1 jul 2010

¿La venganza es dulce?... Sí

06 de Octubre de 2006 Viernes 
 
Quien dijo alguna vez que la venganza no es buena, debe de estar loco. Aunque me supongo esto, ya que siempre soy un poco rencoroso JAJAJA. Nada hubiera ocurrido si el profesor de Química, nos hubiera colocado la nota que nos merecíamos...  
 
El día de ayer, las tres secciones habíamos tenido una práctica de Química. Hoy las entregaron y, cuando algunos tratamos de reclamar por que nuestros puntos no fueron bien contados, el profesor dijo que nos faltaba desarrollo del problema. Pero, algunos desarrollos se supone que ya estaban sobrentendidas, le explicamos y le reclamamos muchas veces. Solo a algunos les hizo caso, pero a otros no. Entre los otros estamos Fernando, Gina, Crístofer (pero no se quiso vengar) Estéfani (en su año), Katty y a mí. 
 
En el aula, solo por mencionar, en voz baja pensé en un plan, pues estaba muy molesto. Al principio pensé que era algo infantil, pues solo pasó por mi mente; no obstante, Fernando, pues parece que me escuchó, me dijo que hiciéramos ese plan y mencionó que él sabía abrir todo tipo de puertas. Era un plan sencillo y se trataba de poner los gatos, que rondaban en el colegio, en el carro del profesor. 
 
Habían un par de problemas, pero el principal era quiénes nos ayudarían, ya que no solo podíamos Fernando, Katty y yo. Pero cuando salimos al recreo, Gina también quería unirse, Estéfani que de casualidad pasaba por ahí, le explicamos y también quiso unirse. Me parece que era más para su diversión. Bueno, en ese mismo recreo empezamos a buscar a los gatos y los recolectábamos en un lugar en donde no pudieran salir. Era un lugar un poco hondo y le dejamos comida para que no se vayan, casi como un pequeña cárcel.
   
Cuando sonó el timbre del segundo recreo, salimos embalados para ver si los gatos seguían ahí. Quedaban cinco de los ocho que habíamos recolectado, era un mal número. El  plan era sencillo y ya teníamos los roles. Estéfani y Katty, eran la barrera y alarma de personas que estuvieran cerca del estacionamiento. Mientras que Fernando estaba abriendo la puerta. Gina y yo estábamos agarrando a los gatos para que no corrieran, pero se me escapó uno. Lo estuvimos tratando de recoger otra vez y, cuando lo logramos, un profesor casi nos ve, pero me lo puse en la espalda (bajo el polo) para que no lo vean. Dio risa, pues, aunque el gato no se veía, sí se veía que salía la cola, lo que hacía parecer que yo tuviera cola. Obvio el resto de chicos del colegio se reía de mí.  
 
Cuando Fernando la abrió, los colocamos rápidamente y dejamos más comida ahí. Al dejar los gatos, Gina me preguntó por qué gatos en su carro, si no eran muy feroces. Le expliqué de forma muy sencilla. Habían cuatro probabilidades: la primera es porque los gatos son territoriales y tal vez se peleen hasta matarse; la segunda, era posible que marquen territorio orinando en todos los asientos del carro; la tercera, era posible que tengan que hacer un Kakaroto u orinar pis. La cuarta, era posible que, cuando estén durmiendo, el profesor los tratara de levantar; pero, los gatos del colegio son especiales, ya que si los tocas mientras duermen te empiezan a arañar mucho. Lo opuesto cuando están despiertos, muy dóciles... Había una historia que un gato del colegio se lanzó a la cara de un niño de los primeros grados cuando de casualidad lo levantó JAJAJA. 
 
Pasando a otro tema, Mike me a dicho que hay un lugar encantado y le dije que no creía para no ir; no obstante, para hacerlo divertido, me ha propuesto una apuesta y quiere que nos reunamos para ir el sábado a esa casa u hospital, no recuerdo qué era. Gina escuchó esta noticia y también quiere ir, porque le encanta lo sobrenatural...

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