ser graves... Bueno, por lo menos eso es lo que me dijeron.

Hoy estaba algo desesperado, porque estoy estudiando en mis vacaciones y debería estar con mis amigos. Por eso hoy hablé con mis papás para que me dejaran salir. Ellos lo pensaron por unos minutos y me dijeron algo como: "Está bien, pero con una condición... Ahora que conste que estas avisado". Yo simplente estaba muy feliz y llamé a Cristofer, Ronald, Mike, Pepe. Solo llegó Crístofer y, al no poder hacer nada en grupo, le dije que fuéramos al colegio. Al principio, Crístofer me miraba de una manera: "Maldición no quiero". Le insistí mucho para poder ir, hasta que aceptó; además, no había mucho qué hacer por los alrededores. El viaje fue más rápido que en época de colegio, ya que todos están de vacaciones.

Al llegar al colegio, nos dirigimos a la piscina, ya que no había nadie en los patios y ver las aulas me haría recordar los malos momento que viví en el verano del año pasado. De camino a la piscina, nos encotramos con Estéfani cerca a la pista atlética, porque estaba entrenando con su equipo. Ahí ella me saludó muy alegre y nos prenguntó qué hacíamos en el colegio. Sonriendo le respondí: "Estábamos aburridos y como todos estaban ocupados, decidimos dar un pequeño saludo a quienes estuvieran aquí". Ella estaba feliz, le dije que íbamos a la piscina y nos pidió que la esperaramos, ya que solo le faltaba una hora de entrenamiento. Algo atontado le respondí que sí y antes de ir a la piscina me dijo: "Oye, tenías razón... Esta talla está mucho mejor". Me quedé pensando un rato, la miré y recordé lo del short. Le respondí de forma divertida y pensé que solo lo había hecho para que no se le notara la retaguardia.

De camino a la piscina, Crístofer me preguntó: "Esto~~~... ¿Estás saliendo con Estéfani... Ya superaste lo de..."ella"? - Le dije que prácticamente me había olvidado de Jina y que no, aún no estaba saliendo con Estéfani. Él me quedó viendo con una cara rara. Esta vez no podía leer la expresión de su cara... Al llegar a la piscina, nos encontramos con María, quien estaba haciendo natación como todos los años. Al saludarla, Crístofer no tomó ni dos segundos y le dijo algo como: "¿Sabías que Luis está saliendo con Estéfani?" - Alarmado y muy sonrojado trataba de ocultar mi cara mirando a otras partes. María al escuchar esto me dijo: "¿AH.. La hermana menor de Teresa? Ya te olvidaste de Jina o la usas como una excu...? - Le dije que ya no me afectaba y que de verdad me gustaba Estéfani, pero que aún no estábamos saliendo. Solo una vez que casualmente nos encontramos y otra en la cual estaba sola en su casa. Ellos me miraron y dijeron: "No seas tonto, entonces sí están saliendo". No les respondí nada, ya que los nervios con los que estaba me habían dejado sin habla. Estuvimos conversando 45 minutos y fuimos a ver como entranaba Estéfani. Era muy rápida; creo que era más rápida que yo.

Al terminar su entrenamiento, fuimos por ella; se despidió de sus amigas y fuimos a dar un vueltas por el colegio, dado que habían otras actividades deportivas y otras como pintura o teatro. Cerca al taller de pintura, nos reímos un rato por las escultura con arcilla que estaban haciendo los niños. La profesora, quien estaba cerca, nos preguntó qué hacíamos ahí. Les repondimos que era un pequeño paseo después del deporte. Muy amable nos preguntó si queríamos hacer esculturas, pues había sobrado material. Pero, vi que Crítofer y Estéfani no querían Así me disculpé y nos fuimos a nuestras casas.  De camino a su casa, en el taxi, Crístofer se sentó adelante y todos empezamos a conversar con el taxista. Me encontraba un poco nervioso por tener a Estéfani a mi derecha, ya que se encontraba en shorts. A medio camino, ella puso su mano encima de la mía y nos empezó a agradecer a mí y a Crístofer por haberla acompañado, ya que su papá iba a llegar por lo menos una hora más tarde... Mi corazón estaba loco, pero eso era poco. Cuando faltaba 10 minutos para llegar, apareció un tráfico que no sé de donde salió. Como Estéfani estaba cansada, se caía de sueño y se recostó en mi hombro; estaba más nervioso que antes y sentía que el corazón se salía por la boca. En el camino el taxista me preguntó: "¿Acaso son pareja tú y la chica?". Le respondí que no, de una forma muy alterada y nerviosa. Pero Crístofer dijo que solo estaba bromeando y que sí éramos. El señor se rio y dijo: "Espero que no estén haciendo tonterías... En todo caso, protéjanse". Crítofer se rio bastante y dijo: "Es lo que siempre le digo". En mi caso, me avergoncé bastante y la miré para saber si aún estaba durmiendo. Por suerte no escuchó, pues sí estaba profundamente dormida .

Al llegar a casa de Estéfani, ella no se levantaba. Le pedí que despertara, pero no quería moverse. Me dijo: "Llévame cargada". Me quedé muy sonrojado, porque Crístofer y el taxista me miraban con una sonrisa molestosa. Le dije que no; ella insistía y le pedí a Crístofer que me ayudara a llevarla. Creo que eso la despertó y me dijo: "Está bien... Aún puedo levantarme sola". En mi interior me sentía aliviado y al mismo tiempo me reía, porque ella no quería que Crístofer la tocara. Nos despedimos de ella, entró a su casa. Finalmente nos fuimos Crístofer y yo a mi casa a planear algo qué hacer en la tarde con todos los que estuvieran libres.

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