27 may 2010

Antes de la despedida...

16 de Septiembre de 2006 Sábado

Debo decir que se me está haciendo costumbre despertarme en estas fiestas a las 5:13 a.m. y bueno, qué más puedo hacer, ya que si no lo escribo ahora se me va a olvidar todo lo que ocurrió ayer. Aunque tengo sueño y la batería de mi laptop se me está acabando. Bueno, bueno, estoy emocionado, porque terminamos los exámenes y llega la semana de vacaciones.

Como ya había explicado el año pasado, cada vez que termina el tercer bimestre hay un festival donde nos tenemos que disfrazar con una vestimenta tradicional de ciudad, región geográfica o país que salga. El año pasado salió Hawaii y este año salió Japón. Al principio no teníamos idea de cómo se vestían. Algunos fueron de samuráis; sin embargo, por las dudas, le preguntamos a algunos profesores de historia y nos dijeron que investigáramos, osea que no fue de ayuda. 
 
Un día después, dieron la noticia de que había una competencia entre aulas. Quién tuviera la mejor vestimenta ganaba, así de sencillo. Solo podían salir un hombre y una mujer en una pasarela, serían los representantes de su aula. Así que, todos buscamos en internet, revistas, enciclopedias, etc. cómo se vestían los japoneses. Luego, cuando no hubo ningún profesor, empezamos a elegir quiénes iría a la pasarela. Todos los hombres apuntaron a Ema y Rita, pues eran las más bonitas del salón y, desde mi punto de vista y aunque Rita tuviera pinta de joven modelo, hubo una votación entre ellas dos y ganó Ema. Después, teníamos que elegir a una pareja para ella. Sin embargo, su pareja debía ser del mismo tamaño, del mismo color de cabello y piel. Sacaron a los hombre que fueran castaños y de su altura... Yo estaba en esa fila; a pesar de que estaba escondido, pero Maria y Katty me sacaron. Al principio creí que era más alto que ella y no me preocupe por ser elegido; pero, mientras avanzaba la fila y me acercaba a ella, parecía que crecía.

Cuando llegó mi turno de medirme... Era tan solo un centímetro mas alta que ella. Las mujeres del aula me dijeron que fuera yo, pero algunos hombres no quería que fuera el que estuviera en el concurso con Ema. Yo tampoco quería, no después de lo ocurrido hace algún tiempo. Pero Ema me dijo sonriendo:
- Vamos, será divertido; además, encajas muy bien conmigo. Míranos, parecemos la pareja perfecta.

Me quedé muy sonrojado y todo mi salón jodiéndome, porque los que más meten leña al fuego son Fernando y Ramiro. Mientras me avergonzaba, Ema me tomó de la mano y me insistía. Pero, Rita, desde su asiento, la miró y Ema me pidió que lo pensara. Al final, no había vuelta atrás, dado que todas las chicas y varios chicos querían que fuéramos nosotros. Bueno, voy a resumir esta parte, ya que me quiero ir a dormir un rato. Todo mi salón iba a darme dos dólares por persona para comprar la ropa en una tienda de disfraces al igual que a Ema. Una vez que teníamos el dinero, una tarde después de clases, nos fuimos a comprar la ropa. Se llamaba "kimono" la ropa tradicional de mujeres y el mío parecía una bata de baño, pero con tela de polo que era algo áspera.

El día de ayer dimos el examen en la mañana y, cuando terminamos, salimos a nuestras casas, pero luego todos íbamos a volver, pues aún se mantenía el mismo sistema del año pasado. Cuando regresamos al colegio, estuvimos viendo algunos atuendos de las aulas de los grados menores, ya que algunos se veían muy divertidos y otros simplemente eran malos JAJAJA. En ese momento, no nos preocupamos de nuestra presentación, pues era casi por la noche y se debía a que somos casi el último grado. Al acercarse nuestro turno, media hora antes que nos tocara, todos nos pidieron que nos cambiáramos. Nos cambiamos y el problema era que Ema y yo no podíamos caminar bien, porque a ella le molestaba usar el "kimono" y a mí me molestaba usar las sandalias de madera. Sinceramente, era un ropa muy incómoda o el señor de la tienda de disfraces nos estafó.
 
En simples palabras, casi siempre nos tropezábamos y nuestros amigos nos tenían que levantar. Cuando ya casi era nuestro turno, nos tratábamos de ir a la pasarela; sin embargo, había mucha gente por todos lados y, al intentar pasar, Ema se cayó. En su esfuerzo por no caerse, sujetó mi ropa y me caí casi encima de ella, pues me jalón con fuerza. Muchas personas se empezaron a mover y ninguno podía pararse, buscamos a nuestros amigos para que nos ayudaran. 
 
Al no verlos, Ema trataba de levantarse, pero su ropa era algo dura y casi no podía, solo logró sentarse. Ya sentada, una persona me golpeó por la espalda con su pierna y empujó mi cuerpo hacia adelante donde estaba Ema sentada. De casualidad... La besé... Nos separamos rápido y nos miramos un rato. De la nada, apareció Rita en ese momento, nos vio, miró a los alrededores y nos gritó: "¡¿Están locos?! - Le dije que había sido casualidad y no era por que quería. Entre asustada y avergonzada me dijo algo como: "OK, OK, no me importa. Apúrense, es su turno de salir" - Luego, en la parte posterior de la pasarela, Ema me sacó los lentes y me susurró en el oído: "Así te ves más simpático"

Cuando salimos, Ema me agarró de la mano, empezamos a caminar por la pasarela y hacíamos reverencias al público. Mientras estábamos arriba, los hombres mi salón me estaban molestando, logré ver que Gina me estaba sonriendo y saludando desde abajo. En esos momentos estaba muy nervioso... La verdad... Bueno, no importa. Después de saludar al público y a los jueces, hicimos un pequeño número ensayado, pues solo caminar sería aburrido y vimos que otras aulas hicieron algo similar.

Acabado el concurso, en la votación final, quedamos en tercer lugar. Me había sentido un poco desilusionado. Pero, todos mis amigos me felicitaron, porque hicimos lo mejor que pudimos. Luego, llegó la hora de dormir y agarramos algunas colchonetas del gimnasio para dormir, como el año pasado. Eso es todo, en la tarde se van Rita, Betty y Ema. Me da un poco de pena y, si no fuera por el incidente con Ema, sería bueno que estén más tiempo, me he divertido y creo que todos mis amigos también.

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