12 jul 2021

Un sueño que recuerda y momento para repasar

09 de Abril de 2007 Lunes

Nada como despertar un lunes en la mañana antes de ir al colegio y tener un sueño que te hace recordar a una persona. Por si en un futuro no entiendo la oración anterior, lo estoy diciendo con ironía. ¿A qué me refiero? Es muy simple. El sueño inició sentado en la cama de mi habitación, como cuando revisé las fotos hace días. De repente me asusté, pues me pareció ver alguien por la puerta; sin embargo, no había nadie cuando miré. Así que, continué mirando televisión, supongo que eso hacía.

Segundos después, sonó la risa femenina que no podía confundir por nada en el mundo; no obstante, pregunté si había alguien ahí, pues me parecía raro que fuera ella. Después de la pregunta, me respondió con una voz alegre: "No lo sé, puede ser" - Contento y dudoso generé un temeroso Hola. No hubo una respuesta inmediata. Pasaron unos segundos incómodos y me contestó que no saldría hasta que le diera permiso. Le dije que no necesitaba mi permiso y que entrara sin problemas.

Aún sin entrar, pero con una gran sonrisa, mejillas rojas y actitud juguetona que me recordó a Estef, se sostuvo del lado derecho del marco de la puerta, como si estuviera haciendo equilibrio con una pierna y solo dejándose ver la mitad del cuerpo, me pidió que lo dijera de forma más cariñosa y menos nervioso. Realmente estuve avergonzado y nervioso, pues se veía muy bonita con el cabello un poco más largo y parecía que se había maquillado un poco. Entonces, calmándome y con buen ánimo, le dije: "Jina, ven, puedes pasar" - Risueña y muy suelta de huesos, entró al cuarto y, mientras se acercaba a mí, exclamó: "No fue muy difícil, ¿verdad?".

Se sentó a mi lado y, mientras se recostaba en mi hombro, me preguntó qué hacía. Le mencioné que miraba televisión, pero dudosa me dijo que no parecía. Le pregunté el porqué y me dijo que mirara mi cama. Incliné un poco la cabeza y me alarmé por la gran cantidad de fotos esparcidas. Con una voz muy pícara me preguntó: "¿De dónde sacaste todo esto?... ¿Esa soy yo?" - Extendió su mano para tomar una foto y me desperté sin saber qué foto alcanzó.

Me senté en mi cama para pensar un poco, pero mi mamá tocó la puerta y me dijo que me cambiara rápido, pues era algo tarde. Sinceramente, estaba muy inquieto y un poco nostálgico, quería hablarlo con alguien. Así que, mientras mi mamá me servía el desayuno, muy rápido y sin tiempo de que lo piense, le dije: "Creo que extraño a Jina" - Me miró con sorpresa por unos instantes y con una actitud comprensiva me preguntó qué había pasado. Le conté mi sueño y me respondió con una voz tranquila: "Hijo, es normal. No ha pasado mucho tiempo, las cosas no cambian de la noche a la mañana. Es cuestión de tiempo... (Le di la razón y suspiré un poco) No me digas que te cansaste de tu novia actual. Esa, la rubia bonita de grandes pestañas" - Le dije que no, que sí me gustaba mucho. En fin, siguió hablando de lo bonita que era y me avergonzó tanto que preferí ya no hablar de ese tema con mi mamá. Pero, sí admito que es verdad lo que dijo.

En camino al colegio, le conté a Crístofer, pues hacía mucho que no le contaba nada de estos temas. Después de escucharme, me preguntó si había pensado en ella o algo relacionado. Le conté: "Hace unos días miré fotos." - Me contestó con un aire de ironía que eso era un gran factor. Mientras conversábamos, Sofía también se unió a la conversación, dado que hace tiempo que no hablábamos de Jina por obvias razones. A pesar de que me avergonzó un poco de hablarlo con Sofía, recordé que en mi clase mencioné inconscientemente el nombre de Jina. Les conté a ambos y Crístofer, un poco incómodo, mencionó algo como: "Ah, ¿estás seguro de que ya la superaste?... Porque me suenas a alguien obsesionado" - Le dije que no lo era, pues incluso le dije que había tratado de ignorar lo relacionado a ella. Aún con lo dicho, Sofía, a pesar de su edad, me dijo que no le parecía bien que ignorara las cosas como si no hubieran ocurrido... No estoy seguro, pero comenzaron a conversar más sobre el tema psicológico que sobre mi problema real; aunque, sirvió para distraerme y reírme un rato, pues llegamos a la graciosa conclusión de que todos somos una simulación de computadora. Supongo que lo hicieron apropósito para distraerme, lo cual sirvió.

En el primer receso, me encontré con Estef y nos fuimos a un lugar apartado de nuestros amigos. Ahí estuvimos conversando sobre nuestro fin de semana. Principalmente se quejó de su grupo, pues no le ayudaron a resolver varias partes del trabajo y muchas veces se distraían para perder el tiempo. Además, en su grupo estaba Marlon, su ex... Mi cerebro no escuchó más, pero traté de ignorarlo para que no me vea celoso e inquieto. Me parece que se dio cuenta y estuvo jugando con mis emociones, ya que hizo muchas bromas. A pesar de que sabía lo que hacía, me incomodaba un poco. De un momento a otro, miré a mis alrededores, la tomé por la cintura con mi brazo derecho y la besé. Estuvimos un buen rato así hasta que la solté. Estuve un poco avergonzado y ella estaba rojita con una gran sonrisa diciéndome algo como: "Sabía que estabas celoso. Eso te pasa por no invitarme a tu reunión del viernes." - Me sacó la lengua como si estuviera burlándose, aunque se veía muy adorable. Luego, me siguió besando hasta que escuchamos pasos corriendo. Nos alarmamos, porque supusimos que alguien nos había visto, y rápidamente nos fuimos a la cafetería para pasar desapercibidos. 

Ya sentados, me dijo que le gustaron las fotos cuando estuvimos tocando; otras fotos riéndonos de la película; y varias fotos cuando todos estaban un poco mareados. Con ironía le dije que llegaron a ella muy rápido, aunque era obvio puesto que Akira se las pasaba. Me constestó con la misma ironía: "Es que alguien no me guarda secretos. (Nos reímos por cómo lo dijo) Kiara me las pasó al día siguiente" -  Le dije que no la invité, porque sabía sobre la importancia de su trabajo; si bien me dio la razón, igual quería que la reconfortara. Como no podía hacer muchas muestras de afecto, porque habían muchos espectadores, incluidos los profesores, le dije que iba a pasar tiempo con ella en la tarde. Comenzó a sonreír y le pregunté cómo le fue en su última prueba de física. Me dio mucha risa ver cómo sus ojos miraron para otro lado y su sonrisa se volvió nerviosa. Me dijo que aprobó, pero por muy poco, al igual que Nadia y Camila. Le dije que esta tarde iba a su casa para repasar, dado que otra prueba se le acercaba y a pasar tiempo juntos. No le desagradó la idea y nos fuimos a nuestras aulas, porque sonó la campana. En el segundo receso lo pasé con mis amigos y estuvimos hablando del fin de semana, pues querían repetirlo. Del mismo modo, miramos las fotos y nos reíamos de la cara de todos.

En fin, terminadas la clases, me arreglé y fui a casa de Estef. Me parece que llegué temprano y su mamá me abrió la puerta. Se le veía un poco cansada, pero igual me saludó con cierta alegría y me invitó a pasar. Desde lejos, con voz alta, le avisó de mi llegada y me dijo que vaya a su cuarto, por si se quedó dormida. Mientras pasaba por la sala, vi a Teresa durmiendo con una ropa que casi no le cubría las piernas. Traté de pasar en silencio para no despertarla; sin embargo, a mitad del camino, despertó, me miró con gran sorpresa y muy avergonzada metió sus pierna en la chompa; por mi lado, giré la cabeza en otra dirección. Un poco molesta, exclamó: "¿Qué haces aquí?¿Por qué siempre me ves cuando estoy así? o ¿lo haces a propósito?" - Entre risas, por la vergüenza, le respondí: "Escucha, no es mi culpa, podría decir que es tu culpa por vestirte así, pero sonaría machista o sexista; así que, es mejor si no es culpa de nadie. ¿Qué te parece? - Con una cara muy roja, y haciendo un gesto con la mano para que me vaya, me dijo que vaya con Estef. Igual, por la duda, me disculpé y me fui. Mientras me iba, la escuché quejarse de que Estef no le avisó que no yo iba a su casa.

Antes de llegar a la habitación, ella ya estaba esperando afuera, pues escuchó la voz molesta de Teresa. Me preguntó qué pasó y le dije que ella se lo explicaba luego. Como siempre, muy insistente me pidió que le contara; no obstante, le pedí que primero me diera su prueba. Se quedó un poco callada, se dirigió su mesa de noche y casi sin mirarme me la dio. Mientras lo revisaba, no estaba tan mal como pensé y se lo dije con cierta picardía para que se alegrara. Le regresó un poco el color a los ojos y me pidió que le explicara más; pues, la última vez, desde su perspectiva, le puse más atención a Irene y a Nadia que a ella. Le contesté: "Debes decirme, ellas me preguntaron varias veces y eso que no le caigo bien a Nadia." - Con una actitud de niña me respondió: "Ok, ok, está bien, vamos a la mesa" - Nos sentamos pegados y, de vez en cuando, mientras ella resolvía ciertos problemas, la abrazaba por el estómago con mi brazo izquierdo. Obvio que no la hacía seguido, pues no quería desconcentrarla y por que su mamá entró un par de veces invitándonos algunos postres y algo para beber. Eso hacía que ambos saltemos del susto y nos separábamos rápido, pues noté que su mamá me miraba de pies a cabeza cuando entraba. 

Ya para terminar, estudiamos un poco más de dos horas y lo entendió mejor. Era obvio, la parte práctica era más fácil. Me despedí y, cuando llegué a casa, mis papás me preguntaron a quién le había pedido permiso para salir...

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