15 ago 2021

Tutoriado, estudio, alcohol y estimulación

 15 de Abril de 2007 Domingo

Antes de escribir lo ocurrido ayer, quiero recordar el viernes, debido a que el tutor de mi aula, mejor dicho el papá de Estéfani y Teresa, nos llamaba, un alumno a la vez y en privado, para saber cuáles eran nuestros planes a futuro. Era de esperarse, dado que somos de último año en el colegio y querían asegurarse de que tengamos planes de algún tipo, ya sea un instituto, universidad, trabajo, etc. Bueno, en medio de la clase de historia, me llamó "discretamente" y fuimos hasta las mesas de la cafetería. Estuvimos conversando de que he mejorado en mis notas desde el año pasado. Admito que fue después de haber estado en clases de verano; nunca había llegado a tal punto en mi vida, pues solo iban a los que les iba muy mal en el año escolar.

En fin, mientras conversábamos me preguntó por qué quería ir a la capital del noreste. Le expliqué detalladamente lo de mi papá y mis hermanos para que no piense que desestimo las universidades locales. Desde mi perspectiva, entendió todo lo que le dije; sin embargo, y sin intención de desanimarme, me dijo que, a pesar del avance que había logrado hasta ahora, debía esforzarme un poco más, pues, la universidad a la que voy, son pocas vacantes y muchos postulantes; similar a una estatal. Le dije que lo sabía por mis hermanos; después me preguntó a qué carrera iba a postular y notó mi duda. Me dijo que lo piense bien y me mostró mi test vocacional de hace uno días. El documento me calificaba promedio en las letras, pero por encima del promedio en matemática. A pesar de que hubo unos segundos de silencio incómodo, le mencioné que el otro mes comenzaba clases en la academia después del colegio. 

Esto le generó cierta sonrisa de satisfacción, me felicitó por la iniciativa y segundos después concluyó nuestro turno; no obstante, antes de irme, me preguntó de una manera graciosa, pues quería que me diera cuenta: "¿Les has contado a todos tus primos, tíos, abuelos, amigos, novia, perro o gato lo que planeas?" - Con una sonrisa nerviosa le dije que les conté a todos los que conocía y que aún no saben lo de la academia, pues ayer en la tarde me dieron la noticia de cuándo iniciaba. Me respondió con un guiño, un ok y por fin me pude ir al aula. En el aula estaba más tranquilo, pues le contaría a Estef sobre el inicio de clases de la academia. Sin embargo, recuerdo que aún estaba un poco nervioso hasta el mediodía de ese viernes, pues sentía que Estef notó mi mirada pervertida hacia Irene. Cuando me encontré con ella en la azotea para contarle, no se comportaba de manera diferente. Parecía que su comportamiento había vuelto a la chica risueña que me encanta; no quiero recalcar esto, pero creo que sí era por su periodo; sus emociones se alteran muy rápido.

Además de contarle a Estef sobre la academia en el primer receso, me sentí tranquilo por el hecho de que estaba más relajada. De la misma manera, en el segundo recreo, les conté a mis amigos sobre el inicio de la misma. Mike también confirmó su presencia, aunque parece que algunos como Nicolás y Martín se han animado a inscribirse; tienen tiempo aún, pues inicia en mayo. Mientras terminaba de mencionar mi noticia, Nadia y Camila pasaron por ahí para recordarme que les había prometido enseñarles el día sábado en la tarde; es decir, ayer, porque tenían prueba el lunes. Continuaron hablando algunas cosas más e incluso hicieron chistes con mis amigos; después, vieron a Estef y Samanta de lejos y se despidieron de todos... Principalmente, Katty, Ramiro, Ronald y Rosalina se sorprendieron de esa amable actitud que tuvieron y me preguntaron si ya nos llevábamos mejor. Le contesté con duda: "Supongo, aunque rara vez hablamos" - Rosalina, de una forma graciosa, mencionó que estaba haciendo un gran avance, dado que antes no querían ni mirarme. Ramiro añadió su chiste, al igual que Katty, y después llegaron María, Mike, etc. preguntando por qué la joda sobre mí. 

Cuando al fin el tema de conversación cambió, Crístofer y María me avisaron que los profesores otra vez están dejando tareas extras como el año pasado, para los que querían. Aún no estoy seguro si quiero volver, porque ya no podría salir algunos recreos y... aún recuerdo ese beso que salió de la nada. Fernando no podía falta con su aporte diciendo algo como: "Anímate, tal vez ocurra algo bueno mientras estás solo" - Intrigado,  miré a Crístofer, pero no me dio indicio de haberle contado algo... Bueno, María dijo que me animara, pues eso ayudaría como repaso y más aprendizaje; aunque haya dicho eso, aún no me siento convencido del todo. Le dije que lo pensaría y sonó la campana. Clases sin mucha novedad, así que nada que escribir.

Sin más vueltas al asunto, terminadas las clases y después de hacer hacer algo de tiempo buscando pruebas del año pasado, fui a casa de Estef. Al llegar, Teresa me abrió la puerta y me saludó con un chiste de que yo era un machista, dado que no puede vestirse como ella quiere cuando está en su casa por mi culpa. Nos reímos un rato y después fui con las chicas. Cuando llegué al cuarto de Estef, otra vez me di con la sorpresa de que todas estaban con ropa veraniega, la única diferencia es que Camila se había probado ropa que ya no le quedaba a Estef, pues ella no estaba tan desarrollada. Además de eso, me pareció extraño que no le diera vergüenza que la viera con esa ropa, me daba más vergüenza a mí por no saber a dónde mirar; asimismo, se veía algo infantil comiendo su helado. Ahora sí, ignorando esa bienvenida, todas me saludaron y vi que estaban tratando de avanzar cada una, pero con ayuda de Akira y Samanta. Me dio alegría ver cómo se ayudaban, además de hacer mi labor más fácil.

Saludé a todas y rápidamente fui junto a Estef, quien también estaba vestida como Nadia; es decir, un polo ligero con mangas cortas y un short amarillo que le apretaba un poco las piernas, pero con un cuerpo más desarrollado y llamativo para mí. Ya sentado, me percaté que Camila se sentó a mi izquierda y Nadia a la derecha de Estef, pues querían aprender todo lo posible de mi explicación. Eso quería decir que Irene entendía mejor a Samanta y a Akira; no lo supuse, me lo dijo literalmente... Mientras les estaba enseñando me ponía un poco nervioso, porque Camila y Estef pegaban sus cuerpos al mío, con esas ropas cortas, para poder ver la hoja en donde desarrollaba los problemas y de vez en cuando tocaba algo de piel aunque ninguna daba signo de incomodidad. Irene se dio cuenta y con cierta perspicacia me dijo: " Lucho, mira cómo se te pegan estas lindas gatitas, parece que ya les agradas. " - (refiriéndose a Nadia y Camila) Akira añadió: "No te preocupes por Tefy, Luis es un hueso duro de roer (hizo un pequeño rugido y un gesto de garra)" - Todos nos reímos, aunque estuve incómodo al igual que Nadia y Camila. Pero igual Nadia le respondió a Irene diciendo algo como: "Sí, es verdad; pero, sean sinceras chicas, (mirando a Irene y Samanta) a ustedes también les preocupaba Tefy, porque no sabíamos nada de él (mientras me apuntaba con el dedo).".

Samanta también se metió mientras me miraba: " Sí, es verdad, estuvimos pendientes de quién eras, porque se supone que tenías novia; pero, parece que terminaste con ella y te vimos tocar en la clausura. Por esas razones, Irene y yo pensamos que no eras un pendejo... Osea, se notaba que sí querías a Tefy" - Solo agradecí con una sonrisa y todas se rieron. A pesar del ambiente de confianza raro que estaba a mí alrededor, les dije que debíamos continuar estudiando, puesto que me estaba avergonzando mucho y Estef me abrazaba mientras se reía por que sentía que le agradaba a sus amigas más íntimas. Bueno, continuamos estudiando hasta que terminamos cerca de las nueve de la noche. Estuve sorprendido del avance que realizaron. Sin embargo, una hora antes de que las chicas se vayan, todas querían entrar más en confianza y me dijeron que querían conocerme mejor. Para ello, se fueron al primer piso y volvieron con lo que ella llamaban el "saca verdades"; en pocas palabras, trajeron ron, pero era transparente, diferente al que tomaban en mi casa y una gran gaseosa.

Obviamente, alarmé un poco, pues les dije que eran menores de edad. Todas me miraron con cara de aguafiestas y me dieron la respuesta: "Sabemos que tú y tus amigos también toman, no te hagas el santo con nosotras." - Tratando de excusarme: "Pero ya casi tenemos dieciséis años, ustedes recién van a cumplir quince... ¿Desde cuándo lo hacen?" - Irene se notaba que era la más madura y me respondió tranquila algo similar: " Mira, no es que lo hagamos siempre, ¿ok? Es solo que nos caes bien y estamos en confianza. Además, si te preocupas por nosotras, la primera vez que tomamos fue en el cumpleaños de Tefy y fue por que alguien (mirándome) fue con su novia y nos sentimos mal por nuestra amiga; así que, aunque teníamos algo de miedo al comienzo, lo hicimos para que se distraiga en la fiesta." - Me quedé algo mudo y, casi sin dudarlo, les dije que iba a tomar con ellas. Todas se alegraron por lo que dije, aunque Samanta no tanto, pues parecía que no quería tomar. También pregunté por los papás de Estef y Teresa, pues se veía mal si nos encontraban así; pero, estaban en una fiesta de gala. Entonces, una vez que parecía seguro, iniciamos con las preguntas y respuestas hacia mí. Sinceramente, sentía que estaba algo planeado, pues se notaba que no querían marearse. ¿Como así? Me dijeron que iba a tomar un vaso pequeño con cada una y que debía responder a la pregunta que me hicieran cada una, pues les dije que sería una por cada una.

Parecía más un juego de verdad o reto, ya que nos sentamos en el piso en circulo. Admito que la primera ronda de preguntas fueron muy tranquilas relacionadas al colegio o dónde estaba Gina. Pero para la segunda ronda estuve ligeramente adormecido y se percataron. No obstante, también me percaté que Camila, Estef y Samanta tenían poca resistencia al alcohol, aunque era imposible estar más sobrio que todas por lo que habían planeado. En mitad de esa ronda ya no quería jugar por el adormecimiento e hicieron preguntas algo difícil de contestar. Por ejemplo, Camila me preguntó: "¿Cuando tenías cinco te sentías atraído por Chia? Di la verdad" - Con mucha sinceridad les dije que la consideraba una prima. Todas miraron a Akira y ella respondió: "No pasa nada, ya lo superé (tomó un sorbo del vaso) Siguiente pregunta." - La siguiente fue Irene y me preguntó sonrojada: "¿Me has estado mirando el cuerpo en las clases deportivas de la tarde?" - Todas hicieron un ruidito de sorprendidas y por mi cabeza pasó rápidamente la idea de que sí se percató

Miré a todas a mi alrededor que estaban con grandes sonrisas; excepto por Estef que miraba como niña celosa. Suspiré un poco y les dije que prefería un reto. Cuando dije eso, todas supusieron que era un sí y me hicieron tomar un vaso más. Todas estaban rojas y muertas de risa, pero, interviniendo en el turno, Estef, con el rostro muy rojo, se sentó en sus piernas frente a mí y, sin dejar de mirarme, preguntó: "¿Te gusta más su cuerpo que el mío? - Vi que todas se sorprendieron por sus expresión y gestos. Contesté avergonzado: "Estef, estás ebria y..." - Interrumpió y me replicó por responderle. Pero, sin duda alguna y mientras la miraba a los ojos, les contesté que Estef me encanta de pies a cabeza y que no la cambiaría por nada. Cuando terminé de hablar, Estef se lanzó hacia mí para besarme mientras me abrazaba por el cuello. Nos caímos, pues se lanzó con todo su peso; además, sentado y adormecido por el alcohol fue algo difícil. A pesar de que me dio vergüenza que me besara por buen rato frente a sus amigas, supongo que la bebida me inhibió un poco esa sensación. Cuando nos sentamos, Akira dijo: "Chicas, creo que debemos parar, pues ya las cosas se están poniendo... más incómodas." - Le dieron la razón y se fueron al baño en grupos para refresacarse para poder irse. Yo me quedé echado en la cama de Estef, pues estaba más aturdido que ellas. Momentos después todas se despidieron y se fueron.

Ahora viene lo que me ha dejado con la mente en blanco y el corazón excitado, pues, una vez que se fueron, Estef se sentó en el borde de la cama y yo también hice lo mismo para poder acomodar mis cosas para irme. Sin embargo, ella me miraba con una carita coqueta para seguir besándola y viceversa. Estuvimos en lo nuestro hasta que, debido a la calentura y mientras la abrazaba con mi mano derecha, moví mi mano izquierda hasta su estómago y lentamente empecé a moverla hasta su short para meter mi mano izquierda por debajo de su ropa interior. Escuchar los ligeros gemidos de Estef me excitaron poco a poco y decidí investigar un poco más ahí debajo. Hasta que llegué a un lugar donde mis dedos podían hurgar. Se notó que le gustó mucho a Estef, pues movía su entrepierna contra mi mano. Además de eso, unos segundos después, ella metió su mano derecha en mi pantalón y me agarró, con cierta firmeza, logrando que me excitara mucho más. Después de eso, le bajé un poco el short, pues era incómodo mover mi mano; y yo también me bajé un poco el pantalón para que siguiera moviendo su mano. Ese momento fue muy excitante, pues escuchaba cómo su respiración se agitaba, cómo subía el volumen de sus gemidos y veía su cara muy roja como si fuera a estallar. Aunque, yo también estaba respirando como si hiciera ejercicio... Fue un gran momento, parecía que cuando se sentía mejor, me estimulaba más y yo también lo hacía con ella. Pero, llegó un momento en el cual ya no pude aguantar y solté un gran disparo que ensució gran parte del piso en línea recta; de la misma manera, parece que ella también se sintió bastante bien, porque sus piernas temblaban o se movían como si estuvieran tiesas, y mi mano terminó muy mojada.

Finalmente, nos echados en su cama, con respiraciones agitadas, cansados y sudados. Sin embargo, como no sabíamos a qué hora podía llegar su familia, descansamos unos pocos minutos y comenzamos a limpiar. Corrí por papel para limpiar el piso y ella se cambió de ropa, pues su short era un desastre. Cerca de la medianoche, me despedí y estábamos muy rojos, aunque se notaba que aún no se nos bajaba el alcohol. 

Ahora... Tengo vergüenza... llamarla...

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