25 mar 2021

Lentes de contacto: tortura, risas y amigos

 26 de Marzo de 2007 Lunes

Hace tiempo que no escribía días tan seguidos, aunque no le voy dar mucha importancia a ello. A lo que iba, ya tengo mis lentes de contacto. Debo decir que no estoy muy alegre por ello, pues no pensé que iba a ser tan... no lo quiero ni pensar. La síntesis es que son una tortura más mental que física. En parte me rio de mí mismo, dado que los quería;a pesar ello, no pensé que serían así. Voy a dar mi perspectiva más sincera. 
 
Primero, pensé que iba a ser sencillo ponerlo. No es así, ya que desde el inicio es muy molesto agarrarlos. Se resbalan un poco cuando los quieres sujetar y luego debes tenerlos en equilibrio en el dedo índice para poder llevarlo hacia tu ojo. Es decir, uno mismo, con su dedo, debe tocar su ojo. Para mí fue más difícil, porque soy diestro. Solo el ojo derecho me demoró alrededor de 10 minutos. Para el ojo izquierdo, con la mano izquierda, me demoró casi 15 minutos. Cualquier diría que usara la mano derecha para ponerme el lente izquierdo, pero por alguna razón me pareció aún más complejo eso. Demoré cerca de media hora para colocármelos, dado que mi cuerpo temblaba por no querer hacerlo. 
 
Finalmente, la cereza del pastel, no sabía que se empañan los lentes de contacto, pues los ojos exhalaban. No tenía ni idea, eso ocurre de vez en cuando. Tampoco sabía que se secaban y que debía rehidratarlos cada cierto tiempo con gotas... Hace un rato hablé con mi hermano por teléfono, me dijo que iba a ir consiguiendo experiencia y que me iba a ser más sencillo con el tiempo, pues me iba acostumbrar. En mi cabeza cruzaba el pensamiento de que no quería esperar. Sentía que habían más desventajas que beneficios. Sin embargo, parece que no hay opción.

Sin más rodeos, hoy fui al colegio con los lentes de contacto. Cuando subí al carro, Crístofer estaba mirando su celular, pues estaba mensajeándose con Rosalina. Se sorprendió y ocultó su teléfono, pero me vio y dijo: "Ah, no estás usando tus lentes" - Dado que sabe que no veo bien sin lentes, volvió a su posición normal y siguió escribiendo como si nada. Pero Sofía, que estaba cerca, me miró y dijo: "Espera, ¿estás usan...?" - Le hice señas para que no diga nada. Puso una sonrisota y solo asintió. Así que, por despistado, estuve leyendo su conversación casi todo el viaje, aunque no fue al interesando, mientras estuve hablaba con Sofía. A pesar de ello, hubo momentos en lo que pensé que Crístofer sospechaba, así tomé mis lentes, pues por casualidad los llevaba, y los tenían en mi mano muy visibles.

Al llegar al colegio, nos separamos a nuestras aulas. Llegué, no pasó ni un minuto, y María, pues se sienta a mi lado, me miró y dijo: "¿Estás con lentes de contacto?¿Tus papás te dejaron?" - Con una mirada de asombro le dije que sí me dieron permiso. Pero me extrañaba que lo haya notado tan rápido y le pregunté cómo se dio cuenta. Con sinceridad, me dijo que cualquier persona se da cuenta de los lentes de contacto y, como por ahí estaba pasando Ramiro, preguntó algo como: "¿Viste lo que trajo Lucho a la clase?" - Con duda me miró; luego, por mi mochila; finalmente, alrededor de mí, pero dijo que no. Solo lo vio con cara de incredulidad. Segundos después, entró Katty al salón y la saludó desde lejos. Mientras se acercaba a saludarnos, Katty sonrió y me dijo: "Wow, míralo nada más, alguien se quiere ver guapo para su chica" - Fernando, como buen entrometido, rápidamente despertó de su asiento y se acercó a nosotros preguntando qué había hecho, para poder molestarme. Katty, con un par de carcajadas, dijo que me miraran.

Una vez más, realizaron su examen sobre mí y preguntaron dos posibilidades: si me había hecho algo en el cabello o si había hecho ejercicio. Katty y María con duda y risas, dijeron que me miraran a los ojos con atención. Fue en ese momento que lo notaron. Después, dijeron el clásico comentario que las chicas hacen: "los hombres nunca prestan atención a los detalles". Con eso en mente, pensé que Estef se daría cuenta más rápido. Así que iba a tratar de no mirarla directo a los ojos tan rápido. Finalmente, las chicas mencionaron mis lentes de contacto y los muchachos solo hicieron un "Aahh" prolongando, dando a entender que no estaban tan sorprendidos. Luego de ello, las clases comenzaron con normalidad; aunque me parece que los profesores se dieron cuenta, ya que notaba ciertas miradas indiscretas en mi dirección.

Saliendo al recreo, decidí ir confiado y sin expectativa de darle sorpresa a Estef, pues las miradas de los profesores me dieron a entender que era más obvio de lo que pensé. Mientras camina en busca de Estef, me percaté que los ojos exhalaban de vez en cuando y se me empañaba la vista, haciendo mi búsqueda más complicada; trata de parpadear para lograr la visión, pero igual demoraba. Segundos después, me abrazó por la espalda sin que me diera cuenta, pues ella me encontró primero. Al girarme, se fijó y rápidamente con una sonrisota me preguntó por qué no le había dicho nada. Mi respuesta, aunque obvia, le dio risa y me dijo: "Sabes que igual lo iba a notar. (continuó mirándome un rato más) Me gusta cómo se ven tus ojos con los lentes, parecen dibujos, como si brillaran... Sabes qué, lánzame una de tus mejores miradas" - Escuchando lo que me decía le comencé a lanzar miradas pícaras en forma de broma; ello generaba que se riera bastante, tanto así que me trataba de abrazar para no mirarme, pero la intentaba apartar con mi brazos para que me mirara y siguiera riéndose.

El pequeño problema que surgió de ello fue que ella lloró un poco de la risa y se le resbaló una pequeña lágrima por la mejilla derecha. Nos sentamos en un de las bancas cerca a la cafetería, pues se me empañaban un poco los lentes y para ella pudiera refrescarse de la risa; aunque igual seguíamos jugando de la misma manera, pues me daba risa su risa. En ese momento, un profesor que nos enseñó en la primaria pasaba por ahí hacia la cafetería, nos vio de lejos y la escena, desde aquella distancia en la que se encontraba, se veía algo rara, por decirlo de algún modo. El profesor Edgardinho, como le decíamos por su graciosa forma de hablar, con una voz seria, que casi nadie ha escuchado, nos preguntó qué pasaba y qué le hacía a Estef, pues parecía que forcejeaba con ella. Me sorprendió con la pregunta, dado que estábamos jugando. No fue sino hasta cuando la escuchó reírse que entendió que no le hacía nada. Con los ojos casi rojos, por haberse reído tanto, miró al profesor, porque no sabía de quién era esa voz graciosa y seria; sin embargo, cuando lo vio, se rió más aún, pues, no pensaba que el profesor Edgar podía hacer ese tipo de voz. Solo lo miré con una  sonrisa, pues no sabía qué decir y me avergonzaba un poco la risa de Estef. Al parecer no era el único, pues, un poco avergonzado, le dio un pañuelo descartable que sacó de su maleta; pero ella no podía agarrarlo bien, así que lo tomé y le agradecí. El profesor solo se retiró un poco rojo; ya con el pañuelo en mis manos, le secaba la mejilla y los ojos, le decía que se calmara con un risilla que se me salía.

Unos momentos después, se acercaron sus amigas y mis amigos a preguntarnos qué había pasado. Mientras se reía un poco, recordando la voz del profesor, les contamos, lo que generó marcar unas ligeras sonrisas en sus caras y me comenzaron a llamar "maltratador" o "abusador" en forma de broma durante un rato en el receso hasta que pasó la profesora de biología. Y la verdad no sé si los profesores habrán estado susceptibles o qué, pero la profesora que pasaba por ahí, escuchó a mis amigos y nos habló de cómo debíamos comportarnos, normas de convivencia y bla bla bla. Obvio, nuestros amigos se rieron y la profesora se fue con una cara de broma, pero a la vez no tanto. Ramiro y Ronald continuaron con las bromas del comportamiento durante un rato más y todo los demás también metían su cuchara.

En fin, unos momentos después que ya todos se estaban calmando, Estef se levantó, sacudiéndose el polvo de la falda, y con una actitud coqueta me jaló de la mano diciendo: "Bueno chicas (refiriéndose a sus amigas que se quedaron un rato más cerca a mis amigos), nos vemos en el salón. Chicos, (refiriéndose a mis amigos), me lo voy a robar un rato." - Sus amigas solo se rieron un poco, mientras que Katty con una voz graciosa le dijo: "No te olvides devolverlo que tenemos exposición" - María también se unió: "Si quieres no lo devuelvas, ya es tuyo" - Fernando no se quedaba atrás: " Me lo cuidas bien a mi Luchito (grito que no entendí)" - Avergonzado solo fui más rápido con Estef, pues me parece que quería conversar sobre cuándo íbamos a salir, dado que ayer no habíamos quedado qué día. Además, las risas de nuestros amigos (sus amigas y mis amigos) parecía dar a entender que se estaban conociendo más; lo que no me gusta tanto, ya que no les caigo bien Camila y Nadia y verlas, me da un poco de incomodidad, ya le preguntaré otro día a Estef cómo llevarme bien con ellas.


1 comentario:

Poeta745 dijo...

Nada como los buenos anteojos