17 de Agosto de 2006 Jueves
Me siento extraño, entre bien y mal. No sé cómo debo sentirme, pues mi ego me dice que debo sentirme bien; sin embargo, la realidad me dice que no debió ocurrir. Mi miedo me dice que Gina no se entere. ¿Le digo o no?. Si le digo, se va a sentir más triste, ya que su papá está mal y la considera una amiga. Además, tengo la mala experiencia del verano. Pero, si no le digo, mi cerebro me torturará por un buen tiempo... Se lo diré el sábado, después de visitar a su papá, ya que Gina dice que su papá quiere hablar conmigo. La verdad, no se me viene nada a la cabeza de qué podría ser, pero, para que quiera habar conmigo, creo que es grave o importante.... No me la puedo quitar de la mente, quiero gritar. La peor parte es si Crístofer y Rosalina me habrán visto...
Cuando subí al carro, Gina ya estaba algo tranquila y se comportaba como antes, ya casi no estaba triste. Cuando llegamos al colegio, todo tranquilo y feliz. El día empezó como si no pasara nada, me olvidé de hacer una tarea y me dije que la haría en los recreos que tenemos. En el salón, Fernando, Ramiro y Sonia reían en medio de la clase; Mike durmiendo y Ema y Rita conversando de no sé qué, porque estaban hablando en alemán. Cuando inició el recreo, Cristofer y Ronald vinieron corriendo a mi salón para avisarme que Gina se desmayó a pocos segundos que sonó el timbre de recreo (no ha dormido bien últimamente). Me fui corriendo para poder verla, pero llegué tarde y me dijeron que ya estaba en la enfermería. Los profesores no me dejaron entrar, pero escuché que iban a llamar a sus papás para que la recogieran. Me sentí muy frustrado, pero tenía que irme al aula, puesto que debía hacer la tarea que olvidé.
Empecé a hacer la tarea, pero Ema entró y me distrajo la conversación con ella. Cuando estaba por la mitad del recreo, me besó en la mejilla y me dijo: "Bueno sigue con la tarea, no te quitaré más tiempo" - Se fue y luego me puse a pensar, por qué lo hizo de nuevo como ese día. No lo quise pensar mucho, porque estaba ocupado haciendo la tarea del profesor de Química. No lo logré terminar tiempo, porque un profesor que pasaba por ahí me vio dentro del salón y, como ya he mencionado, está prohibido quedarse dentro del salón en los recreos. Me escapé y escondí entre la multitud, casi me atrapa y no sé si me reconoció.
Cuando llegó el segundo recreo, me volví a quedar solo en el salón, pero les pedí de favor a Katty, Betty, Crístofer, Mike y Teresa que distrajeran a cualquier profesor que trate de pasar por ahí. Cuando estaba haciendo la tarea, llegaron Rita y Ema. Rita sacó su comida, pues la había dejado en su mochila y se fue. Ema se quedó para ayudarme, mientras me estaba ayudando, recordé que siempre me besaba en la mejilla antes de irse; así que, como eso me estaba incomodando, esta vez la iba a detener. Casi al final del recreo lo intentó, me tapé la cara con la mano, me miró un poco indignada y no me dijo nada. Al final, no pude terminar la tarea, ya que era muchísimo. Pero, por suerte, cuando empezó la clase del profesor, dijo que sacáramos nuestros cuadernos y que la clase sería afuera del aula. Cuando la clase terminó, creí que no recordaba lo del cuaderno. Sin embargo, cuando me sentía un ganador, dijo: "Dejen sus cuadernos en mi pupitre, voy a tratar de revisarlos hoy y mañana se los devuelvo" - Me quedé muy triste por lo que pasaba. Con aire de derrota, lo deje en el pupitre y me fui a buscar.
Cuando estaba buscando el carro, Crístofer me dijo que se iba a quedar a practicar tenis con Rosalina, dado que hoy era ingreso libre para todos, por las competencias entre colegios. No sé qué habrá pasado por mi mente, pero pensé que podía tomar el cuaderno del pupitre y hacer la tarea, ya que los profesores almuerzan al terminar las clases. Le dije a Crístofer que me quedaría. Aún me arrepiento de quedarme, ya que no recordaba que los jueves algunos de los alumnos de intercambio se quedaban para dar su reporte semanal del colegio. Cuando entré a mi salón, cogí mi cuaderno y seguí haciendo la tarea. Mientras la hacía, miré por la ventana y Crístofer y Rosalina me saludaron desde abajo, porque en la carpeta que estaba, miraba hacia la cancha de tenis. Cuando estaba en media tarea, Ema entró al salón y bastante asustado le pregunté qué hacía ahí. Me respondió que era día de entregar reportes a los profesores. Con mucha duda e intriga me preguntó qué hacía yo ahí. Después de suspirar un poco, le conté toda la historia. Me dijo que lo que hacía estaba mal y no me quiso ayudar, aunque sí lo hizo un poco. Además, de vez en cuando, me movía la mano para que no escribiera. Sinceramente, no me molestaba, porque en mi interior sabía que estaba haciendo mal.
En un momento creí que me iba a besar en la mejilla, pues me miraba sin desviar la mirada. Sin embargo, sin aviso alguno, tiró mi cuaderno al suelo, me agarró el brazo y me besó. De la nada, como si no hubiera problema. Cuando me termino de besar, me sonrió y dijo: "No hagas trampa" - Se fue como si nada; mientras tanto, me quedé sentado unos minutos pensando qué había pasado. Miré por la ventana y noté que Crístofer y Rosalina estaban conversando a medio de la cancha de tenis, lo que parecía sospechoso. Muy rápidamente, se me cruzó la idea de que me vieron. Sin embargo, estaba muy confuso por lo que había pasado, dejé mi cuaderno en el pupitre sin haber terminado, recogí mis cosas y salí del aula.
Caminaba rápidamente y sentí que me balanceaba de lado a lado. Efectivamente, lo hacía, dado que me choqué con las paredes y algunos casilleros. A medio camino de la salida, me encontré con Nicolás, Robin y Pepe. Asustado, reí de los nervios y les pregunté qué querían. Por alguna razón, creía que todos sabían lo que había pasado y pensé que me quería acusar de lo ocurrido. En fin, sin razón alguna, me conversaron estupidez y media; pero, les seguí el juego para que no sospechen nada de mí. Acabada la conversación, los dejé ahí y me fui a mi casa, ya un poco más relajado. Llegando a mi casa me puse a pensar si Crístofer o Rosalina vieron ese beso. ¡No es mi culpa!
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